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ENTREVISTA: Uruguay tendrá "magro" crecimiento económico en 2023 afectado por factores climáticos y monetarios
La economía de Uruguay tendrá un "magro" crecimiento de su economía en 2023 por diversos factores climáticos y monetarios, aunque no todos son aspectos negativos, consideró hoy el investigador del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), Martín Alesina.
En entrevista con Xinhua, el economista explicó que este es un año "donde encadenar un crecimiento sostenido es complejo", por lo que habrá "poco crecimiento de la actividad económica por varios factores y eso se refleja en los datos negativos del ILC (Índice Líder Ceres) de dos meses consecutivos".
El ILC, que se utiliza para predecir cambios en el ciclo económico, cayó 0,3 por ciento en julio y completó un bimestre de retroceso después de cinco tasas positivas consecutivas.
Por un lado, la peor sequía en la historia de Uruguay afectó al agro, en especial a la soya, a uno de sus principales rubros y cuya cosecha este año fue la quinta parte respecto al año pasado, mencionó Alesina.
Otro problema es la "competitividad" del sector exportador, que enfrenta una caída local del dólar de 6,59 por ciento entre enero y julio, y un gran "diferencial cambiario" con Argentina.
"Eso tiene implicancias a nivel país pero sobre todo en departamentos fronterizos, donde el comercio está sufriendo", sostuvo.
A esas presiones negativas se suma el fin de la construcción de la planta de celulosa de UPM 2, la mayor inversión privada en la historia uruguaya, y a la suspensión de actividades por mantenimiento de la refinería de petróleo de la firma estatal Administración Nacional de Combustibles Alcohol y Portland (ANCAP).
Sin embargo, el experto subrayó que no todos son aspectos negativos, ya que "hay factores que compensan y que van a hacer que esta caída no sea tal y que haya un crecimiento muy bajo".
Detalló que una "buena noticia para el sector exportador" es que se espera una mejora de la demanda internacional, de la mano de una recuperación de precios de commodities, como la carne y la soya.
En tanto, a nivel local, el mercado laboral se recupera con un "número máximo de empleados" y una "fuerte recuperación del salario real" que en los últimos meses volvió a niveles previos a la pandemia del nuevo coronavirus, evaluó Alesina.
"Eso genera más dinero circulando en la economía y por ende más consumo (...) Son factores que dan a entender que se puede compensar un poco las malas señales para que la caída no sea tal", aseveró.
En esa línea, resaltó que el 2024 despierta más optimismo, con un horizonte en el que la nueva planta de celulosa alcanzará su pico de producción próximamente y el complejo forestal pasará a ser el principal producto de exportación del país sudamericano.
También hay un dinamismo muy alto en la construcción que empuja la economía y "nos hacen ver que no todos son malas noticias", fustigó.
Alesina, responsable del indicador mensual del Ceres, dijo que la institución proyecta "un crecimiento bastante más bajo del 1 por ciento, cerca de 0,5 por ciento" porque "no vemos razones para justificar un crecimiento mayor".
De igual forma, señaló, el año próximo la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) sí será más alta, luego de que en el primer trimestre de 2023 se expandió un 1,2 por ciento interanual y luego de un crecimiento de 4,9 por ciento a lo largo de 2022, según el Banco Central.
Ante esto, el economista concluyó en que "hay varias expresiones negativas de carácter transitorio en lo que se refiere a sequía y al contexto internacional que se espera que vayan cediendo".