Por Liu Litao
Beijing, 16/06/2017 (El Pueblo en Línea) - Dennis Rodman, ex atleta estelar de la NBA, este martes aterrizó en Pyongyang para realizar su quinta visita a la República Popular Democrática de Corea (RPDC), en su primer viaje desde que Donald Trump asumió como presidente de los Estados Unidos.
No sorprende que la visita de Rodman haya provocado nuevos debates: ¿es el hombre adecuado para romper el hielo entre la RPDC y los Estados Unidos? Y lo más importante... ¿su visita a la RPDC desacelerará las tensiones en la península coreana?
Rodman es el hombre adecuado. Desde su primera visita a la RPDC en 2013, sigue siendo uno de los pocos ciudadanos estadounidenses en mantener una buena relación personal con el líder Kim Jong-un. No sólo ha recibido una calurosa bienvenida, sino también ha interactuado con su seno familiar, algo raro cuando se trata de extranjeros en la RPDC.
Rodman ha demostrado respeto por Kim Jong-un, organizando en enero del 2014 un juego de baloncesto entre ex jugadores de la NBA y la RPDC. Además, ha declarado en varias entrevistas que lo considera un amigo para toda la vida.
Lo que también hace de Rodman una figura ideal en este momento es su vínculo personal con Trump. El ex atleta fue miembro del elenco de “Celebrity Apprentice” y apoyó a Trump durante su campaña presidencial.
Como "amigo" de los líderes de la RPDC y Estados Unidos, Rodman es una de las pocas personas ideales para hacer ese trabajo.
La visita de Rodman a la RPDC podría crear la atmósfera para que Washington y Pyongyang inicien conversaciones. Con sus grandes diferencias sobre la cuestión nuclear en la península coreana, ambas partes están bajo presión y necesitan aliviar tensiones. La RPDC, sancionada por la ONU, no puede permitirse una competencia militar a largo plazo, mientras que Estados Unidos necesita que la cuestión nuclear de la península sea resuelta lo antes posible, porque es un dolor de cabeza multilateral y puede socavar su economía y seguridad regionales. Ya Trump ha dicho en más de una ocasión que está dispuesto a dialogar con la RPDC, a condición de que el país comunista abandone su programa nuclear y pruebas de misiles.
Los Estados Unidos y la RPDC se sentarían a conversar en dependencia de cómo perciban la situación. Si Rodman puede ayudarlos a comprender mejor las necesidades del otro, estaría creando destacables bases para el diálogo futuro entre Estados Unidos y la RPDC.
Sin embargo, la importancia de la visita de Rodman no debe sobreestimarse. Algunos medios de comunicación definen su labor como la "diplomacia del baloncesto", un guiño a la "diplomacia del ping-pong" que ayudó a China y Estados Unidos a restablecer relaciones diplomáticas en los años setenta.
Ambas “diplomacias” no son comparables porque la naturaleza de la disputa entre la RPDC y los EE.UU. es muy diferente a que mantenía Beijing y Washington.
Para Pyongyang, la capacidad nuclear es una cuestión de vida o muerte, mientras que para Washington, una RPDC con capacidad nuclear representa una seria amenaza para su seguridad nacional y para el sistema mundial que aboga por la no proliferación de armas nucleares. Por ello es por lo que el punto de encaje sólo se podría alcanzar si ambos lados flexibilizan sus rígidas posiciones.
En este sentido, la visita de Rodman podría ayudar a ambos países a cambiar sus inflexibles posturas, aunque sea un poco, y resolver -o tratar de resolver- una relación compleja de alto voltaje.
Por supuesto, no se puede esperar que Rodman persuada a ambos líderes a girar 180 grados sus políticas de larga data.
Generalmente, la visita de un ciudadano estadounidense de alto perfil a la RPDC es considerada un recorrido por un campo minado. Pero como esta visita de Rodman parece diferente, esperemos que regrese con algo.
El autor es profesor asociado de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad de Nanjing.
(Web editor: Elena G., Rocío Huang)