Beijing,07/04/2016(El Pueblo en Línea)- De acuerdo a un reciente informe, el rápido crecimiento de las compras en línea y los servicios de entregas rápidas en China, ha generado enormes cantidades de basura.
El pasado año, se utilizaron 16.95 millones de metros de cinta adhesiva y 9,9 millones de cajas para la entrega de las compras en línea.
Una de las contradicciones del desarrollo económico, que las compras en línea ayuda a dimensionar, es los grandes volúmenes de residuos y la consiguiente degradación del medio ambiente. La problemática ya no puede ser más evidente. Y como sugieren los cálculos, esta situación se agudizará, en consonancia con el 48 por ciento interanual que se espera crezca el servicios de entrega.
Los expertos afirman que los desorbitados volúmenes de basura, principalmente se deben al exceso de embalaje que emplean las agencias de mensajería que ejecutan el traslado de las compras en línea.
Zhu Lei, investigador de Qingdao, afiliado al Instituto de Comunicación Gráfica de Beijing, precisa que en el 2015, aparte de los 9,9 millones de cajas de embalaje y 16.95 millones de metros de cinta adhesiva, llegaron a los vertederos de basura alrededor de 2,96 miles de millones de bolsas de tela y 8,26 miles de millones de bolsas de plástico. Además, se desecharon 2,97 millones de nylon de burbujas especial para envolturas. Estas cifras hay que sumarlas a las millones de toneladas de basura que China genera en su vida cotidiana.
Es obvio que la magnitud del problema no se pierde de vista mirando hacia otro lado. Los vertederos sanitarios de China ya están repletos de residuos. Debido a que un importante porcentaje de la basura se genera en las ciudades, los vertederos tienen que estar cerca de los asentamientos urbanos, donde la tierra cada vez es más cara. Por otra parte, las empresas incineradoras también tienen sus propios problemas. Por un lado, no hay suficientes plantas incineradoras para el volumen total de basura que se genera en el país. Por otra parte, la instalación de nuevas capacidades, genera rechazo por parte de las comunidades que viven en la zona elegida.
Para abordar el problema de la generación de residuos a gran escala, la solución más tajante sería dejar de estimular el consumo en línea. Sin embargo, no se puede ir en contra de un mecanismo que tiene muchísimos factores a favor. La conveniencia de comprar en línea casi todo lo que alguien puede necesitar es una facilidad muy seductora; la alegría de encontrar -entre un sin número de mercancias- el producto que anhelas es un sentimiento muy placentero; la entrega en la puerta de la casa es una ventaja muy cómoda y la sencillez de usar un clic para formalizar la compra es un ahorro sustancial. El gasto de tiempo y energía que hoy implica visitar un mercado físico no compite con la eficiencia actual que ofrece el panorama de las compras en línea.
Tocar, probar y sentir los productos físicos van dejando de ser una fuente informativa indispensable a la hora de elegir. Incluso “ir de compras” también va cediendo terreno como destacada actividad social que permite conocer y comunicarte con nuevas personas y establecer vínculos afectivos.
Los chinos, cada vez más se van acostumbrando a compartir sus sentimientos a través de las redes sociales y a conversar utilizando sus teléfonos o dispositivos portátiles. La relación cara a cara, esencial para motivar una visita a una tienda o mercado, ya podría catalogarse como un hábito raro y antiguo.
Si recordamos las viejas prácticas que formaban parte de la vida cotidiana de China entre 1960 y 1990, resalta la forma en que se compraba en el mercado, donde se adquiría justo lo que se necesitaba.
Los actuales desaforados compradores en línea pudieran mantener la misma actitud de antaño: comprar solamente lo que realmente necesitan. Mejor aún, podrían efectuar sus compras “a granel”, para contribuir a que un menor número de materiales de embalaje terminen en la basura.
Las compras compulsivas y las pseudonecesidades tienen que ser relegadas, en pro de una urgente sostenibilidad medioambiental.
Una mayor organización y eficiencia en los procesos de reciclaje y establecer un sistema de envasado estándar para todas las empresas de mensajería y de comercio electrónico podrían ser soluciones útiles, aunque no determinantes.
La mejor solución sigue siendo practicar el consumo mesurado. Entonces, es probable que los residuos generados por las compras en línea se reduzcan sustantivamente.
(Editor:Elena G.,Rocío Huang)