Por Javier Valdivia
SANTO DOMINGO, 25 dic (Xinhua) -- La crisis política se mantuvo en 2014 en Haití, cuyo gobierno se vio asediado por una ola de protestas de la oposición que se acentuaron en los últimos días, en medio de cifras que consignan una reducción de la pobreza extrema.
El conflicto entre el gobierno y la oposición persistió pese a que en marzo pasado, el Poder Ejecutivo, el parlamento y los partidos políticos suscribieron un pacto nacional que debía permitir la realización de elecciones legislativas y municipales.
El acuerdo fue rechazado por seis senadores que se niegan a aprobar una reforma a la ley electoral, y por seis partidos ultrarradicales que exigen al gobierno que se ciña a la Constitución para realizar los comicios, que finalmente fueron aplazadas sin fecha, el pasado domingo 26 de octubre.
De acuerdo con fuentes periodísticas, las diferencias entre el Ejecutivo y la oposición se remontan a finales de 2011, cuando el diputado Arnel Bélizaire fue detenido por evadir la prisión en el 2005, condenado por secuestro y porte ilegal de armas.
En represalia, el Poder Legislativo encargó a una comisión investigar la nacionalidad del presidente Michel Martelly, que antes del arresto había acusado a Bélizare de haberle faltado el respeto durante un encuentro en el palacio de gobierno.
Los enfrentamientos se han mantenido desde entonces entre acusaciones por la "inacción" del Parlamento y por el supuesto "autoritarismo" de Martelly, que el pasado 28 de noviembre anunció la creación de un comité consultivo para recoger los resultados de las consultas realizadas durante dos meses.
Una semana después, la comisión pidió la renuncia del primer ministro, que se produjo a mediados de diciembre, la destitución del consejo electoral provisional (actualmente en proceso) y la dimisión del presidente del Consejo Supremo; la suspensión de las movilizaciones contra el gobierno y la liberación de presos políticos que denuncia la oposición, 36 de los cuales ya han salido de prisión.
El organismo también pidió a los senadores votar las enmiendas a la ley electoral con el fin de facilitar la celebración de elecciones en el país y la instauración de una tregua política para facilitar el nombramiento y la instalación de un nuevo gobierno de consenso.
Casi finalizado 2014, Martelly designó a la hasta entonces ministra de Salud, Florence Duperval Guillaume, como primera ministra interina.
Aunque la jefa de la Misión de la ONU en Haití, Sandra Honoré, y otros miembros de la comunidad internacional aprobaron la medida, la oposición volvió a criticarla, igual que a los candidatos anunciados para ocupar la jefatura del gobierno.
El 12 de enero del próximo año concluirá el mandato de dos tercios del Senado y de todos los miembros de la Cámara de Diputados, lo que dejará al Parlamento sin funciones al no haberse elegido a los nuevos legisladores. El gobernante ha dicho que gobernará a partir de entonces por decreto.
En tanto, un informe divulgado este mes señaló que la tasa de pobreza extrema cayó en Haití entre 2000 y 2012 del 31 al 24 por ciento en todo el país, donde más de seis millones de haitianos, casi el 60 por ciento de la población, viven todavía con apenas dos dólares al día.
El estudio del Observatorio Nacional de la Pobreza y la Exclusión Social y del Banco Mundial destacó también una reducción de la pobreza extrema de la capital del país, donde se redujo de 20 a 5 por ciento, aunque aún el 20 por ciento de los haitianos más ricos mantienen el 64 por ciento de los ingresos totales del país.
El flujo de inmigrantes ilegales también se mantuvo y la Guardia Costera de Estados Unidos dijo que había repatriado a 5.025 haitianos en el último año fiscal que comprende desde septiembre de 2013 a agosto de este año.
Tres meses después, Haití convocó a su embajador en Bahamas preocupado por el trato que vienen recibiendo inmigrantes haitianos radicados en ese país, y expresó de manera oficial su inquietud por una nueva norma migratoria aplicada por las autoridades bahameñas.
El presidente Martelly encabezó también una reunión para analizar la situación en República Dominicana, donde este año se inició un plan para la regularización de extranjeros, la gran mayoría proveniente de Haití, y la situación de la diáspora haitiana en otros países de la región.
Este año, Haití recibió a varios dignatarios, entre ellos al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien lanzó junto con el gobierno haitiano una campaña de saneamiento para reforzar la lucha contra el cólera.
La embajada de Estados Unidos anunció por su parte la llegada al país del secretario de Estado norteamericano John Kerry, que finalmente canceló el viaje pero envió a su consejero especial, Thomas A. Shannon, en el marco de los esfuerzos que realiza su país para encontrar una solución a la actual crisis política.
Por último, Haití no sintió los efectos de ninguna tormenta este año, pero la temporada de lluvias dejó 14 muertos y por lo menos 41.000 damnificados en noviembre debido a las inundaciones que afectaron sobre todo los departamentos del Norte, Noreste, Noroeste y Oeste, donde se encuentra Puerto Príncipe.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) confirmó que el número de afectados ascendió a 7.254 familias en el norte de Haití, para los que el gobierno liberó un presupuesto de 34 millones de gourdes (unos 790.000 dólares) para hacer frente a la situación en la zona de desastre.
(Editor:Rosa Liu,Rocío Huang)