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Ropa de segunda mano vuelve a la vida gracias a la "hormiga voladora"

Pueblo en Línea  2021:07:08.15:42

Dos mujeres revisan productos en una tienda de ropa de segunda mano en Zhengzhou, provincia de Henan. [Foto: proporcionada a China Daily]

Por Zhou Wenting

Después de seis años de rápido desarrollo, una plataforma en línea con sede en Shanghai -dedicada a la reutilización de la ropa y juguetes de peluche de segunda mano- se ha convertido en la tienda china más grande de su tipo, atrayendo a millones de personas que participan entusiasmadas.

Ma Yun, fundador de la plataforma Feimayi -"hormiga voladora" en idioma chino-, destacó que la tasa actual de utilización integral de ropa de segunda mano en China está por debajo del 10 por ciento. Su intención con Feimayi es ayudar a que esta cifra aumente en un futuro cercano hasta un 20 o un 30 por ciento.

"Nuestra red ya cubre más de 300 ciudades de todo el país", afirmó Ma a finales de mayo.

"El público participa de esta modalidad colaborativa para proteger al medio ambiente y permitir que cada pieza de ropa usada rentabilice al máximo su valor de uso", agregó.

China es el mayor productor y consumidor mundial de ropa. La Asociación Textil de Algodón de China precisó que hay más de 26 millones de toneladas métricas de textiles no deseados se acumulan cada año dentro del país. Sin embargo, la tasa de utilización integral es inferior al 10 por ciento.

China prometió ante la Asamblea General de las Naciones Unidas que en el 2030 alcanzaría su punto máximo de emisiones de carbono y la neutralidad de carbono para el 2060.

De acuerdo a la Bolsa Verde de China, con sede en Beijing, al reutilizar 1 kg de ropa no deseada se puede reducir 3,6 kilogramos de emisiones de carbono. Asimismo, por cada computadora portátil reciclada se pueden evitar casi 2 kg de emisiones de carbono.

"Cada día verificamos cientos de miles de piezas de ropa de segunda mano que entran en nuestra plataforma, y ya alcanzamos los 10.000 usuarios. Lo que hacemos es bueno para la sociedad", afirma Ma, nacido en 1991 en la Región Autónoma de Ningxia Hui.

Ma también subrayó que su idea empresarial para implementar esta plataforma fue concebida durante su último semestre universitario. En aquel entonces, él notó que la ropa no deseada de sus compañeros de clase se acumulaba en los pasillos de los dormitorios.

Ma, quien se especializó en ingeniería industrial en la Universidad Politécnica de Shanghai y tiene experiencia en pasantías en empresas basadas en Internet, comenzó a investigar cómo gestionar mejor la ropa no deseada.

En el 2015, Ma estableció Feimayi. El negocio inicial consistía en recuperar la ropa usada en recintos residenciales.

Después de clasificar, limpiar y desinfectar todo, los artículos se proporcionan a personas de regiones domésticas desfavorecidas (de forma gratuita); se utilizan para confeccionar telas o se exportaban a países en desarrollo.

Desde la perspectiva de Ma, cualquier tipo de ropa de segunda mano o juguetes de peluche puede reprocesarse. Tales productos terminados, hechos a base de materiales reciclados, sirven como relleno para chaquetas, relleno para tapicería, cojines de asiento y forros interiores de automóviles.

En la segunda mitad del 2016, la plataforma Feimayi comenzó a experimentar un rápido crecimiento y su volumen de negocio subió casi un 40 por ciento interanual sostenido. Ma asegura que Feimayi comenzó a ser rentable en el año 2017.

Para el visionario Ma, el rápido crecimiento de su empresa se debe a una mayor conciencia china sobre el valor del reciclaje y sobre los peligros de un consumismo donde se adquiere mucho más productos que los que realmente se necesitan.

Alrededor del 80 por ciento de los clientes de Feimayi son féminas que desempeñan un papel importante en la gestión y organización del hogar. Los usuarios típicos tienen entre 25 y 40 años. Del total, aproximadamente dos tercios viven en ciudades de primero y segundo nivel.

Las cajas físicas recolectoras, donde los residentes pueden colocar ropa de segunda mano, han existido durante años en los vecindarios de Shanghai. En este sentido, Ma entiende que Feimayi es una oferta popular porque también instruye sobre cómo tratar con los artículos reciclados y los distribuye a través de tres canales establecidos.

“Las plataformas comerciales de segunda mano no necesariamente trabajan para que la ropa usada tenga una segunda oportunidad y en favor del medio ambiente”, concluye Ma.

(Web editor: 周雨, Zhao Jian)

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