Reanudación de vuelos Cuba-EEUU centra debates en la isla

Actualizado a las 31/08/2016 - 08:46

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La reanudación de vuelos regulares directos entre Estados Unidos y Cuba tras más de medio siglo de interrupción acapara hoy la atención de los cubanos, la mayoría contentos, y algunos recelosos.

"La noticia de que este miércoles se realizará la primera travesía aérea entre Fort Lauderdale, Florida, y la ciudad cubana de Santa Clara, me parece un paso importante para el acercamiento entre dos pueblos, dos culturas y dos gobiernos vecinos que pueden convivir en paz, siempre que medie el respeto", opinó el electricista Juan Carlos Gómez.

"La enemistad prolongada entre Cuba y Estados Unidos ha sido frustrante y agotadora para ambos pueblos, sobre todo para los cubanos, que hemos sufrido en carne propia los rigores de un bloqueo de más de medio siglo, el cual permanece aún como un obstáculo ante los esfuerzos por normalizar las relaciones bilaterales, añadió este habanero sencillo, cercano a los 60 años.

Para María Gutiérrez, una jubilada octogenaria que perdió a todos sus tíos y primos cuando estos emigraron hacia Miami en 1963, "ahora se abre una oportunidad" para que los descendientes de aquellos puedan viajar con mayor facilidad y mejores precios a la isla, "siempre que Washington los autorice, claro".

Con similar optimismo se pronunció Michel García, joven universitario que anhela intercambiar con estudiantes de otros países, incluso de Estados Unidos, y conocer otros lugares, pero regresar a la isla, pues -dice- "yo soy de los que sueñan con una Cuba florecida, y por eso quiero trabajar desde aquí, donde está todo lo que más amo".

"Cientos de miles de cubanos tienen a su familia dividida por el Estrecho de la Florida, y esta reanudación de los vuelos directos interrumpidos en 1961 es algo muy bueno tanto para los que pueden ir a ver a sus parientes a Estados Unidos, como para los que están allá y desean visitarnos", añadió García al recordar que en el "Norte" viven más de un millón de cubanos.

Este joven de 21 años señaló que el tráfico aéreo bilateral, que es algo bueno, tiene un poderoso enemigo: el bloqueo de Washington, que pone trabas a las visitas de ciudadanos estadounidenses a la Mayor de las Antillas.

"Habrá muchos vuelos, con boletos seguramente más baratos, pero ¿podrán viajar libremente los (norte) americanos?", se preguntó.

Para Roberto Madrigal, un jubilado cienfueguero consultado por vía telefónica, "los cubanos tenemos que ser cautelosos y no borrar nuestra memoria histórica, es decir, impulsar las relaciones bilaterales, ver con buenos ojos la reanudación de ese puente aéreo con Estados Unidos, pero dormir con un ojo abierto, como los delfines".

Salvo pocos casos, los cubanos consultados consideran muy bueno que se reanuden esos vuelos porque los precios de los pasajes tal vez bajen debido a la competencia entre aerolíneas, lo cual puede facilitar el intercambio familiar y, sobre todo, porque es lo normal entre dos países que están inmersos en el esfuerzo de normalizar sus relaciones tras más de medio siglo de enemistad.

En La Habana, el boleto de ida y vuelta a Miami -el más solicitado- cuesta hoy 422 pesos convertibles cubanos, más los impuestos de ambos aeropuertos, que superan de conjunto los 50 dólares, pero los antillanos esperan que al haber varias ofertas diarias de vuelos, los precios actuales se flexibilicen y estén al alcance de muchos cubanos de una y otra orillas.

El secretario de Transporte de Estados Unidos, Anthony Foxx, viajará mañana miércoles a la ínsula a bordo de un JetBlue que hará el primer vuelo directo entre la Florida y la central provincia cubana de Villa Clara.

Esa travesía se inicia al amparo del acuerdo de 110 vuelos diarios a Cuba aprobados por el Departamento estadounidense de Transporte, de los cuales 90 son a nueve aeropuertos de ciudades cubanas fuera de la provincia de La Habana, y los 20 restantes a la capital de la isla.

Para los viajes a La Habana, las compañías aún esperan la autorización final, debido a que las solicitudes de las aerolíneas triplicaron la cifra acordada por los dos gobiernos.