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El oasis climático requiere acciones por parte de EE.UU.
Las turbinas eólicas dominan la cresta de la montaña en Baguanao, condado de Shicheng, provincia de Jiangxi, 30 de agosto. (Foto: Zhu Haipeng/ China Daily)
Por Liu Yuanling
El enviado presidencial especial de Estados Unidos para el clima, John Kerry, se encuentra desde el domingo en una visita de tres días a China. Durante su estancia se reunirá con funcionarios de alto nivel, incluido Xie Zhenhua, enviado especial chino para el clima.
La visita de Kerry marca la reanudación, después de 11 meses, de la diplomacia climática chino-estadounidense. Nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de la cooperación entre Estados Unidos y China en la lucha contra el cambio climático. Los fenómenos meteorológicos extremos del año pasado, incluido el intenso calor que China está experimentando desde principios de este verano, nos han hecho sentir el impacto devastador del calentamiento global. El 10 de julio, científicos de la Organización Meteorológica Mundial afirmaron que hay datos preliminares que demuestran que la semana que comenzó el 3 de julio fue la más calurosa registrada. Asimismo, se espera que las temperaturas globales aumentaran aún más con los efectos de El Niño, que cada vez son más pronunciados.
El hecho de que China y Estados Unidos hayan decidido reanudar la cooperación para hacer frente a la crisis climática es positivo para la lucha mundial contra el cambio climático. Ambos países están comprometidos en reducir sus emisiones de carbono como parte de su contribución a la lucha global contra el cambio climático.
Estados Unidos y China son las dos economías más grandes y los mayores emisores de carbono, pero también son los mayores inversores en energía limpia. Como tal, sus políticas tienen un gran impacto para que el mundo evite las peores consecuencias del calentamiento global. Sin embargo, los conflictos geopolíticos están restringiendo el desarrollo saludable de la diplomacia climática chino-estadounidense.
Entonces, ¿qué debemos esperar de la visita de Kerry a China? Tres factores merecen especial atención: alto sentido de responsabilidad, comunicación estable y genuina cooperación.
En primer lugar, la reanudación del diálogo sobre el clima refleja el alto sentido de responsabilidad de las dos partes, tanto para fortalecer la diplomacia climática bilateral como para mejorar la gobernanza climática mundial.
Desde que la administración Biden llegó al poder, Kerry y Xie han celebrado muchas reuniones, incluidas sus conversaciones en Shanghai en abril de 2021 y su reunión en Tianjin, en septiembre del mismo año, lo que demuestra que se han estado haciendo mayores esfuerzos para fortalecer la diplomacia climática bilateral.
En segundo lugar, los canales para los intercambios climáticos bilaterales de alto nivel deben ser estables y fluidos, de modo que el diálogo bilateral sobre el clima pueda continuar. Este es el tercer viaje de Kerry a China como enviado especial presidencial estadounidense para el clima, y se produce inmediatamente después de las visitas del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen. Al igual que las visitas de Blinken y Yellen, la visita de Kerry también tiene como objetivo estabilizar las relaciones chino-estadounidenses.
Esperemos entonces que las reuniones de Kerry con funcionarios chinos señalen un nuevo comienzo en la diplomacia climática bilateral y refuercen la cooperación en la lucha contra el cambio climático.
El diálogo climático entre Estados Unidos y China cobra mayor importancia a la luz de la 28ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), que se celebrará en los Emiratos Árabes Unidos, en noviembre próximo.
De hecho, la visita de Kerry a China es una parte importante del reciente proceso chino-estadounidense de re-comprometerse, fase que indica que están mejorando las condiciones para mantener un diálogo de alto nivel entre Beijing y Washington. Al mantener un diálogo regular sobre el clima, China y Estados Unidos pueden ayudar a mejorar la gobernanza climática global.
En tercero lugar, la genuina y concreta cooperación climática entre las dos partes es vital. Kerry ha asegurado que "necesitamos una cooperación genuina porque China y Estados Unidos son las dos economías más grandes del mundo y también somos los dos mayores emisores. Está claro que tenemos una responsabilidad especial de encontrar un terreno común".
También es esencial que la cooperación no solo se limite a la comunicación (aunque esto sea muy importante), sino que también se extienda a otros temas, como reanudar el diálogo sobre la reducción del metano (China ya anunció en 2021 su compromiso de frenar las emisiones de metano) y los intercambios académicos multinivel y multicanal, especialmente trabajando juntos para que la sociedad tome conciencia acerca de la gravedad de la crisis climática.
Sin embargo, es importante tener en cuenta las observaciones del Consejero de Estado y Ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, de que Estados Unidos espera que la cooperación en materia de cambio climático se convierta en un oasis en las relaciones chino-estadounidenses, aunque el oasis está rodeado de desiertos y, tarde o temprano, será desertificado. Los comentarios de Wang reflejan el dilema que enfrenta la diplomacia climática entre Estados Unidos y China y nos impulsan a encontrar nuevas formas de fortalecer la cooperación climática.
La cooperación chino-estadounidense sobre el cambio climático no puede separarse de las relaciones sino-estadounidenses en general. Los diferentes factores que podrían conducir a la "desertificación" o "ecologización" de la diplomacia climática chino-estadounidense siempre han existido. Si eventualmente crearán un "oasis" o "desertificarán" el espacio verde dependerá de que las dos partes estén listas para encontrarse a mitad del camino.
En la búsqueda del "oasis", esperamos que las dos partes participen en una cooperación pragmática, agregando así nueva vitalidad a las relaciones bilaterales.
La cooperación climática entre China y Estados Unidos ganará fuerza y se volverá más dinámica si muchas más personas de diferentes industrias y sectores de ambas sociedades le otorgan una mayor importancia al abordaje conjunto de la crisis climática.
El autor es investigador del Instituto de Estudios de Estados Unidos de la Academia de Ciencias Sociales de China.