EspuMás, un proyecto para empoderar a las cubanas

Xinhua  2021:02:26.09:48

Imagen del 24 de febrero de 2021 de Delvis Utria (i), quien es dueña de un negocio privado de lavandería, recibiendo ropa del cliente Omar Camejo (d), en el municipio de Arroyo Naranjo, en el sur de La Habana, Cuba. Desde hace un año un grupo de mujeres cubanas impulsa un singular proyecto de lavanderías que al mismo tiempo que ofrece un servicio comunitario, contribuye al empoderamiento económico femenino. Patrocinado por la Federación de Mujeres Cubanas y el Ministerio de Comercio Interior, el proyecto EspuMás ha permitido que medio centenar de cubanas inicie negocios privados de lavandería en las 15 provincias del país. (Xinhua/Joaquín Hernández)

Por Raúl Menchaca

LA HABANA, 25 feb (Xinhua) -- Desde hace un año un grupo de mujeres cubanas impulsa un singular proyecto de lavanderías que al mismo tiempo que ofrece un servicio comunitario, contribuye al empoderamiento económico femenino.

Patrocinado por la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y el Ministerio de Comercio Interior (Mincin), el proyecto EspuMás ha permitido que medio centenar de cubanas inicie negocios privados de lavandería en las 15 provincias del país.

A raíz de una petición femenina en el X Congreso de la FMC, realizado en marzo de 2019, la organización comenzó a buscar fuentes de empleo para mujeres que no pueden incorporarse al trabajo formal por diversas razones, casi siempre familiares.

De esa forma nació el proyecto en el que el Mincin arrienda lavadoras y vende detergente a un grupo de mujeres, quienes desde sus casas iniciaron un negocio privado de lavandería.

"Este proyecto me llegó cuando más lo necesitaba", dijo Delvis Utria, quien junto a su hermana Arisnelvis, trabaja en casa, con dos lavadoras arrendadas, desde inicios de año en el municipio de Arroyo Naranjo, en el sur de La Habana.

Durante 25 años, Delvis laboró en el Ministerio de la Agricultura, pero las dolencias de su hijo, que es diabético y además celíaco, la obligaron a dejar su puesto e irse a la casa a ocuparse de los cuidados que requiere el niño.

Ahora ambas hermanas tienen en el barrio una clientela creciente y planifican ampliar el negocio dándole servicio a un cercano restaurante privado y a un policlínico, empeño para el que esperan contratar a más mujeres.

"Tener este servicio tan cerca, en el mismo barrio donde vivimos, es algo muy beneficioso, porque permite ahorrar tiempo con la seguridad de recibir una limpieza óptima", afirmó Omar Camejo, un hombre que vive solo con su hijo y quien es cliente habitual de las hermanas Utria.

En circunstancias casi similares a las de las dos hermanas, Daniuska Mercader también abrió una lavandería en su casa en la localidad de Santa Fe, en el municipio costero de Santa Fe, al oeste de La Habana.

Ella fue de las iniciadoras del proyecto, por eso tiene su pequeño negocio desde hace un año, cuando fue seleccionada por la FMC para que brindara servicios en un barrio donde no existía ese tipo de emprendimiento, ni siquiera en el ámbito estatal.

"Esta es la cuarta semana consecutiva que vengo y siempre me voy muy satisfecha", afirmó la joven Mayrelys Venero, trabajadora sanitaria que dice tener poco tiempo para lavar la ropa familiar.

Las dueñas de esos negocios, además de cumplir con sus obligaciones impositivas, pagan al Mincin cada mes 750 pesos (poco más de 30 dólares al cambio oficial) por el arriendo de las lavadoras y otros 1.200 pesos trimestrales para comprar 60 litros de detergente.

En caso de algún desperfecto, la institución está obligada por contrato a enviar un mecánico y si es necesario sustituir en 72 horas el equipo, que es ensamblado por la Industria Electrónica cubana con componentes chinos.

"El proyecto ha representado un beneficio para la propia empresa no solo desde el punto de vista económico, por los ingresos que se perciben, sino por una serie de encadenamientos con la industria nacional que produce las lavadoras y el detergente", explicó Raúl Delgado, directivo del Mincin.

Delgado destacó además que ese organismo también favorece a cooperativas y privados, quienes se encargan de los servicios técnicos a las lavadoras en lugares intrincados.

Desde la FMC, una organización que agrupa a más de cuatro millones de cubanas, se planifica dar mayor impulso a EspuMás para fomentar más empleo, mejores servicios y mayor empoderamiento femenino.

"Tenemos entre 400 y 500 mujeres solicitando incorporarse el proyecto y lo haremos en la medida de que se disponga de los recursos", aseguró Anielka Fernández, integrante del Secretariado Nacional de la FMC y encargada del área de Promoción de la mujer y Atención a la familia.

Fernández, quien acaba de regresar de Beijing de un intercambio con la Federación Nacional de Mujeres de China, recordó que en octubre último, el gobierno aprobó un programa nacional para el adelanto de las mujeres, uno de cuyos objetivos es el empoderamiento económico de las cubanas.

De acuerdo con cifras oficiales, cerca de un millón de cubanas no trabaja por dedicarse a cuidar niños o adultos mayores o por ser parte de la población envejecida del país.