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China no cejará en su empeño por combatir la corrupción

Actualizado a las 25/11/2017 - 09:40
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BEIJING, 24 nov (Xinhua) -- El vicegobernador de la provincia nororiental china de Liaoning, Liu Qiang, está siendo investigado por supuestas "graves violaciones de la disciplina", según informó el jueves la agencia contra la corrupción del Partido Comunista de China (PCCh).

La caída de Liu no se produjo de forma aislada. La Comisión Central de Control Disciplinario (CCCD) del PCCh anunció el martes que el que fue subjefe del Departamento de Publicidad del Comité Central del PCCh, Lu Wei, es sospechoso de haber cometido graves infracciones disciplinarias y está también siendo investigado.

Lu se ha convertido, de este modo, en el primer "tigre" atrapado tras el XIX Congreso Nacional del PCCh, celebrado en octubre, durante el cual Xi Jinping manifestó que la corrupción es "la más grande amenaza" a la que se enfrenta el Partido e instó a todos los miembros a tener la determinación y la tenacidad de perseverar en la lucha "sin fin" contra la corrupción.

"En la actualidad la lucha contra la corrupción sigue siendo grave y compleja; debemos mantenernos firmes como rocas en nuestra determinación de construir un ímpetu arrollador y garantizar una victoria aplastante", afírmó Xi en el Congreso, poco antes de ser reelegido secretario general del Comité Central del PCCh para un segundo mandato de cinco años en el primer pleno del XIX Comité Central del PCCh.

La investigación sobre estos dos altos cargos es una potente señal de que China no va a cejar en su empeño de luchar contra la corrupción.

Algunas personas creen, de forma equivocada, que la lucha contra la corrupción llegará a su fin tras haber logrado resultados, y algunos piensan que una batalla más profunda puede llevar a los funcionarios a la inacción y dañar el crecimiento económico.

Sin embargo, estas personas no se dan cuenta de que la campaña ha reducido la corrupción, pero no la ha eliminado. Las malas prácticas han disminuido, pero no se han desvanecido. Cualquier laxitud podría llevar a un fracaso en la lucha contra la corrupción.

La CCCD ha expulsado a funcionarios corruptos de todos los niveles, desde las "moscas" de grados más bajos hasta los "tigres", de los superiores, desde finales de 2012, cuando Xi comenzó su primer mandato.

En los últimos cinco años 440 funcionarios de nivel provincial o superior fueron investigados, mientras que más de 8.900 funcionarios de nivel de ciudad y más de 63.000 de nivel de distrito fueron sancionados. Al mismo tiempo, China trabajó con la comunidad internacional y capturó a 3.453 fugitivos que habían huido al exterior.

La campaña contra la corrupción es una lucha a largo plazo. A pesar de que se han logrado resultados notables, la lucha está lejos de haber acabado.

No hay remedios rápidos o fáciles en esta materia. Para arrancar de raíz esta plaga que amenaza la propia supervivencia del Partido, debe hacerse más para curar las enfermedades de la corrupción.

La reforma del sistema de supervisión es el esfuerzo más reciente por contener la corrupción. China ha comenzado a crear comisiones en los niveles de provincia, ciudad y distrito en todo el país, con el fin de garantizar que "todos los empleados públicos que ejercen poder público" estén sujetos a supervisión.

Las comisiones revisarán el cumplimiento del deber y la ética de los funcionarios públicos; investigarán actividades ilegales como la corrupción, el uso indebido de la autoridad, la negligencia en el cumplimiento del deber y el despilfarro de fondos públicos; impondrán castigos administrativos; y trasladarán casos que puedan constituir delitos a las fiscalías, de acuerdo con una decisión del máximo órgano legislativo del país aprobada a principios de noviembre.

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