La discriminación de género es un fracaso de los empleadores

Pueblo en Línea  2017:06:06.14:41

Beijing, 06/06/2017 (El Pueblo en Línea) - Una encuesta reciente sobre comportamiento del acceso al empleo por recién graduados ha evidenciado que “casi el 76 por ciento de los graduados que buscan trabajo han sufrido algún tipo de discriminación de género, antecedentes educativos y, en algunos casos, los han inferiorizado debido a su provincia de origen y hasta por su signo astrológico”.

Esta semana, el Diario de la Juventud China ha señalado que “entre todos los tipos de discriminación, la preferencia por emplear varones ha sido un doloroso puñal para el mercado de trabajo de muchos países”.

A nivel mundial, se han realizado intentos legislativos para salirle al paso a la discriminación laboral contra las mujeres. En los Estados Unidos se han promulgado leyes que garantizan la igualdad salarial y el acceso al empleo. Dichas medidas buscan proteger a los más desfavorecidos, mujeres incluídas.

China también ha avanzado notablemente en la reducción de la discriminación laboral debido al género del trabajador, mejorando su legislación actual y fortaleciendo un sistema de normas vinculantes. Actualmente, la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo del país promedia un 70 por ciento, lo cual representa una de las cifras más altas del mundo.

Pero todavía hay un largo camino por recorrer para eliminar el anticuado pensamiento machista de los empleadores chinos. A la hora de disfrutar de una movilidad ascendente, siguen siendo escasas las oportunidades para las mujeres chinas. A menudo tienen que trabajar más y ofrecer mejores resultados que sus colegas masculinos para llegar a ser consideradas y promovidas. También enfrentan una severa discriminación las que carecen de títulos universitarios.

Preocupa que las trabajadoras se vean sometidas a mayores presiones, precisamente ahora que China ha flexibilizado su política de planificación familiar y permite un segundo hijo. El nuevo embarazo podría costarles el éxito profesional y las posibilidades de un salario más jugoso.

Se necesita hacer coincidir un entramado de acciones sociales y gubernamentales que obligue a los empleadores a respetar y cumplir dos compromisos con la ciudadanía: igualdad de género para las oportunidades laborales y la remuneración.

Las empresas que prefieren contratar varones son más propensas a fracasar cuando se les exige una competencia leal. Por su parte, las autoridades de gestión laboral deben cuidarse de no intentar reducir las desigualdades apelando a la manipulación del sistema de pagos, que debe estar orientado al mercado.