La China rural experimenta un cambio de mentalidad en el canon matrimonial
Un residente en Xiaohuang Dongzhai, en Congjiang, provincia de Guizhou, se dispone a entregar los regalos matrimoniales. (Foto: Liang Guangyuan, Diario del Pueblo).
Por Liu Junguo, Diario del Pueblo
Beijing, 06/03/2017 (El Pueblo en Línea) - Los suegros de Liu Kang, residentes en la provincia de Gansu, decidieron abandonar la tradicional costumbre de exigir costosos regalos y dinero en efectivo durante el matrimonio de su hija.
Los internautas chinos elogiaron la noble iniciativa.
El ejemplo de los suegros de Liu encarna el cambio de mentalidad que se está dando en algunas regiones rurales como recompensa a los esfuerzos del país por modernizar la institución matrimonial y hacerla más asequible a los tiempos que corren.
Antes de su boda, Liu sabía que el costo de un matrimonio en su ciudad natal costaba alrededor de 130.000 yuanes (18.853 dólares). Sin embargo, contradictoriamente el ingreso per cápita promedio anual de los residentes rurales de China era de 12.363 yuanes, e incluso de 8.452 yuanes en las zonas empobrecidas. Al final, Liu logró disponer de esa suma... endeudándose.
Sin embargo, para su agradable sorpresa, la felicidad de los suegros de Liu no le costó mucho dinero.
"Ustedes pronto comenzarán una nueva vida. No queremos recibir regalos", aseguró el suegro.
Aunque Liu les entregó 8.888 renmimbi, su suegra encontró una manera de devolvérselo.
En la tradición nupcial china, el novio tiene que ofrecer a la novia y a sus padres variados y suntuosos regalos, que verifique el compromiso y la obligación moral que aspira a contraer.
Los obsequios también encarnan el deseo de respeto, buen futuro y un matrimonio duradero.
Esta ancestral costumbre aún prevalece en el país, especialmente en zonas rurales. Pagar la tradición se ha convertido para muchos en una pesada carga y una deuda de por vida.
Como poder comprar regalos en muchas familias ordinarias no es más que una remota aspiración, muchos jóvenes rurales ni siquiera pueden pensar en contraer matrimonio.
Los analistas han señalado que aparte de los conceptos tradicionales de exigir dinero para apoyar a los padres de la novia y entregar la “compensación” por perder una fuente de trabajo que ingrese a la familia (la hija se va a vivir con la familia del esposo), la ansiedad sobre el coste de la atención médica y el quedar bien con sus vecinos han conspirado en las zonas rurales para aumentar las dificultades a la hora de querer matrimoniarse.
En los últimos años, el gobierno chino ha fortalecido la orientación, defendido la modernización de los procedimientos matrimoniales y se ha opuesto al matrimonio arreglado, al matrimonio precoz ilegal y a la extorsión de bienes utilizando el matrimonio como chantaje. La gestión está dando buenos resultados.
En las provincias de Shandong y Henan, donde tradicionalmente las familias se interesan mucho por el precio de la boda, se han fundado organizaciones no gubernamentales para asuntos matrimoniales que buscan frenar las terribles condicionantes que median en las alianzas de enamorados, como la imperiosa entrega de costosos regalos y otras costumbres indeseables.
Es este proceso de cambio de mentalidad lo que facilitará que sencillos trabajadores como Liu no necesiten ahorrar durante décadas o tener endeudarse si se atreven a enamorarse de una mujer y proponerle matrimonio.
(Web editor: Elena G., Rocío Huang)