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Brasil necesita invertir más del doble de lo que gasta actualmente en infraestructura, apunta estudio

Actualizado a las 18/09/2019 - 14:48
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RIO DE JANEIRO, 17 sep (Xinhua) -- Brasil necesita invertir más del doble de lo que gasta anualmente en proyectos de infraestructura para mantener y modernizar los puertos, aeropuertos y las carreteras del país, según un estudio divulgado hoy.

Los datos, divulgados por la consultora Inter.B, muestran que el país sudamericano invierte actualmente 133.000 millones de reales (33.250 millones de dólares) en mantener y modernizar su infraestructura, aunque necesitaría invertir 162.000 millones de reales (40.500 millones de dólares) más.

En 2019, las inversiones, tanto públicas como privadas, en proyectos de infraestructura deben representar el 1,87 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) brasileño, equivalente a 133.000 millones de reales (33.250 millones de dólares), aunque lo ideal sería que este porcentaje subiera al 4,15 por ciento del PIB, es decir, unos 295.000 millones de reales (73.750 millones de dólares).

Según el estudio, únicamente si las inversiones en infraestructura superan el nivel del 4 por ciento del PIB durante los próximos 20 años, Brasil tendrá condiciones de garantizar el mantenimiento y la ampliación de su infraestructura.

"La brecha hoy es de 162.000 millones de reales (40.500 millones de dólares) en valores nominales (sin corrección para la inflación). Tendríamos que movilizar esto del sector privado, porque la capacidad del sector público en los próximos años es muy limitada", explicó el presidente del Inter.B, Claudio Frischtak.

Las inversiones en infraestructura están consideradas fundamentales para que Brasil consiga acelerar su desarrollo económico. Con mejores servicios en aeropuertos y carreteras y una red de saneamiento más eficiente, por ejemplo, el país sudamericano será más competitivo y de esta forma, podrá acelerar el crecimiento de su PIB.

Las obras también contribuyen para reactivar la economía porque generan empleo. Dependiendo de las grandes obras, el sector de la infraestructura brasileña ha sido uno de los más afectados por la crisis económica del país. Sin recursos, el poder público no puede realizar nuevas inversiones ni finalizar las que ya están en marcha.

En 2018, el estudio del Inter.B identificó 7.400 obras paralizadas del programa federal "Ahora es Avanzar". Si todas ellas fuesen concluidas, agregarían 115.000 millones de reales (28.750 millones de dólares) a la economía del país.

El presupuesto del sector público también está presionado por el límite de los gastos públicos, una ley que limita el crecimiento de los gastos a la inflación del año anterior. Como buena parte de los recursos la consumen gastos obligatorios, como los salarios de los funcionarios y las jubilaciones, sobra poco dinero para invertir.

En 2020, el equipo económico del gobierno proyecta que el gobierno federal apenas podrá invertir 19.400 millones de reales (4.850 millones de dólares), inferior a los 22.800 millones de reales (5.700 millones de dólares) proyectados para este año y a los 38.400 millones de reales (9.600 millones de dólares) realizados en 2018.

"El sector público no tiene condiciones de acompañar, ya estaremos satisfechos si mantiene el nivel nominal de inversiones. Luego, el sector privado es el que tendrá que ocupar este espacio", comentó Frischtak.

Del total de inversiones en infraestructura que recibe Brasil actualmente, más de dos tercios (el 63 por ciento) son del sector privado, y la tendencia es que este porcentaje crezca hasta cerca del 84 por ciento, según el Inter.B.

La parte de inversiones públicas incluye aportes del gobierno federal, de las administraciones regionales y municipales y también de empresas estatales.

El pequeño margen que tiene el gobierno para ampliar los gastos, debido a la ley del techo de gastos públicos, ha abierto en Brasil un debate sobre una posible flexibilización de la normativa para intentar ampliar la capacidad de inversiones, en un escenario de debilidad económica.

A inicios de mes, el presidente Jair Bolsonaro afirmó que en dos o tres años, el aumento de los gastos imposibilitará que el gobierno federal realice inversiones.

Para el Inter.B la flexibilización de la ley de gastos acabaría a largo plazo eliminando la ley, lo que desagradaría el mercado financiero y ello provocaría un aumento de los intereses, disminuyendo todavía más el espacio para inversiones.

"Hay que ajustar el nivel, reducir los gastos, principalmente con personal y de la seguridad social, de todos los poderes y de todas las instancias. El resultado de esto es para mantener el nivel de inversiones públicas. Las reformas son apenas para que dejemos de empobrecer. No creceremos un 5 por ciento, descartado", concluyó Frischtak.

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