Última hora:  
español>>América Latina

Brasil y EEUU quieren mejorar relaciones diplomáticas tras tensiones

Actualizado a las 18/01/2017 - 09:06
Palabras clave:

La presidencia estadounidense de Donald Trump, que se inicia el próximo 20 de enero, establecerá una nueva etapa en las relaciones diplomáticas, económicas y comerciales entre Brasil y Estados Unidos.

El gobierno del presidente brasileño, Michel Temer, ya marcó distancias con su predecesora, Dilma Rousseff, y estableció como uno de sus objetivos claves de su política externa el acercamiento a Estados Unidos y el fin del clima de desconfianza entre los dos países, presente desde 2013.

La relación entre ambos países se estremeció cuando en 2013 el ex contratista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos, Edward Snowden, filtró documentos en los que se muestra que Washington realizó escuchas ilegales en el teléfono de la ex presidenta Rousseff.

En respuesta, la entonces mandataria brasileña canceló la visita de Estado programada a Estados Unidos, donde iba a reunirse con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

La relación entre los dos países se enfrió y la diplomacia brasileña esperó, sin éxito, una disculpa oficial del Ejecutivo estadounidense.

El clima de desconfianza mutua se apoderó de las relaciones diplomáticas entre brasileños y estadounidenses.

Con la reelección de Rousseff, en octubre de 2014, Washington escenificó un acercamiento, al llevar la iniciativa en varios gestos conciliatorios que se plasmaron en una reunión de trabajo entre Obama y Rousseff en el contexto de la Cumbre de las Américas, celebrada en abril de 2015 en Panamá.

En este encuentro se anunció la visita oficial de Rousseff a la Casa Blanca, la cual tuvo lugar en junio de 2015.

Tanto en Panamá, como en Washington, ambas partes reiteraron las buenas intenciones que se reflejaron en la firma de acuerdos bilaterales estratégicos.

Los meses que antecedieron al encuentro en Panamá, el gobierno de Obama trabajó de manera activa en la reconciliación con Brasilia.

El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, encabezó el acercamiento entre ambos países, al mantener una conversación telefónica con la presidenta Rousseff, a quien invitó a Washington.

El clima de inestabilidad política en Brasil y la salida de la presidencia de Rousseff, después de un proceso de "impeachment" (juicio político), enfrió de nuevo el clima entre ambos países en los tres primeros trimestres de 2016, al evitar una mayor reaproximación, cuando el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, anunció en agosto una reunión con el canciller brasileño, José Serra, en Río de Janeiro.

El Departamento de Estado se mantuvo al margen de todo el proceso de "impeachment" contra Rousseff para evitar cualquier tipo de condena.

"El pueblo brasileño es quien tomó la decisión y nosotros lo respetamos, creemos que las instituciones democráticas de Brasil actuaron dentro del marco constitucional", afirmó el vocero de Estado, John Kirby, tras la destitución de la presidenta.

En mayo de 2016, el entonces gobierno interino de Temer cambió los rumbos de la política exterior con el nombramiento de José Serra como canciller.

Una de las primeras medidas que se tomó fue el cambio de embajador en Washington.

Luiz Alberto Figueiredo, ex ministro de Relaciones Exteriores en la última etapa del primer gobierno de Rousseff, fue trasladado a Lisboa y fue substituido por Sergio Amaral, un diplomático experto en comercio, un área que el Ejecutivo brasileño pretende potenciar.

Sergio Amaral consideró que la toma de posesión de Donald Trump llega en un momento en que existe "una mayor proximidad entre ambos países".

Brasilia está convencido de que, con la nueva administración republicana, será posible intensificar las relaciones en el marco de negociaciones comerciales bilaterales, con las cuales aumentarán las inversiones estadounidenses en territorio brasileño y acelerarán la cooperación entre ambos países en proyectos en el área de energía, defensa y conocimiento.

En general, "Brasil no se verá afectado por el cambio de gobierno en Estados Unidos. Nuestro país no forma parte de ninguno de los problemas en el área de comercio que fueron señalados durante la campaña electoral (de Trump)", dijo Amaral, quien recuerda que el déficit comercial brasileño con ese país es de 2.000 millones a 3.000 millones de dólares anuales.

El embajador descartó que Brasil se vea afectado, en caso que la administración Trump aplique políticas comerciales proteccionistas.

Noticias relacionadas:

PTV videoMás

Economistas internacionales se muestran optimistas sobre las perspectivas económicas de China

EnfoqueMás

Nueva regulación futbolística limita a los jugadores extranjeros en las ligas chinas