ESPECIAL: La VII Cumbre de las Américas, entre logros y tareas pendientes

Actualizado a las 03/06/2015 - 17:11

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La ciudad de Panamá estuvo hoy domingo casi tan quieta y callada como ayer, pero con menos policías y agentes de seguridad. Terminó la VII Cumbre de las Américas, con sus cuatro Foros. Los más de 30 presidentes y 15.000 visitantes, según calcula la organización, fueron dejando Panamá.

Anoche también cerró el contra-evento al encuentro de jefes de Estado de países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA): la Cumbre de los Pueblos. La V Cumbre del Abya Yala, organizada por los indígenas, ya había finalizado el viernes con una marcha pacífica.

El Gobierno del país anfitrión celebró por lo alto haber sido sede de la histórica cita que unió dos mundos y anticipa un nuevo escenario con la reunión de los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, y luego el encuentro entre Obama y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

En esta misma Cumbre Maduro había dicho que le había pedido varias veces al jefe de Estado estadounidense que lo atendiera y que hablara con él.

"Hoy el pueblo americano inauguró una nueva era de unidad y Panamá lo celebra", fue una frase durante el encuentro del presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, que se expresó a través de twitter, con foto de los mandatarios incluida.

Prefirió obviar cualquier referencia a la imposibilidad de haber acordado un documento oficial: las 35 administraciones de gobierno que participaron en el encuentro, no pudieron llegar a uno por discrepancias en relación al rechazo al decreto donde Estados Unidos declara a Venezuela como una "amenaza a la seguridad nacional".

Las críticas de los presidentes del continente a ese decreto de Obama fue otro punto sobresaliente de la Cumbre, donde se hicieron notar también cientos de venezolanos chavistas que tuvieron choques en los foros de la Sociedad Civil y Juventud con los anti-chavistas.

Los que sí lograron coincidir en pretensiones fueron los movimientos sociales, sindicales e indígenas, con los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Venezuela, Nicolás Maduro, que anoche cerraron el contra-evento a la Cumbre oficial: la de los Pueblos.

El certamen rechazó la injerencia de Estados Unidos en la región y exigió el levantamiento inmediato del bloqueo contra Cuba y la derogación del decreto que declara a Venezuela como "amenaza" para su seguridad.

El documento también remarcó el respaldo a Cuba. "Respaldamos al pueblo cubano y su revolución (...). Exigimos junto con todos los gobiernos del mundo, excepto Estados Unidos e Israel, el levantamiento inmediato e incondicional del bloqueo genocida de contra la República de Cuba por parte del Gobierno de Estados Unidos sin más condición que la del respeto a las Leyes Internacionales y a la Carta de Naciones Unidas".

En Panamá muchos festejaron albergar un evento de esta magnitud, que no quedará registrado como uno más. Sin embargo también están los intelectuales que marcan algunos puntos negros.

El constitucionalista panameño Miguel Antonio Bernal dijo a Xinhua que "la cumbre no aportó pues no se abordaron los principales problemas que afectan en la actualidad a la población del país anfitrión".

Consideró que Panamá "se vio privado de sus libertades básicas para dar satisfacción a los actos protocolares". Por lo tanto, agregó Bernal, a Panamá le dejó "más deudas" de las que ya tienen, y "el destino de casi 40 millones de dólares que se requieren en educación y salud, con urgencia".

"La Cumbre sirve como un gran foro mediático para distraer la atención de problemas gravísimos de las poblaciones de los Gobiernos asistentes", que deberían acordar, según Bernal, "mecanismos viables y reales para facilitar la educación, el intercambio y la cooperación entre los pueblos, más que entre los gobiernos".

La Cámara de Turismo de Panamá tuvo motivos para mostrar alegría: el impacto económico al sector turismo superó los 100 millones de dólares, según el presidente de la entidad, Jaime Campuzano.

Pero al sector privado no le convino la Cumbre, según el Consejo Nacional de la Empresa Privada: perdieron unos 40 millones de dólares en dos días. La organización del evento costó 15 millones de dólares.