Por Priyanka Sharma
Ser muy delgada para estar mejor
Beijing,06/07/2016 (El Pueblo en Línea) - ¿Tienes que usar pantalones con esos muslos de pollo?
¿Quién dijo que ese hombre no puede volar? Espera que sople el viento...
Estos son algunas de las mofas que la gente suele hacer a costa de las personas delgadas.
Una tarde, mi amiga y yo fuimos de compras y le sugerí unas bermudas.
"¿Estás loca? No puedo usar eso. Estaría enseñando mis canillas", exclamó.
También escuché un rechazo similar cuando le sugerí una pieza que dejaba los hombros al descubierto
Ese día tuve sentimientos encontrados. Por un lado, me sentí mal porque mi amiga que no podía disfrutar de las confecciones que desnudaran sus piernas y hombros flacos. Por otro lado, al ser yo una mujer de tallas grandes, comprendí que las “envueltas en carne” no somos las únicas con problemas de imagen corporal.
Nunca me importó mucho tener una cintura talla 4 o una del tamaño de una moneda. No voy a negar que hay momentos en que he sentido sana envidia por la delgadez de mis amigas, pues no tienen que estar haciendo dietas. Esta situación me recordó el dicho que reza: la hierba del jardín del vecino siempre parece más verde. Ya que no es menos cierto que ser un individuo delgado también tiene su propio conjunto de problemas.
Un ex colega mío a pesar de su sana apariencia, buena educación y salario alto debido a su extrema delgadez es incapaz de encontrar una mujer. Una joven que le presentaron le preguntó si tenía algún problema de salud o de anorexia.
Otro amigo mío que ansía tener un hijo, no lo ha podido lograr porque el cuerpo de su esposa es incapaz de soportar el peso de un embarazo.
Mi hermana, que recientemente se unió al club de los flacos, constantemente es interrogada por su salud y hábitos alimenticios. Al igual que muchas otras personas, ella tiene que explicar una y otra vez que está perfectamente bien y no tiene problemas de salud.
Independientemente de la delgadez natural de muchas personas, debido a su metabolismo o a su altura, la gente siempre asocia a los flacos con la mala salud.
Ya sea por exceso o por defecto, cada extremo tiene su propio conjunto de problemas.
A pesar de que estoy en paz con mi talla, si pudiera elegir creo que me gustaría unirme al club de las flacas, sencillamente para disfrutar comer sin tener que preocuparme por lo que me llevo a la boca.
Este artículo fue publicado en la sección dedicada a los lectores del Global Times Metropolitano. Las ideas expresadas son exclusivamente opinión del autor.
(Editor:Elena G.,Rocío Huang)