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La “abuela del kungfú” logra celebridad internacional a sus activos 98 años

Pueblo en Línea  2021:08:17.15:54

Zhang Hexian, de noventa y ocho años, muestra sus habilidades en artes marciales a los visitantes durante una reunión en Ninghai, provincia de Zhejiang, julio del 2021. [Foto: China Daily]

Por Ye Zizhen

Un video de una anciana china demostrando sus habilidades en artes marciales durante una reciente reunión local se ha convertido rápidamente en un éxito en YouTube, donde se ha visto más de 440.000 veces y ha recibido 4.500 likes (me gusta).

Los mensajes publicados por admiradores de la mujer de 98 años, conocida por los fanáticos como "la abuela de kungfú", incluyen "No sé si podré caminar así a los 98 años" y "Tal vez el kungfú sea la clave de su longevidad".

Incluso Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, ha tomado nota y ha comentado sobre el video en Twitter: "¡El espíritu del kungfú nunca envejece!".

La "abuela de Kung fu", cuyo nombre real es Zhang Hexian, ya había establecido su reputación en el 2017, aunque en casi 10 décadas nunca ha abandonado su ciudad natal, el pueblo de Zhangkeng en el condado de Ninghai, provincia de Zhejiang. Y aunque habla el dialecto local, entiende el mandarín.

Después de que el video se hiciera viral en You-Tube, su sobrina le aseguró: "Abuela, ahora eres famosa no solo en China, sino también en el extranjero".

Zhang mide aproximadamente 1,5 metros de altura. Sus movimientos de kungfú son fluidos y sus pasos constantes.

Su pueblo ha tenido una larga relación con el kungfú. Zhang comenzó a los 5 años a aprender con su padre, que era un heredero de sexta generación de Zhang Boxing, un estilo de artes marciales del sur de China.

"Empecé a aprender lo básico: una postura firme. Usa tus manos para impactar y empujar con la palma de la mano", dice Zhang. "Solía practicar todos los días cuando era joven. Ahora que estoy mayor tengo menos fuerza que antes, pero todavía mantengo el vigor".

Su espíritu se alinea con el deseo de su padre de ayudar a los demás. Zhang, una agricultora de buen corazón, siempre se ha llevado bien con sus vecinos.

"El kungfú no es vehículo de violencia, sino para protegernos y ayudar a los demás cuando sea necesario", recuerda la anciana.

Feng Chuanyin, su hijo menor, considera que su madre “siempre está lista para ayudar. Ella ayuda a las personas que están a punto de casarse en el pueblo, haciendo costura y cocinando".

Zhang tiene tres hijos y una hija, todos los cuales trabajan en el condado de Ninghai, que está a unos 40 minutos en coche del pueblo. Vive sola desde 2012, cuando quedó viuda.

Su vida es rutinaria, pero bien organizada.

Se levanta a las 5 de la mañana, cocina tres comidas todos los días -los mariscos son sus favoritos- visita a sus amigos y charla ocasionalmente después de almuerzo. Por la tarde, practica kungfú.

Sus hijos la visitan casi todos los días de la semana, aunque a ella le gusta hacer sus propias tareas domésticas.

El pueblo de Zhangkeng está rodeado de colinas, y la casa de Zhang está en una ladera, por lo que es necesario escalar cuando sale a comprar comestibles o a visitar a sus amigos. El ejercicio de la escalada diaria podría ser el responsable de su vigor.

"Le pedimos que viviera con nosotros en la ciudad, pero le gustaba vivir sola", confirma Feng sobre su madre. "La hace sentir libre y cómoda".

La abuela del kungfú ha pasado el estilo de su padre a sus nietos, que vienen a su casa los fines de semana y días festivos.

Al enterarse de la noticia de que una escuela primaria en una ciudad vecina había establecido una clase de artes marciales, Zhang se ofreció como voluntaria para entrenar a los niños.

Feng valora que su madre y su familia "quieran transmitir el espíritu del kungfú a las generaciones más jovenes, y esperan que ese empeño les ayude a mantenerse saludables".

(Web editor: 周雨, Zhao Jian)

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