Por Wang Junsheng
Beijing, 09/06/2017 (El Pueblo en Línea) - Hace poco más de una semana, cuatro lanzadores antimisiles que integrarán el sistema de defensa de área THAAD fueron enviados por Estados Unidos a la República de Corea.
Como ya se ha dicho, el despliegue de THAAD podría retrasarse algunos meses debido a la imprescindible evaluación ambiental ordenada por Moon Jae-in, presidente de la República de Corea. Sin embargo, en su reunión del 31 de mayo con el senador Dick Durbin, Moon Jae-in afirmó que su orden es "puramente una regulación interna" que no debe ser interpretada como un "intento de cambiar la decisión existente o enviar un mensaje a Estados Unidos".
Todo esto llega en un momento en que China y la República de Corea, cuyas relaciones se deterioraron bastante debido a la decisión de Seúl de permitir el despliegue del sistema antimisiles THAAD, tratan de recuperar el tiempo perdido.
De hecho, el presidente Xi Jinping fue uno de los primeros líderes en felicitar a Moon Jae-in por su victoria electoral. Y el nuevo presidente de la República de Corea, además de comprometerse en la campaña presidencial de que revisaría la decisión de su predecesora, también envió representantes al Foro Internacional “Cinturón y Ruta” celebrado el mes pasado en Beijing.
Pero las continuas labores en el despliegue de THAAD siguen siendo una espina en las relaciones bilaterales.
Es comprensible que Moon Jae-in se muestre cauteloso ante la idea de suspender la implementación del sistema estadounidense antimisiles THAAD. Esto podría frustrar los esfuerzos de su partido por ganar más escaños en la Asamblea Nacional y complicar las relaciones con Estados Unidos. Además, para finales de este mes, él tiene previsto viajar a Estados Unidos, dentro de lo que sería su primera visita de Estado. Y como detalle importante, también hay que recordar que, gran parte de las fuerzas políticas que le apoyaron durante su campaña electoral, esperan que mantenga su promesa de desplegar el sistema estadounidense antimisiles THAAD en territorio surcoreano.
A pesar de su reticencia a las prisas, Moon Jae-in tendrá muchas dificultades para apaciguar tanto a Washington -que quiere concretar lo antes posible el despliegue de THAAD- como a los ciudadanos surcoreanos y países como China y Rusia que se oponen al despliegue del sistema THAAD.
El hecho de que cuatro lanzadores del sistema THAAD fueron transportados hacia la República de Corea, destaca las disparidades entre el presidente y los conservadores, así como el hecho de que el despliegue –en caso de que llegara a establecerse- servirá a un minúsculo grupo de intereses y no al gran interés nacional del país.
Por otra parte, las relaciones entre China y Corea del Norte experimentarán una mejoría limitada si Seúl decide activar THAAD. Este sistema antimisiles supone una seria amenaza para la seguridad y los intereses estratégicos de China y a Beijing le sobran las razones para oponerse a su despliegue. El principio de “mantener la buena vecindad” no convencerá a Beijing de la "urgencia" de desplegar el sistema THAAD en suelo surcoreano. Y algo más importante aún: el despliegue de THAAD podría frustrar los esfuerzos globales para resolver el problema nuclear de la Península Coreana.
Moon Jae-in ha abogado por un enfoque constructivo de la reconciliación con la República Popular Democrática de Corea (RPDC). Pero su política hacia la RPDC sólo puede tener éxito si todas las partes involucradas actúan hacia la misma dirección. Por ello es por lo que la inclinación de Seúl a permitir el despliegue del sistema THAAD, también podría deteriorar los lazos entre Beijing y Washington.
El retraso del cronograma puede ser una oportunidad para que Moon Jae-in revise la legitimidad del proceso y notifique a sus ciudadanos sobre los efectos secundarios negativos que acarrea desplegar el sistema THAAD en suelo surcoreano.
Por su parte, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, quien más de una vez ha expresado su voluntad de cooperar con China en asuntos álgidos, debería demostrar una correcta actitud, establecinedo una mejor decisión sobre el despliegue del sistema THAAD en la República de Corea.
El autor es investigador de Asia-Pacífico en la Academia de Ciencias Sociales de China.
(Web editor: Elena G., Rocío Huang)