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El exmandatario será condenado y sólo una cautelar lo salvará, creen aliados de Lula

Actualizado a las 14/12/2017 - 15:29
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RIO DE JANEIRO, 13 dic (Xinhua) -- La rapidez con la que la corte de segunda instancia de Porto Alegre (sur de Brasil) fijó recientemente la fecha para la decisión sobre la apelación presentada por el expresidente Lula da Silva (el 24 de enero) no hizo otra cosa que ampliar la certeza, tanto dentro de partidos de izquierda como de derecha, de que la corte terminará por condenar al petista.

Ahora, resta conocer la respuesta a dos preguntas: ¿Hasta dónde Lula está dipuesto a llegar para hacer de su calvario jurídico una disputa política? ¿Algún ministro de cortes superiores estará dispuesto a suspender los efectos de la decisión por medio de una medida cautelar, liberando al exmandatario, que lidera las intenciones de voto de cara a los comicios de 2018 con el 37 por ciento de los sufragios, ser juzgado por las urnas?

Integrantes del Partido de los Trabajadores (PT) explicaron anónimamente a la prensa que consideran que Lula no tiene otra opción que no sea radicalizarse y llevar su embate contra la Justicia hasta las últimas consecuencias.

El popular expresidente, de 72 años, debe mantener la estrategia de registrarse para la disputa electoral y esperar la decisión de la última apelación posible para dejar la elección.

Según los medios locales, quien conoce la corte de Porto Alegre considera que los tres jueces terminarán por condenar a Lula, aunque con penas diferentes. Esto abriría espacio para otro tipo de medidas cautelares. En teoría, estando detenido, Lula podría registrarse para la disputa de 2018.

Diputados del PT quieren que la defensa del expresidente vaya hasta el Consejo Nacional de Justicia para cuestionar lo que ellos han llamado como "velocidad selectiva" en la tramitación del caso del ex presidente en la corte de segunda instancia.

El expresidente fue condenado en julio por el juez Sérgio Moro, responsable del caso Petrobras en primera instancia, por haber recibido supuestamente un apartamento en el litoral de Sao Paulo de la constructora OAS, a cambio de favorecerla desde el poder.

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