La selección brasileña de fútbol permaneció hoy en vilo y en el más profundo silencio, a la espera del encuentro que sostendrá el lunes ante Camerún, correspondiente a la primera fase del grupo "A".
Con el día libre concedido tras el empate sin goles ante México del martes, el entrenador Luiz Felipe Scolari y sus pupilos tuvieron 24 horas de alivio, antes de los inevitables cuestionamientos de la prensa que enfrentarán mañana jueves en la concentración de Granja Comary.
Sin aparecer en público, Scolari y sus auxiliares tuvieron la oportunidad de leer las críticas publicadas este miércoles por la prensa local, donde es evidente que la paciencia de los analistas deportivos con la selección se ha agotado.
Tras imponerse invicta en el ensayo general del Mundial, la Copa Confederaciones del año pasado, la "canarinha", con el mismo plantel vencedor de 2013, debutó con una victoria 3-1 ante Croacia en medio a polémicas sobre el penal que resultó en el segundo gol .
El miércoles, ante México, el conjunto brasileño empató por primera vez bajo el comando del técnico Luiz Felipe Scolari.
"¿Es éste el fútbol brasileño al que llaman el mejor del mundo? ¡Dios mío!", opinó el comentarista Roberto Avallone, del portal UOL Esporte, en una crónica titulada "Nunca se ha jugado tan poco en la historia de este país".
Tras lamentar la ausencia de un jugador con capacidad de armar las jugadas a partir del mediocampo, Avallone batió fuerte y resumió lo que ha sidola tónica de los comentarios publicados en todos los diarios y portales brasileños sobre el partido.
"Lo que se vio (ante México) fue un fútbol pobre, limitado y contrario a lo que debería ser la verdadera selección brasileña".
"No esperen que Brasil sea el dueño de la fiesta", alertó el martes el mismo "Felipao", pero posiblemente no esperaba que sus palabras fuesen tan proféticas.
Aunque se le vía visiblemente mal humorado tras el deslucido empate sin goles, el entrenador negó tajantemente que sus pupilos presentaron una mala actuación al afirmar que el grupo "sigue evolucionando".
El fracaso de España, actual campeón mundial que se despidió este miércoles del torneo al sufrir su segunda derrota (2-0 ante Chile) y otros resultados inesperados, como la goleada del lunes (4-0) de Alemania sobre Portugal o la derrota de Italia ante Costa Rica, han acaparado las atenciones y disminuido el foco sobre Brasil.
Sin embargo, la caída de otros favoritos muestra que ninguna selección está libre de ser eliminada a cualquier momento y la "canarinha" necesitará de toda su fuerza y concentración para garantizar la clasificación a octavos con un triunfo sobre Camerún.
Los brasileños han esperado 64 años para volver a albergar un Mundial de fútbol pero, en la medida que el tiempo pasa, crece el temor de que la ansiada fiesta en casa quizás no tenga el final feliz que el "país del futbol" aspira y, peor aún, que los anfitriones salgan del torneo más temprano de lo previsto.