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China y cooperación Sur Sur por un futuro compartido

Por DIARIO DEL PUEBLO digital | el 25 de mayo de 2023 | 09:19

Por Daniel Vargas Quirós

Estudiar la historia reciente de China, es aventurarse a un shock de realidad no imaginada por muchos; un sueño transformado en resultados tangibles e inspiradores sobre la visión de una nación con bases milenarias y una amplia capacidad para diseñar un país mejor con responsabilidad global compartida. Esta es la visión de un futuro compartido hacia el desarrollo equitativo, consultivo desde el derecho y reconocimiento de nuestras diferencias.

Continuar aferrado a nuestro modelo occidental sin analizar otras formas de organización ciudadana, es privarse de las oportunidades existentes en un Oriente cada vez más próspero e inclusivo.

China ha comprendido que el viaje a un futuro mejor no es posible construirlo con heridos que quedan en el camino. Por ello, su visión de un Shared Future, debe mirarse con mucha atención, pues no solo debe admirarnos la grandeza de un barco que ya zarpó, sino, y sobre todo, debe ponernos en acción para poder aprovechar la estela de un desarrollo acelerado de una sociedad mundial mejor, no solo desde el ámbito económico, sino también desde un ámbito de humanidad, altamente palpable en valores y en esperanza, en cada contacto con los miembros de su sociedad.

Los esquemas organizativos de las decisiones políticas y económicas de China y de la puesta en práctica de las mismas, han demostrado su efectividad en las últimas décadas, pues permitieron un desarrollo económico sobresaliente en comparación de todos, entiéndase bien, de todos los países del mundo, en tanto preservan en simultáneo altos valores culturales como la paz, la solidaridad y el respeto, fundamentales para la convivencia de pueblos multitudinarios, obligados a maximizar el uso de recursos para su subsistencia y su crecimiento en el tiempo.

China ha creado los canales comerciales necesarios a través del tiempo para llevar sus productos a todos los rincones del mundo y adquirir sus materias primas de la misma forma. Por otro lado, su capacidad de aprehensión del conocimiento le ha permitido desarrollar tecnologías de punta por una fracción del costo de hacerlo en casi cualquier otro suelo en el mundo. El desarrollo de las capacidades y destrezas de su población, no sólo profesional, sino también técnicamente, a través de una política estricta de formación desde las bases escolares, ha hecho que su capacidad de adaptación sea sobresaliente, pues brinda a las empresas chinas y multinacionales, la plataforma humana y tecnológica necesarias para producir bienes de altísima calidad a costos reducidos.

El compromiso del gobierno chino con el desarrollo de infraestructura vial, a través de la construcción de más de 28 mil kilómetros de autopistas y carreteras en asfalto en los futuros años según los datos de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma en el año pasado, muestra el profundo compromiso de llevar conectividad y posibilidades de desarrollo hasta cada una de sus pueblos, facilitando el tránsito de personas y de bienes.

China, con su visión actual de construcción de un futuro compartido, impulsa el desarrollo de todos los países en el mundo, y sobre todo de aquellos que pertenecen a la región sur del planeta y que han tenido menos acceso al reparto de las riquezas. Ello, no sólo por una visión real y clara de solidaridad mundial, sino también por el aprendizaje adquirido, que dicta que, o avanzamos todos en la construcción de un mundo mejor, o se corre el riesgo de nuevas batallas económicas y políticas por la disputa del poder en el mundo, que podrían imposibilitar, en el caso particular de China, la sostenibilidad de los avances en materia socioeconómica, así como del crecimiento económico del futuro.

Estoy convencido que los países del sur del mundo debemos ver este fenómeno como una oportunidad. La cooperación para el desarrollo ofrecida por el gobierno chino, no solamente debe ser vista como una tabla de salvación para nuestros países, sino y mucho más, como un interés genuino de una de las potencias mundiales de construir una sociedad mundial segura, equitativa, libre y de grandes oportunidades para todos, a través de cooperación técnica, tecnológica y económica en todos los campos posibles del desarrollo.

Nuestros gobiernos latinoamericanos en particular, deben caer en cuenta de esta nueva realidad mundial. Ya no debemos dejar pasar más vacas negras en la oscuridad, debemos aprovechar aquellas oportunidades que se nos brindan, que no vienen acompañadas de un deseo latente de sumirnos en compromisos económicos de futuro, que han ahogado y ahogan aún, nuestras posibilidades de desarrollo.

No estoy haciendo un llamado en contra del capitalismo, la empresa privada, las libertades individuales, ni nada que se le parezca. Mi llamado es a la acción, al abandono inmediato de la zona de confort en la que esperamos que alguien o alguna vez, por generación espontánea, se solucionen nuestros problemas. Mi invitación es a construir planes de largo plazo acompañados de decisiones hechas sobre el estudio profundo de nuestros pactos sociales actuales, ya desgastados por cierto, y podamos construir un nuevo pacto social donde se flexibilizan algunas cosas, y se adquiera un elevado compromiso en otras, en aras de un mayor bien común, y no en la dirección de proteger garantías individuales que nos han llevado a escenarios de países rezagados e inequitativos. Nuestros países subdesarrollados o en desarrollo, no deben enfrascarse en reproducir modelos que han sido exitosos en otras latitudes, debemos ser extraordinariamente críticos y creativos, para crear nuestro propio camino.

El desarrollo, la libertad, la seguridad, la igualdad, entre otros, no son patente de nadie en el mundo, se construyen con base en un acuerdo social, visión de largo plazo y trabajo disciplinado y constante por alcanzar las metas trazadas. Eh ahí nuestro reto!

El futuro es ahora. Es tiempo de creer en nosotros, es tiempo de tomar decisiones globales, es tiempo de desempeñar de manera correcta nuestro papel en la construcción de nuestra historia.

El autor es el diputado de la Asamblea Legislativa República de Costa Rica.

(Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las posiciones del Diario del Pueblo digital.)

(Web editor: 吴思萱, 周雨)