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Inversión externa de 52% en materias primas ratifica a Bolivia como extractivista

Actualizado a las 13/08/2018 - 09:38
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LA PAZ, 12 ago (Xinhua) -- Pese a los esfuerzos por diversificar la producción con valor agregado y la industrialización en la última década, Bolivia continúa siendo un país dependiente de la explotación de las materias primas como los hidrocarburos y la minería, tal cual registra la inversión externa que se concentró en 2017 en los "commodities" en 52 por ciento, según expertos.

El viceministro de Presupuesto y Contabilidad Fiscal, Jaime Durán, en entrevista con Xinhua, manifestó el viernes que la economía boliviana depende menos de la actividad extractiva por el potenciamiento del modelo productivo que permitió la expansión del sector agropecuario y manufacturero.

Sin embargo, el director de la Fundación Tierra y economista, Gonzalo Colque, afirmó que el gobierno de Evo Morales está dando pasos firmes para desmarcarse de su plan anticapitalista de la naturaleza con el fortalecimiento del extractivismo.

"Está profundizando la búsqueda de más hidrocarburos con grandes inversiones externas y nacionales, la minería continúa siendo influyente, además estamos en puertas de explotar el litio que también es un 'commoditie' que ingresará a su auge en los próximos años", aseveró.

De esta manera se refirió al último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), denominado "La inversión extranjera directa en América latina y el Caribe 2018", publicado en julio pasado.

El informe señala que Bolivia tuvo un incremento en inversión externa de 116 por ciento en 2017 respecto a 2016, pero de este monto el 52 por ciento está destinado a minería e hidrocarburos.

"Esta tendencia no se ha modificado en los últimos años, pues el grueso de la inversión externa se destina a las materias primas, y demuestra que el desarrollo económico aún se concentra en los sectores extractivistas", afirmó el experto.

Según el informe de la CEPAL, la Inversión Extranjera Directa (IED) que recibió Bolivia fue de 725 millones de dólares, más del doble de 2016, cuando alcanzó 335 millones de dólares.

El crecimiento se debió principalmente al incremento de la reinversión de utilidades, pues los recursos naturales son un fuerte atractivo para los capitales extranjeros. El sector de los hidrocarburos recibió el 31,6 por ciento de inversión y la minería 20,7 por ciento, según el documento de la CEPAL.

En cambio, las manufacturas también tuvieron un buen desempeño en 2017, pues las inversiones externas llegaron al segundo lugar con 21,2 por ciento.

Sobre esta posición, el viceministro Durán enfatizó que la economía boliviana ya no es tan dependiente de la actividad extractiva, pero al mismo tiempo reconoció que las proyecciones económicas se respaldan en los precios del petróleo y los minerales que fija el mercado internacional.

"No hay que olvidar que parte de nuestra economía depende del sector extractivo, como es la minería y el sector de los hidrocarburos, pero también hay que ver cómo estos sectores han dejado de tener la prevalencia de tiempos pasados, es decir no son de vida o muerte", aseveró.

"Si se fijan la composición del Producto Interno Bruto (PIB) de hidrocarburos representa el 6,6 por ciento y los minerales 5,6 por ciento; entre ambos hacen 12,2 por ciento, pero cada vez tiene una incidencia más baja", señaló.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo (Cainco), Jorge Arias, consideró que la economía aún está muy centrada en materias primas y demanda una diversificación, desarrollando productos y servicios con valor agregado.

"Tenemos que desarrollar un mercado local, pero pensando en que el consumidor ya es global", añadió.

Para el experto, el segundo reto fundamental es lograr la digitalización de los procesos de producción, a fin de facilitar la vida a los ciudadanos que podrían resolver sus trámites desde su computadora o su teléfono inteligente, además de disminuir la burocracia.

Enfatizó que el reto es pasar de una economía extractivista a una diversificada, con productos que tengan mayor valor agregado y con servicios creativos, para lo cual se precisa la economía del conocimiento.

Ve imprescindible ajustar el modelo de desarrollo para darle sostenibilidad ambiental, mediante el uso de tecnología.

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