Los matrimonios multinacionales deben esclarecer la forma de administrar sus propiedades y finanzas
Las parejas entre nacionales y extranjeros deberían tomarse algún tiempo para pensar cómo administrar sus bienes antes de tomar cualquier decisión que los perjudicaría en el futuro, aconsejan los abogados chinos especializados en divorcios. (Foto: IC)
Beijing,22/08/2016 (El Pueblo en Línea) - Smith Miller (seudónimo), un señor holandés residente en Beijing, no se arrepiente de haber firmado un acuerdo de vivienda con su esposa, incluso antes de casarse.
Según la costumbre tradicional china, la familia del esposo debe garantizar el hogar donde ellos vivirán. Respetando las reglas y después de comprometerse con una mujer china, en el año 2004 Miller compró un apartamento en Beijing.
Él accedió a darle el derecho a su futura esposa que fuera co-propietaria, pero bajo una condición insoslayable.
"Le pedí a mi esposa que firmara un recibo donde se consigna un préstamo de dinero realizado de mi hacia ella", recuerda Miller. "El recibo explicaba que ella me pidió prestado el dinero para comprar la casa juntos. Si nos separábamos antes de la boda, el apartamento no contaría entre sus bienes, a pesar de que era co-propietaria."
Su futura esposa y los padres de ella no podían entender el comportamiento de Miller.
"Ellos se sintieron insultados. Sin embargo, mi proceder es algo normal en países occidentales”, asegura Miller.
El divorcio en curso del actor chino Wang Baoqiang ha propiciado el debate entre los chinos acerca de cómo administrar los bienes comunes de un matrimono. Wang anunció que iba a divorciarse de Ma Rong, su actual esposa, y tres días después sus finanzas tomaron un giro inesperado.
De acuerdo a Beijing News, el 17 de agosto, pocos días después de su divorcio, seis cuentas bancarias de Wang fueron limpiadas por su esposa, dejándolo con sólo alrededor de 100.000 remimbi (15.076 dólares). El artículo también asegura que a pesar de tener propiedades valoradas en unos 100 millones de remimbi, Wang no las puede tocar y incluso ha tenido que pedirle dinero prestado a sus amigos. Todo este calvario le ocurre a Wang, a pesar de que la revista Forbes consignó que el prestigioso actor ganó 26 millones de remimbi en el 2015.
La situación de Wang ha conmocionado a muchos ciudadanos chinos, que han sostenido acaloradas discusiones en las redes sociales sobre el tema del manejo de los bienes comunes antes, durante y después del matrimonio.
En los matrimonios multinacionales, definir qué es propiedad común y qué es propiedad individual es una conversación inevitable.
El número de matrimonios entre ciudadanos chinos y extranjeros ha experimentado un notable incremento en los últimos años. De 1996 al 2002, en Shanghai se registraron más de 21.000 matrimonios de este tipo, de acuerdo al portal Cankaoxiaoxi.com.
La propiedad común es un tema particularmente sensible y complicado para las parejas de diferentes culturas y países, en caso de que uno o ambos de los individuos tenga propiedades en China o en el extranjero. Aferrarse a los diferentes enfoques culturales relacionados con la propiedad, a veces pueden causar irreversibles conflictos que desencadenan el divorcio.
Los divorcios entre ciudadanos chinos y extranjeros son más difíciles que otros casos y requieren más tiempo y dinero para resolverse, aseguran los expertos legales. (Foto: IC)
"Yo no compraría un apartamento en China si no tuviera la intención de casarme ", precisa Miller, quien conoció a su esposa en el 2002.
En la consciencia de Miller, el apartamento que compró es propiedad de ambos.
"Nos casamos sobre la base de la ley de matrimonio de los Países Bajos. Sin embargo, cuando puse el nombre de mi esposa en la escritura de la casa, no estábamos casados. Por lo tanto, no había protección matrimonial por bienes comunes", asegura Miller.
Para protegerse, Miller decidió pedirle a su futura esposa que firmara el citado acuerdo.
"No consulté ningún abogados o asesores legales. No fue un acuerdo prenupcial, sólo un documento legal para proteger mi derecho de propiedad antes de que pudiéramos hacerlo debido al matrimonio. Después de casarnos, ese documento era papel mojado, ya que cada uno adquirió el derecho a la mitad de la propiedad", explica Miller.
La novia interpretó la iniciativa de Miller como una falta de confianza. Después que Miller le explicó, ella finalmente entendió y accedió a firmar el documento.
"Llevamos diez años de casados y nunca hemos tenido problemas por cuestiones de propiedad, pero me doy cuenta de que si no hubieramos firmado ese papel de compromiso, ella se hubiese sentido más feliz en ese momento", admite Miller, y agrega que hoy en día sigue pensando que hizo lo correcto y no se arrepiente.
Shi Qingpan, abogado del bufete S & P con sede en Beijing, destaca que la firma de un acuerdo prenupcial es una manera segura y eficaz de proteger los intereses de las personas que entran en un matrimonio, y en particular en asociaciones entre dos ciudadanos de países distintos.
Shi señaló que si las parejas firman un acuerdo privado, el acuerdo tiene validez legal.
"No es fácil para la mentalidad china aceptar la firma de un acuerdo prenupcial. Sin embargo, un examen a fondo siempre es necesario antes de casarse", advierte Shi.
El experto en matrimonios sugiere que las parejas de países distintos deben preguntarse si pueden aceptar las diferencias culturales después del matrimonio con respecto al sentido de la propiedad. Además, es vital identificar claramente qué tipo de modelo van a adoptar para gestionar sus activos.
"Cada matrimonio tiene su propia situación específica. Ellos necesitan encontrar una forma correcta de administrar sus bienes", sugiere Shi.
Mujeres a cargo
Miller considera que un entendimiento mutuo de las diferencias culturales relacionadas con la propiedad común es esencial para un feliz matrimonio.
Él necesitó varios años para acostumbrarse a la cultura tradicional china en la que los ingresos del esposo lo entrega a su esposa, y ella tiene libertad para administrarlo como lo estime conveniente, básicamente para velar por la manutención de la familia.
Al principio, Miller y su esposa tenían cuentas bancarias separadas, algo que estaba bien para él. En Holanda, las parejas tienen cuentas bancarias separadas y eso no significa falta de amor ni desconfianza.
"La mayoría de mis amigos de los Países Bajos aplican un método donde cada cónyuge es responsable del pago de los diferentes gastos. Por ejemplo, uno es responsable de pagar el alquiler de la casa y el otro es responsable de pagar lo que gastan los hijos", indica Miller.
Sin embargo, pocos años después de estar casados la esposa de Miller le expresó su deseo de asumir el estilo chino de administración matrimonial, es decir, la entrega incondicional a la mujer el control de los ingresos, la cuenta bancaria y las decisiones familiares que se deriven de las finanzas. Fue difícil para Miller aceptarlo, pero finalmente cedió.
Ahora Miller considera que haberle dado a su esposa el control total sobre sus finanzas fue una buena idea.
"Ella comenzó a ser muy ahorrativa y evitar los gastos innecesarios", observa Miller.
Antes, él no tenía una alta conciencia del ahorro familiar. Sin embargo, ahora es ella la que especifica cómo, cúando y dónde gastar el dinero de ambos.
Ben Brown, estadounidense de 42 años, también comparte la misma dinámica matrimonial. Lleva dos años casado con una mujer china y tienen un hijo de un año. Recientemente, Brown hizo un pago inicial para tener un nuevo apartamento en Chongqing.
Al igual que Miller, Brown entregó a su esposa el control total sobre sus ingresos. Además, el nuevo apartamento se encuentra a nombre de ambos.
Brown dirige su propio negocio en Chongqing y entrega regularmente las ganancias a su esposa.
"Mantengo una pequeña cantidad de dinero conmigo, para gastos personales sencillos como comprar una cerveza, pero el resto se lo entrego a mi esposa ", afirma Brown. "Ahorramos mucho y juntos tomamos decisiones sobre los gastos."
La división de la propiedad comunitaria
De acuerdo con las estadísticas del 2015 publicadas por iRead semanal, China es el hogar de 47.000 matrimonios compuestos por ciudadanos chinos y extranjeros, aunque la tasa de divorcio de ese grupo ha ido en aumento.
"He tratado una gran cantidad de casos de divorcio de este grupo", coincide Shi. "Por lo general, cuando se trata de disolver la comunidad de bienes, siempre es más complicado de lo que se espera."
En 2015, una china llamado Li Ping (seudónimo) fue a la corte para disolver su unión con su entonces esposo, el alemán Tom Davis (seudónimo). Davis encontró severos obstáculos para recuperar la parte de la propiedad común que le correspondía.
Por ejemplo, David pagó la mayor parte del dinero de un apartamento que compraron juntos en Beijing. Para simplificar las complejidades administrativas que entran en juego cuando un extranjero intenta comprar una propiedad en China, la propiedad del apartamento se registró solamente a nombre de Li.
Cuando se estaban divorciando, la pareja acordó dividir la casa al cincuenta por ciento y poner temporalmente el dinero de la venta en la cuenta bancaria de Li. Entonces, ella súbitamente retiró todo el dinero y desapareció sin dejar rastro.
A pesar de que ocurren este tipo de casos, Miller confía que la mejor manera de proteger la comunidad de bienes de un matrimonio multinacional es fortalecer el amor y mantener viva la confianza entre los cónyuges.
"Cuanto más tiempo pasamos juntos, más profunda es la confianza y el entendimiento entre nosotros", puntualiza Miller. "Tengo activos en el extranjero que logré antes de casarse, pero en mi corazón, esos bienes pertenecen a mi familia (de Beijing)."
(Editor: Elena G.,Rocío Huang)