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OPINIÓN DE INVITADO: Estados Unidos volvió a exhibir su diplomacia amenazante en Diálogo de Shangri-La
Se realizó recientemente una nueva edición del Diálogo de Shangri-La, un foro anual que reúne en Singapur a altos funcionarios de defensa, diplomáticos y líderes mundiales.
En su intervención, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, volvió a repetir el discurso amenazante y vacío sobre la promoción de un "Indo-Pacífico libre y abierto", algo que sigue sin traducirse en cuestiones concretas que contribuyan a mejorar las condiciones de vida y de seguridad de los países de la región.
Por el contrario, Washington nuevamente aprovechó la oportunidad para atacar y amenazar a China.
Paradójicamente, Austin dijo que "Washington no tolerará ninguna coerción ni acoso de China sobre sus aliados y socios", al tiempo que aseguró a Beijing que "Estados Unidos sigue comprometido a mantener el statu quo en Taiwan, prefiriendo el diálogo al conflicto".
¿Acaso la coerción y el acoso no han sido precisamente las notas distintivas de la diplomacia norteamericana desde 2017 hasta la fecha? ¿Es esta una forma de privilegiar el diálogo?
Sería tragicómico si no se tratase de una cuestión tan seria que pone en riesgo la estabilidad y paz regional.
Austin dio cátedra en soledad, interfiriendo otra vez en una cuestión soberana primordial de China, como es Taiwan.
El presidente Joe Biden parece decidido a seguir insistiendo con el uso político de Taiwan, algo que ha dañado seriamente la confianza entre Estados Unidos y China.
Lamentablemente, algunos aliados cercanos a Estados Unidos en la región, como Japón y Australia, se siguen sumando a este coro, que solo puede conducir a una catástrofe regional y mundial.
El uso político de temas sensibles no es nada novedoso, por cierto.
Estados Unidos ha llegado al punto de politizar la pandemia, e incluso el deporte, siempre en función de sus intereses.
En paralelo a la exhibición de bravuconería en el Diálogo de Shangri-la, Estados Unidos viene promoviendo una estrategia de "derisking" y "decoupling", que busca aislar y asfixiar a China en materia de suministros críticos e integración sobre las principales cadenas de valor tecnológicas.
Sin embargo, es interesante observar que entre los principales afectados por estas políticas se encuentran las propias empresas tecnológicas estadounidenses, las cuales ya están presionando a Biden para que retroceda.
La misma escenografía también se vio en las últimas cumbres del G7 y la OTAN, con Estados Unidos tratando de arrastrar a los países de Europa en esta cruzada inconducente y autodestructiva contra China.
Las divisiones que existen en el marco de la Unión Europea dan la pauta de la resistencia interna que hay en el bloque para avanzar en esa línea, que solamente puede conducir a un abismo de mayor aislacionismo y confrontación a escala global.
Por su parte, el consejero de Estado y ministro de Defensa de China, el general Li Shangfu, dejó bien clara la posición de Beijing en Shangri-la, acusando a EE. UU. de "hacer abierta o encubiertamente falsas acusaciones contra China".
Como bien agregó luego el teniente general chino Jing Jianfeng, subjefe del Departamento de Estado Mayor Conjunto de la Comisión Militar Central de China, Washington ha estado aferrándose a alianzas que son "restos de la Guerra Fría".
Estos restos hoy se traducen en pactos anti-China, como el acuerdo AUKUS de EE. UU. con Reino Unido y Australia o el relanzamiento del Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (Quad) con Australia, India y Japón. Claramente, el objetivo es fomentar la división y la confrontación regional.
Ante este delicado escenario, China sigue y seguirá fomentando la negociación y el diálogo de alto nivel para resolver las controversias, además de defender de manera tajante los intereses soberanos y principios históricos de política exterior pacifista y cooperativa que caracterizan a China.
Es justamente el enfoque que, hoy más que nunca, necesitan la región y el mundo.
(Patricio Giusto es director del Observatorio Sino-Argentino y profesor visitante en la Universidad de Zhejiang, China)
(Las opiniones expresadas en este artículo son del escritor y no necesariamente reflejan la postura de la Agencia de Noticias Xinhua)