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Los padres chinos ejercen mucha presión sobre el matrimionio de sus hijos

Pueblo en Línea  2017:02:09.15:12

Beijing, 09/02/2017 (El Pueblo en Línea) - Los eventos de encuentro de parejas se llevan a cabo en muchas ciudades, sin embargo muchos de los que participan no son los que se casaran sino sus padres que han determinado buscarle cónyugue a sus hijos.

La buena apariencia, el lugar del registro de residencia personal y la fertilidad están entre las cualidades más valoradas por los evaluadores.

La antigua tradición china de matrimonios arreglados se mantiene hasta hoy, e incluso muchos programas de televisión lo explotan hasta el delirio.

Los padres chinos ejercen mucha presión sobre el matrimionio de sus hijos

Información sobre cónyuges potenciales en un evento casamentero en Shijingshan, Beijing. (Foto: Li Hao)

En los eventos casamenterios, las madres suelen exhibir pancartas que destacan las cualidades más atractivas de sus hijas solteras.

En medio de la muchedumbre, se escucha la queja de una madre desesperada: "Si hubiera sabido que no encontraría novio, jamás le habría permitido estudiar en el extranjero".

Esta conversación suele repetirse a diario, con ligeras variaciones de persona y circunstancia, en una esquina del Parque Zhongshan en el centro de Beijing, al lado de la Ciudad Prohibida. Siempre hay grupos de padres con hijos solteros que van al parque con la esperanza de encontrarles un partido adecuado.

Caminando por el parque, se pueden ver anuncios que rezan: "trabajo estable", "residencia legal en Beijing" o "buenos hábitos".

También se enumeran los atributos que sus hijos - o ellos - quieren para el futuro cónyuge: amable, guapo, preocupado por la familia.

Los matrimonios arreglados por los padres es nada nuevo. En la China dinástica, los matrimonios siempre fueron arreglados por los padres y los casamenteros profesionales, basados en la riqueza y estatus social de ambas familias.

En diciembre, Dragón TV comenzó a trasmitir un programa de citas amorosas. El espectáculo televisivo que sigue el estilo casamentero chino, se presenta con el lema: “Persona casada, familia honrada."

El programa invita a cinco hombres y mujeres solteros y sus familias a relacionarse para ver si el milagro ocurre.

En el primer encuentro, los solteros y sus familias se sentaron en diferentes habitaciones. Cada novia potencial subió al escenario para ser evaluada por las familias, mientras a los candidatos hombres no se les permitía verlas. A ciegas, también las mujeres preguntaban sobre los hombres.

El primer hombre subió al escenario con su madre y su tía. Durante las presentaciones, su tía dijo que virtudes para el trabajo doméstico es la mejor cualidad de una esposa.

Otro hombre de 23 años subió acompañado por su madre, que es nutricionista. Ella explicó que quiere una nuera cuyas manos sean cálidas, porque "las mujeres con manos frías pueden tener úteros problemáticos, que conducen a parir niños enfermos".

Luego el espectáculo hizo que las invitadas desfilaran, una por una. Entre ellas se destacó una mujer hermosa que posee un restaurante. Cuando exhibió sus habilidades culinarias todos los hombres se entusiasmaron. Sin embargo, después de conocer que es divorciada, con 40 años y un hijo, perdieron el entusiasmo inicial.

La nutricionista inmediatamente rechazó a la mujer: "Mi nuera debe darle a la familia entre dos y tres hijos". Su hijo, de 23 años, insistió en mantener en su lista a la hermosa divorciada. Pero la madre criticó su decisión: "Tienes 40 años... los hombres de 40 años son muy codiciados, pero las mujeres no. ¿Cómo puedes garantizar que dentro de 10 años seguirás siendo la dueña del corazón de mi hijo?

El espectáculo de Dragon TV fue presentado por Jin Xing, el famoso y pionero transgénero chino. Irónicamente, a pesar de su transgresión, la diva Jin definió el divorcio de Wendy Deng como "una expulsión de su familia". Y en entrevistas, Jin se ha definido como un “transgénero tradicional” porque considera que las mujeres deben seguir las costumbres tradicionales y subordinarse a las decisiones de sus esposos.

Parque Zhongshan en el centro de Beijing, al lado de la Ciudad Prohibida, donde siempre hay grupos de padres con hijos solteros que van al parque con la esperanza de encontrarles un partido adecuado. (Foto: Li Hao)

Relación sin fronteras

No es casual que bajo el lema “Persona casada, familia honrada", el programa se popularizara entre una teleaudiencia compuesta básicamente por miles de padres casamenteros.

A pesar de que el programa está concebido como un espectáculo de entretenimiento, muchos consideran que presenta la realidad de las relaciones personales y amorosas que se vive en la China de hoy.

Para los jóvenes encuestados, este tipo de programas de citas y lances casamenteros es un crítico recordatorio para que los padres chinos dejen de entrometerse en los asuntos personales de sus hijos.

Peng Xiaohui, profesor de sexología en la Universidad Normal de Wuhan, considera que es comprensible que los jóvenes no estén a favor de que sus padres “legislen” el amor. Y aunque puede ser una tradición, actualmente la joven generación lo considera anticuado y controlador.

Obviamente China ha cambiado, y los valores sociales siguen las transformaciones económicas y el pulso de la era global.

Educar a los padres

Después de soportar a su madre durante años, Sarah Li (seudónimo) comenzó a tomar medidas para "transformarla".

El padre de Li falleció hace ya dos años. Antes de su muerte, la obligaron a asistir a citas a ciegas porque su padre soñaba con verla caminar por la alfrombra nupcial.

Desde que murió, Li ha estado tratando de luchar contra las presiones de su madre. A veces lloraba y gritaba, a veces rompía cosas y se encerraba, pero nada funcionaba.

Li finalmente habló con su madre de asistir a una terapia. Primero fue a una sesión de grupo proporcionada por su empresa donde todos eran colegas. Su madre se quejó de su "largo e interminable registro de citas" frente a todos sus colegas mientras Li lloraba.

La segunda vez que llevó a su madre a una terapia fue en una clínica, donde el terapeuta le sugirió a la madre de Li que debería darle espacio a su hija e imponerse límites de convivencia. Pero la madre se enfadó con el especialista y comenzó a gritar histéricamente:"¡Ella no puede ponerme límites! ¡Yo soy ella y ella soy yo".

En ese momento, Li sintió que su madre, al igual que muchos chinos de esa generación, podrían necesitar ayuda psicológica para aprender a manejar su relación con sus hijos, respetando su espacio, decisiones y privacidad.

Ella comenzó a confesarle a su madre sus sentimientos y anhelos, enfocados dentro de una lógica de bienestar y desarrollo.

"Hasta ahora no he tenido éxito, pero lo sigo intentando", admite Li.

La madre todavía persiste en dominar la vida de Li, pidiéndole cuatro veces al día que fije la cite con un hombre que a Li no le interesa. Pero la esperanza de la agobiada hija está en verificar algunos pequeños indicios de que su madre está cambiado su ultradominante personalidad y confíar en que el tiempo ayude para que logren entenderse mejor.

Mientras la nueva generación de China avanza hacia la madurez, los parques de citas seguirán llenos de padres que consideran que están cumpliendo con su deber. Para ellos, el matrimonio de sus hijos es lo más importante de sus vidas, a juzgar por los preocupados rostros que se observan en Zhongshan, tras las pancartas que promocionan a sus “hijos de oro”. 

(Web editor: Elena G., Rocío Huang)

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