¿Y si la tecnología pudiera inmortalizar a los seres humanos?
El investigador Kevin Le ha destacado que la "filtración" de la luz puede ser un avance importante en los futuros proyectos solares. [Foto: Xinhua]
Beijing, 14/06/2017 (El Pueblo en Línea) - Cuando leí por primera vez que el científico Ray Kurzweil afirmó que para el 2045 podría existir una tecnología que permita la inmortalidad en seres humanos, lo tomé como un disparate. Y creo que muchos también lo hicieron.
La afirmación es ridícula e irracional, no sólo porque físicamente es imposible, sino también porque lograr la inmortalidad humana sería desastroso para la madre Tierra.
La noticia también me recordó la actitud de los demonios en la novela china “Viaje al Oeste”. E sus páginas, ellos tratan de hacerle creer a Tang Seng, monje budista que peregrina hacia la India en busca de las sagradas escrituras, que si come de su propia carne, puede llegar a ser inmortal. Y aunque los demonios intentan todos los trucos posibles para capturar a Tang, considero que el fracaso de los demonios y su destrucción final encierra una enseñanza sencilla: quien ansía la inmortalidad, perece más rápido.
¿Pero, qué hay de la "profecía" del gran científico de Google? ¿Qué pasa si su reclamo se hace realidad?
Para empezar, tal tecnología -en caso de que se convierta en realidad- sería muy costosa y estaría fuera del alcance del 99 por ciento de la población mundial.
Esto nos lleva a la realidad de que apenas un 1 por ciento poseerá el 99 por ciento de la riqueza del planeta, lo que iría en contra del avance de la ciencia y la tecnología modernas en función de redistribuír la riqueza mundial de un modo más equitativo y justo. Por muy desigual que sea el mundo en términos de distribución de la riqueza, ante la muerte todos somos lo mismo: difuntos.
Esta verdad universal ha sido el único consuelo para muchas personas apaleadas por la pobreza y que no tienen ninguna posibilidad de mejorar en la vida. Por eso, aquellos que han estado trabajando para inventar la "tecnología de la inmortalidad" conspiran contra el equilibrio vida-muerte y pretenden privar a los pobres de su único consuelo mundano.
Obviando la creciente brecha global de posesión de riqueza, lo que estos científicos están tratando de hacer no es precisamente un genial adelanto científico, sino quebrar la última esperanza de la mayoría de los hombre de a pie: verificar la certeza de que “polvo eres y en polvo te convertirás”.
¿No es una cínica crueldad de la peor calaña el hecho de soñar con la inmortalidad para beneficio del 1 por ciento de la población mundial?
La "tecnología de la inmortalidad", si alguna vez se llega a inventar, sólo hará que este mundo sea un lugar aún más desigual e injusto, donde sólo los más ricos y poderosos podrán permitirse disfrutar de una vida ilimitada. El único consuelo que quedaría para el pobre y mayoritario 99 porciento restante sería creer que incluso algunas de las personas más ricas y poderosas no podrán acceder a la salvadora tecnología, debido a su altísimo costo y fracasaran como los demonios de “Viaje al Oeste”.
Para aquellos que todavía no encuentran consuelo en la vida, la idea de la paz eterna en la muerte le brinda consuelo espiritual, mientras que los "inmortales" se dejarán sufrir en sus problemas terrenales y miserias humanas “por los siglos de los siglos”.
Pero ¿qué pasa si una tecnología se inventa para que esos "inmortales" viajen sin restricción? Un amigo me comentó que los científicos han estado trabajando duro en concretar una tecnología que permitira a los seres humanos viajar a Marte. Claro está que esa moderna Arca de Noé llevará a las personas más ricas y poderosas a pasear por Marte, salvándose de los nocivos efectos del cambio climático, cuando son ellos los responsables directos.
Prefiero seguir siendo un terrícola de a pie que un turista en Marte (en caso de que sea habitable). Seguro que los ricos y poderosos de este mundo convertirán ese otro mundo en el nostálgico paraíso perdido que siempre se empeñan en arruinar.
(Web editor: Elena G., Rocío Huang)