ANTALYA, Turquía, 15 nov (Xinhua) -- Desde que las relaciones entre China y Turquía fueron elevadas a una asociación estratégica en 2010, Beijing y Ankara se han esforzado por promover la confianza mutua y profundizar las relaciones comerciales, económicas y de inversión.
Los dos países, que tienen muchos intereses en común y características asiáticas, han estado trabajando de cerca en la plataforma del Grupo de los 20 (G20) como economías emergentes, y siempre han estado impulsando los intercambios culturales y turísticos.
La actual cumbre del G20 en la ciudad costera mediterránea de Antalya brindará una excelente oportunidad para impulsar la cooperación entre los dos países.
Turquía, que se localiza en uno de los extremos occidentales de la antigua Ruta de la Seda, elogia la iniciativa del presidente chino, Xi Jinping, de construir la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI.
INTERESES COMUNES
Como economías emergentes, China y Turquía se han estado coordinando en elaboración de políticas y comunicando sobre importantes asuntos internacionales a través de diversos canales, tales como el G20, compuesto por las principales economías del mundo y que representa a cerca de 80 por ciento del comercio global.
En el contexto de una recuperación económica global débil, tanto China como Turquía han hecho esfuerzos para mantener un crecimiento robusto a fin de inyectar ímpetu a la economía mundial y promover la gobernación global justa.
El director del Centro de Investigación Económica HESA de Ankara, Ramazan Tas, calificó de obsoletas a algunas instituciones económicas y financieras globales en el manejo de crisis y dijo que están muy lejos de elevar el buen gobierno y deben ser reformadas.
"Los países desarrollados deben abrir sus mercados generosamente a los países en desarrollo para estimular el comercio y el crecimiento económico globales justos, compartidos y sostenibles", opinó Tas, quien también encabeza El Departamento de Economía en la Universidad Turgut Ozal.
"La cumbre de los líderes del G20 ofrece una oportunidad de oro para el establecimiento de una buena gobernación", afirmó.
Turquía, sede actual del G20, y China, que será la próxima, ya se han estado coordinando en diversos asuntos en la agenda del G20 con con Australia, la sede del año pasado, como parte de la troika del G20.
Se espera que la cooperación entre Beijing y Ankara, en especial en los asuntos de gobernación de los órganos económicos y financieros globales, continúe tras la cumbre de Antalya.
CORPORACIÓN MÁS ALLÁ DEL COMERCIO
En la década pasada, China y Turquía se han convertido en importantes socios comerciales. De acuerdo con estadísticas oficiales, el comercio bilateral en 2014 ascendió a cerca de 28.000 millones de dólares, cinco veces la cifra de 2004.
En 2004, China apenas era la sexta mayor fuente de importaciones y el decimonoveno destino de exportaciones de Turquía, pero en 2014, China se convirtió en su segunda mayor fuente de importaciones.
A pesar de los desafíos de la economía mundial actual, este año las dos economías emergentes están sorteando las dificultades y manteniendo estable su volumen de comercio.
En los primeros nueve meses de 2015, el comercuio ascendió a 20.200 millones de dólares, casi la misma cantidad que el mismo periodo de 2014, dijo el Instituto Estatal de Estadísticas turco.
"Las relaciones turco-chinas son multidimensionales y tienen un potencial enorme", dijo el director del Centro de Política de Ankara, Hasan Kanbolat.
Los dos países podrían expandir la cooperación en áreas nuevas como finanzas, energía, aviación, aeroespacio y comunicación, en especial bajo el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, afirmó.
Como ejemplo de la cooperación bilateral en infraestructura, la vía férrea de alta velocidad Ankara-Estambul construida por una compañía china ha reducido el tiempo de un viaje de ida de 10 a menos de cuatro horas.
Con un mercado de consumo pujante y su proximidad a los mercados europeo, del Medio Oriente y africano, Turquía es un destino importante para las compañías chinas, que desean realizar comercio e inversión en el país.
La inyección de capital y las inversiones de China en Turquía llenarán los vacíos de financiamiento y generarán un efecto positivo en su modernización.
Compañías chinas como Hainan Airlines, el fabricante de locomotoras CSR y la agroindustria New Hope Group han invertido en Turquía en transporte, energía, telecomunicaciones, minería y turismo.
"Ambos países tienen fuertes características asiáticas que están profundamente arraigadas en el respeto mutuo", dijo Abdullah Bozkurt, un columnista del diario turco "Today's Zaman".