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No se debe sensacionalizar el incidente de calidad de las máscaras chinas

Pueblo en Línea  2020:03:30.14:59

Desde un avión de Air China, personal del aeropuerto descarga cajas de máscaras y suministros médicos, Atenas, Grecia, 21 de marzo del 2020. (Foto: Xinhua)

Beijing, 30/03/2020 (El Pueblo en Línea) -China, debido a que ha sido uno de los primeros países en controlar el brote del COVID-19, se ha convertido en uno de los principales proveedores de los suministros médicos que se necesitan con urgencia para combatir la pandemia mundial. Sin embargo, más de un país europeo ha afirmado que los productos chinos no cumplen con los niveles de calidad requeridos. Argumentando que no tenían la calidad necesaria, este sábado el gobierno holandés ordenó la retirada de cientos de miles de máscaras importadas desde China que ya habían distribuido en los hospitales. A raíz de este suceso, algunos medios de comunicación occidentales han escrito reportajes sensacionalistas y que tienden a politizar este asunto.

Por otra parte, las opiniones expresadas en las redes sociales chinas sostienen que, a pesar de que China ayuda a los países occidentales a contener la pandemia y está haciendo un trabajo duro, es ingrato porque lo que gana son críticas sobre la calidad de los productos.

Consideramos que en las disputas sobre calidad de las manufacturas se requiere calma y se necesita que ambas partes no exageren. La politización de este tipo de controversia podría poner en peligro la cooperación en la lucha mancomunada contra el nuevo virus y eso, en cualquier caso, debe evitarse como posible escenario.

Es evidente que detectar problemas de calidad en productos médicos causa más preocupación que en otro tipo de bienes. Teóricamente, existe la posibilidad de que parte de la ayuda china y los insumos médicos exportados no cumplan con las normas. Los pedidos extranjeros son grandes y urgentes, y no todos los fabricantes chinos se especializan en ese sector. Ante la necesidad, algunos se han convertido en productores temporales. Además, resalta el hecho de que las normas difieren por países, y es difícil coordinarse en una coyuntura tan crítica. En ese sentido, esta cuestión se vuelve muy compleja.

China debe exigir que los proveedores médicos garanticen la calidad y la cantidad. Asimismo, asegurar que ninguna empresa intente poner los beneficios comerciales por encima de la responsabilidad social y la ética. Cuando otros países cuestionen la calidad del producto chino recibido, en primer lugar lo que hay que hacer es realizar las investigaciones pertinentes. En caso de que se compruebe que realmente fabricaron con defectos de calidad, las empresas involucradas tienen que ser severamente castigadas o procesadas. Nunca deben ser encubiertas u ofrecerles oportunidades de evadir sus responsabilidades.

En las circunstancias actuales, garantizar la calidad de los suministros médicos, ya sean para la entrega solidaria en el extranjero o para las exportaciones comerciales, significa actuar para salvar la vida de personas en riesgo. Es también un hecho de gran importancia para la reputación del producto "hecho en China", e incluso para el prestigio de la nación en su conjunto. Cualquier acción que empañe ese brillo no será tolerada.

Por lo tanto, se sugiere que el país fortalezca la gestión de las exportaciones de suministro médico, se inste a las empresas a tomar pedidos, producir y exportar de una manera más racional y responsable y que los productos que salgan defectuosos sean destruidos dentro de China. De esta forma, los materiales validados podrán ayudar en la primera línea de la lucha contra el nuevo coronavirus. Tampoco se debe permitir la venta de productos médicos descalificados, independientemente si su destino será el mercado nacional o el extranjero.

Por otra parte, los gobiernos y medios de comunicación de otros países deben mantener una actitud racional cuando detecten o afirmen sobre un problema de calidad en los productos médicos importados desde China. No deben exagerarse el tema ni intentar demonizar la etiqueta "hecho en China". Hacer eso es inmoral.

Como el mundo entero hoy compra en China con urgencia, incluso bajo una supervisión mucho más estricta hay desafortunados incidentes que pueden ocurrir. China está haciendo esfuerzos proactivos para suministrarle insumos médicos a todos los países que lo soliciten. Esa es la voluntad imperante. Entonces, en reciprocidad, los importadores también deberían tratar las controversias de buena fe. Si la opinión pública de los países implicados, utiliza las controversias sobre la calidad de dichos productos de forma oportunista, esa ponzoñosa actitud podría ser interpretada por los ciudadanos chinos como una deliberada provocación.

Se espera que los países importen productos médicos de empresas chinas de renombre. El Global Times conoció que algunos gobiernos extranjeros se muestran reacios a elegir importadores de la lista de empresas de confianza que recomiendan las embajadas chinas porque les preocupa que hay empresas de propiedad estatal. Sin embargo, están más dispuestos a ponerse en contacto directo con cualquier empresa china. En caso de que compren a empresas no calificadas y resulte de calidad inferior a la pactada, no deberían tomar posiciones que desencadenen una irresponsable erupción de la opinión pública, poniendo en peligro la cooperación en materia de control epidémico.

Confiando principalmente en su propia producción de insumos médicos, China ha sabido controlar la epidemia. Los productos chinos son fiables. De lo contrario, no habría tantos países haciendo pedidos a China. Si surge algún problema, vamos a resolverlo juntos.

(Web editor: 周雨, 赵健)

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