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COMENTARIO: El término "reducir los riesgos" es solo un disfraz para la palabra "desacoplar"
El Grupo de los Siete (G7), liderado por Estados Unidos, finalizó el domingo su reunión de tres días en Hiroshima, Japón. En el comunicado del bloque publicado el sábado, los líderes del G7 dijeron que no se están "desacoplando" de China, sino "reduciendo los riesgos".
El término, cuidadosamente escogido, utilizado anteriormente por los aliados europeos de EE. UU. en su política hacia China y luego cacareado por los funcionarios estadounidenses, podría sonar ligero, pero, como han revelado muchos escépticos, la hostilidad subyacente contra China permanece.
La glorificada retórica de desacoplamiento se produce cuando Washington se ha enfrentado a múltiples problemas económicos internos, que van desde un muy posible incumplimiento de pago de la deuda hasta la agitación financiera exacerbada por aumentos de interés problemáticos y colapsos repentinos de varios bancos.
Desacoplarse del mercado más prometedor y dinámico del mundo es imprudente e insostenible para las empresas estadounidenses. Lo mismo para los consumidores estadounidenses. Con productos chinos asequibles, pueden evitar una crisis más grave del costo de vida.
Las cifras también dicen que el desacoplamiento con China va en contra de la tendencia. El comercio de bienes entre EE. UU. y China alcanzó un nuevo récord de 690.600 millones de dólares en 2022, según los datos publicados por la Oficina de Análisis Económico de EE. UU. en febrero.
En tales circunstancias, Washington ha intentado embellecer su retórica de desacoplamiento, haciéndola más aceptable para el público estadounidense, especialmente para las empresas norteamericanas.
Tal cambio de lenguaje por parte de la Administración estadounidense también ha reflejado su mentalidad paradójica. Si bien necesita la cooperación de China en algunos campos, Washington quiere continuar con la contención, aunque vaya en contra suya.
Un cambio en las palabras no significa una diferencia en la acción. En esencia, la reducción de riesgos no es muy diferente del desacoplamiento.
Washington ha estado intensificando su asedio a China en el área de alta tecnología y otras. Los movimientos recientes van desde el proyecto de ley de competencia con China 2.0 a la acalorada discusión sobre las llamadas cadenas de suministro resilientes de semiconductores en la cumbre del G7, y también desde abogar por el "apoyo de amigos" a restringir la inversión estadounidense en China.
En opinión de Washington y algunos de sus aliados, los riesgos que enfrentan son inducidos por China, y solo conteniendo a China pueden eliminarlos. Una mentalidad tan ridícula crea riesgos reales para el mundo.
Recientemente, Washington y algunas capitales occidentales socavaron las reglas internacionales, incitaron al antagonismo ideológico, se involucraron en la confrontación de bloques, abusaron de la posición de monopolio de sus monedas para imponer una jurisdicción de brazo largo y sanciones unilaterales contra otros países, y exportaron su propia inflación y crisis financieras a otras partes del mundo.
Claramente, la llamada reducción de riesgos es solo otro pretexto fabricado por Washington para contener a China. Mediante los juegos de palabras, Estados Unidos está poniendo en riesgo el desarrollo de la humanidad. Washington debe ser consciente de que persistir en este camino es peligroso.