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El nuevo campeón del mundo de ajedrez, Ding Liren, cautiva el corazón de los aficionados

Por DIARIO DEL PUEBLO digital | el 22 de mayo de 2023 | 09:18
El nuevo campeón del mundo de ajedrez, Ding Liren, cautiva el corazón de los aficionados
Foto: VCG

Por Jorge I. Aguadero Casado

Les ruego que me permitan iniciar este artículo de una manera poco convencional: compartiré con ustedes mi propia experiencia. Durante mi estancia en Madrid, con motivo del Torneo de Candidatos, el evento que determinaría quién tendría el honor de retar por el título al campeón mundial de ajedrez vigente, me tomé la libertad de preguntar a los trabajadores del palacete que acogía la competición quién era su jugador favorito. Todos me dijeron lo mismo: "¡El jugador chino!"

En aquel entorno, tan imbuido de influencia occidental, cabría esperar que las preferencias del personal se inclinaran hacia un jugador de una afinidad cultural más cercana. Sin embargo, la naturaleza humilde del talento asiático le convertía en el favorito de todos.

Tengo el placer de conocer a Ding Liren desde nuestro encuentro en Mallorca, España, cuando tuve el honor de entrevistarle. Por eso, mi corazón se alegró al constatar cómo, a lo largo de los años, ese joven había preservado incólumes sus maravillosas cualidades, manteniendo su esencia genuina y admirable.

Pasados unos meses, tras la partida con la que obtuvo el título mundial, dejó a todos sin aliento al decir: "Me conozco a mí mismo, lloraré y estallaré en lágrimas... El encuentro reflejó las partes más profundas de mi alma".

Este es Ding Liren, nuestro nuevo campeón mundial de ajedrez.

¿Quién es Ding?

Nacido en Wenzhou, en la provincia de Zhejiang, en el este de China, en 1992, Ding Liren conserva su encanto juvenil con una sonrisa benevolente, mirada inocente y voz serena, cualidades que le hacen acreedor del cariño de los entusiastas del juego-ciencia de todo el mundo.

En las últimas semanas, ha ascendido a la cima del mundo del ajedrez en Astaná, Kazajistán, impulsado por el objetivo de dar a China su primer campeonato mundial absoluto de ajedrez. A sus 30 años llegó al evento equilibrando la exuberancia juvenil con la sabiduría de la experiencia. Su formidable oponente, el igualmente portentoso Ian Nepómniashchi de Rusia, estaba haciendo su segundo intento por el título mundial.

Para el aficionado al ajedrez, este ha sido un duelo frenético de estilos opuestos: el juego de control posicional de Ding frente al juego táctico, basado en el cálculo, del ruso. Aunque el campeonato comenzó con una nota amarga para Ding, se negó a ceder ante la adversidad, asumió riesgos infinitos, igualó el marcador y, finalmente, salió victorioso.

Este logro me trae a la memoria unas declaraciones del propio Ding, en las cuales me reveló su profunda aversión a la derrota: "Sufro mucho cuando pierdo".

Una muestra del compromiso de Ding la tienen en que, incluso cuando se enfrentó a una lesión grave, como la fractura de cadera que sufrió durante un evento en Noruega hace unos años, se mantuvo firme en sus deberes profesionales y sólo aceptó atención médica después de cumplir con sus compromisos participando en la grabación de un programa de televisión, siendo operado unas horas más tarde.

Poco después, Ding Liren condujo al equipo chino a la victoria en la Olimpíada de Ajedrez de 2018, aún apoyándose en muletas y desafiando los límites de su resistencia física, tras la reciente cirugía a la que había sido sometido.

En resumen, el último logro de Ding ha consolidado su estatus como ajedrecista brillante y querido, cautivando los corazones y la admiración de la comunidad ajedrecística.

China en el ajedrez

Recuerdo, a principios de la década de 1990, decirle a mis conocidos que el futuro del ajedrez estaba en China. Muchos se reían, porque sus resultados en el escenario internacional no eran sobresalientes.

Sin embargo, sólo había que echar un vistazo a las clasificaciones de los campeonatos del mundo por edades para entender que las cosas habían cambiado: las chicas chinas empezaban a ocupar los primeros puestos y, al poco, los chicos chinos siguieron su ejemplo. Hoy en día, decir "ajedrez" en el mundo es sinónimo de "China". No es coincidencia que el imparable desarrollo del ajedrez en China haya ido en paralelo con su desarrollo económico.

Tampoco es casualidad que sean chinas la mejor jugadora mundial en activo, Hou Yifan, junto con la actual campeona mundial Ju Wenjun y la aspirante Lei Tingjie (las dos jugarán en Shanghái y Chongqing en julio). Tienen motivos más que suficientes para estar orgullosos de su progreso en el ajedrez, con siete jugadoras chinas entre las 50 mejores del planeta.

¿Cuáles son, entonces, las claves del desarrollo y la fortaleza del ajedrez en China? En mi opinión, el hecho de que desde los años 80 viene siguiendo un plan cuyo primer objetivo era lograr el éxito en los campeonatos mundiales femeninos, para luego seguir con metas cada vez más ambiciosas.

Xie Jun abrió el camino en 1991 y, desde entonces, las siguientes ajedrecistas chinas han ganado el título mundial para su nación: Zhu Chen, Xu Yuhua, Hou Yifan, Tan Zhongyi y Ju Wenjun. ¡Seis de las últimas 11 campeonas mundiales femeninas son chinas!

Otro ejemplo de esto es el éxito de China en las Olimpíadas de Ajedrez, el campeonato por equipos más prestigioso. China ha ganado dos de las últimas cinco ediciones. Su modelo de éxito, la formación de sus jóvenes, contrasta con el modelo elegido por EE. UU., nacionalizando a varios jugadores del top10 mundial. ¿El resultado? Un campeonato para EE. UU., en 2018. En las competiciones femeninas, China ha ganado siete de las últimas 12 ediciones, mientras que Estados Unidos nunca ha conseguido imponerse.

Occidente quiere a Ding

Me complace decirles abiertamente que Occidente, y en especial España, se ha enamorado de Ding, que nuestras redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo al talento chino cada vez que perdía y de explosiones de alegría cuando ganaba.

Esto no significa que su formidable rival no fuese de nuestro agrado, ya que Nepómniashchi también tiene muchos seguidores y un comportamiento caballeroso. Lo que quiero transmitirles es que, más allá de otras consideraciones, la superestrella china es muy querida por los valores humanos que transmite: es verdaderamente humilde, ajena a los lujos del dinero, familiar, de excelentes modales, bondadosa timidez y un honor inmaculado en el ejercicio de su profesión.

(Publicado en Global Times -edición Internacional-, 17/05/2023)

El autor es un escritor español y redactor jefe de la revista de ajedrez Peón de Rey.

(Web editor: 周雨, Zhao Jian)