Raymond Zhou (China Daily)
Beijing,25/04/2016(El Pueblo en Línea)-Tang Xianzu y William Shakespeare fueron contemporáneos y ambos maestros en su oficio. Además, casualmente murieron el mismo año.
Los eruditos que se especializan, ya sea en Tang Xianzu o en Shakespeare buscan por estos días similitudes entre ambos escritores, debido al aniversario luctuoso cerrado y los homenajes que les tributan en Reino Unido, China y en todo el mundo.
Incluso hay una producción teatral de “Sueño bajo la rama sureña” y de “Sueño de una noche de verano” que se presentarán en ciudades chinas e inglesas.
En su libro “Una historia del pensamiento literario chino” (1943) el erudito japonés Aoki Masarut fue el primero en establecer un vínculo entre Tang y Shakespeare, sin embargo, la coincidencia de que la muerte de ambos se haya cifrado en 1616, no es motivo suficiente para establecer una relación más allá de lo fortuito de una fecha.
"Tang Xianzu no era el Shakespeare de China", afirmó Chen Guohua, profesor de la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing, desentonando con el consenso emergente alrededor de esta idea.
Tang fue uno de los grandes del teatro chino, pero también Guan Hanqing (1220-1300) y Wang Shifu (1260-1336) eran notables maestros.
Y aunque Tang y Shakespeare escribieron para la escena, lo hacían para diferentes públicos.
Los versos de Tang fueron cantados en los teatros familiares, en un momento en que los aristócratas y los oficiales retirados eran los mecenas de las artes y poseían sus propios grupos musicales. Sin embargo, la obra del bardo inglés estaba sujeta a la venta de boletos.
Mientras que el lenguaje de Tang es muy barroco y destellante, aún asombra que el vasto vocabulario de Shakespeare fuera entendido por aquellos que iban al teatro El Globo. Pero dado que sus temas manejaban una amplia gama de niveles hermeneúticos, es lógio que la mayoría de las personas podían llevarse algún mensaje.
“Sueño de una noche de verano” durante un evento para celebrar el día de St George en Londres. [Foto: Neil Hall/REUTERS]
Aunque nadie puede discutir el alcance y la riqueza de Tang, hay una zona en la que particularmente brilla como poeta: el uso de los sueños, no sólo como elemento de la trama, sino también como herramienta filosófica.
En sus obras, abunda el imperio de los sueños, a menudo para dar a entender que la vida tal como la conocemos es vacua y todo clamor y poder con el tiempo, equivale a nada.
Shakespeare, por supuesto, también es conocido por su habilidad como filósofo y ensoñador en el escenario. Sin embargo, el sueño era el escenario mismo para Tang, donde evidencia el desgaste de la vida mundana, así como la naturaleza intrínsecamente inalcanzable de la vida misma.
En el “Pabellón de las Peonías”, su obra más famosa, Tang elevó el sueño a un nivel que Sigmund Freud habría aplaudido. Es el mundo subconsciente de los protagonistas, especialmente resalta el de Du Liniang, la joven aristócrata que discurre su juventud en una jaula dorada. No es una historia de amor convencional, ya que no había visto o conocido a ningún joven antes de que el pesar la consumiera. Se puede argumentar que ella no estaba enamorada de una persona específica, aunque sí de su noción de amor propio.
A pesar de que Liu, el joven, había soñado con ella, es el descubrimiento de su retrato tres años después de su muerte lo que siembra las semillas de la obsesión. Para Du, ese sueño lleno de insinuaciones eróticas, es un camino hacia la libertad que las mujeres jóvenes de la China imperial normalmente no tenían, debido a que el romance siempre estaba impregnado de intervenciones familiares. Es irónico que el erotismo que signa la obra y la eventual reanimación de la protagonista femenina parece estar atenuado o eliminado por la corrección social, privando a la historia de su profundidad psicológica y reduciéndola al más puro romance.
De todas las obras de Shakespeare, es en el “Sueño de una noche de verano” donde lo onírico se presenta con mayor dimensión y alcance. El bosque cerca de Atenas es afín al jardín familar en el Pabellón de las Peonías, un lugar vecino que alberga las fuerzas de la seducción y libera los deseos de los jóvenes. No es la isla de la tempestad ni la ciudad de Verona de los amantes desgraciados. Uno puede imaginar a Liu y Du cantando a dúo en ese bosque de la misma manera que Puck se encontraría en el jardín de Du.
Para el final feliz “deux-ex-machina”, el Pabellón de Tang evoca una tristeza que está ausente en El sueño de Shakespeare. Sin embargo, el lirismo y el humor terrenal están presentes en ambas obras. Y ambos argumentos se pueden cantar y bailar, aunque el Pabellón sea una ópera china y no un drama teatral occidental.
El 10 de abril, en Suichang, provincia de Zhejiang, donde Tang sirvió como funcionario local y comenzó a escribir el “Pabellón de las Peonías”, se reunieron académicos de China y Reino Unido para apuntar ideas y criterios sobre ambos bardos.
Shakespeare fue un dramaturgo profesional, mientras que Tang fue un funcionario que escribió teatro y poesía.
El Pabellón de las Peonías, ópera de Tang Xianzu, se llevó en escena en Chenzhou, provincia de Hunan, en el 2015. [Foto: He Maofeng]
Shakespeare y Tang representan la cúspide de la cultura, pero en aras de aquilatar sus verdaderas dimensiones, no debemos centrarnos solamente en medir la altura del montículo.
La pregunta que queda entonces pendiente a desarrollar es: ¿Cómo podemos liberarnos de las limitaciones de la cultura para lograr un mejor intercambio?
Comparar a Tang y a Shakespeare debe servirnos como punto de partida para análisis sobre arte, literatura y sobre la misión de la cultura, en lugar de ser un fin en sí mismo.
(Editor:Elena G.,Rocío Huang)