BEIJING, 25 dic (Xinhua) -- El 2014 será recordado dolorosamente por muchos como el año del ébola, dado particularmente por el hecho de que el elevado balance total de 7.500 muertos podría ser inferior a la cifra real.
El brote, el mayor y más complejo desde el descubrimiento del virus en 1976, ha supuesto una amenaza para la salud de toda la humanidad. Pero ha sido Africa Occidental quien ha sufrido la mayor parte del problema.
El número global de fallecidos a causa de la mortal epidemia ascendió a 7.588 de entre 19.497 casos confirmados, según las últimas cifras emitidas este miércoles por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los países más afectados son Guinea, Liberia y Sierra Leona.
La cifra es asombrosa, pero uno podría sentir cierto consuelo al pensar que habría sido mucho peor si la comunidad internacional no hubiese dado el paso al frente y se incorporara a la lucha contra la epidemia.
Una ayuda firme y estable ha llegado desde China, que ha permanecido al lado de Africa desde el mismo comienzo de la lucha contra el ébola. Cuando empezó el brote en abril, Beijing ofreció inmediatamente ayuda de emergencia a los tres países africanos mencionados.
Con el agravamiento de la situación, China, sobre la base de las necesidades de los países africanos afectados, ha enviado cuatro rondas de asistencia por un total de 122 millones de dólares estadounidenses.
Además de suministros y efectivo, China ha enviado también valiosos recursos humanos a la primera línea. Actualmente, unos 500 profesionales de la salud chinos trabajan en materia de prevención y alivio epidémicos en los países africanos afectados por el ébola.
Ellos son apenas una parte de los más de 20.000 trabajadores de la salud enviados por China a Africa durante los últimos 50 años, quienes han salvado y tratado a cientos de millones de personas en 51 países y regiones.
Estos hechos y cifras son una ejemplar personificación y un testimonio elocuente de los tradicionales lazos entre China y Africa que, como dijo el presidente chino, Xi Jinping, siempre han sido una comunidad de destino compartido.
Además, desmienten las alegaciones de algunos medios de comunicación occidentales de que China persigue un nuevo neocolonialismo en Africa. Las dos partes se han tratado sobre la base de la igualdad y compartido buenos y malos momentos durante décadas, y el compromiso chino respecto a la cooperación de beneficio mutuo con Africa nunca han quedado en simples palabras.
China se beneficia de una Africa más sana y rica, al igual que todo el mundo. Sin embargo, la terrible experiencia del ébola ha demostrado que la comunidad internacional necesita hacer más para ayudar al continente de la esperanza a mantenerse en el camino de la seguridad y la prosperidad.
(Editor:Rosa Liu,Rocío Huang)