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A partir de hoy, Japón llevará siempre la marca de "contaminador de medio ambiente"
Personas asisten a una manifestación contra el vertido previsto por Japón de aguas residuales nucleares en el océano, frente a la residencia oficial del primer ministro japonés, Fumio Kishida,en Tokio, Japón, el 18 de agosto de 2023. (Xinhua/Zhang Xiaoyu) |
Por Liu Hui
El 24 de agosto, Japón comenzó a descargar al océano el agua contaminada con radiactividad de la central nuclear de Fukushima Daiichi y se autodenominó firmemente como un "contaminador ambiental" con sus propias manos. Con una fuerte oposición y dudas por parte de las comunidades nacionales e internacionales, y con riesgos desconocidos tan obvios y generalizados, Japón es extremadamente egoísta e irresponsable anteponer el interés propio al bienestar a largo plazo de toda la humanidad.
Las acciones de Japón sientan un mal precedente. La gente tal vez no lo crea al principio. Algo así sucederá en Japón, que siempre ha declarado que concede gran importancia a la protección del medio ambiente y la seguridad alimentaria. Habrá que convencer a la gente: ¿todas esas imágenes de Japón en el pasado se obtuvieron gracias a una fuerte publicidad y relaciones públicas? Si el agua contaminada con radiactividad llega a todo el mundo, ¿Qué pasará con todos los productos fabricados en Japón que se envasan en el país y se venden en el mundo?
Para iniciar la descarga al mar del agua radiactiva de Fukushima, el gobierno japonés ha adoptado varias medidas de relaciones públicas. Ya sea publicando y difundiendo un gran número de anuncios sobre la llamada seguridad del agua contaminada con radiactividad en periódicos y canales de televisión, o perturbando y encubriendo las preocupaciones y la oposición del público. El país también ha creado un fondo especial con una suma total de 80.000 millones de yenes (unos 4.000 millones de yuanes) en un intento de utilizar la llamada "tarifa de compensación" para calmar los ánimos. Además, Japón ha aprovechado ocasiones como la Cumbre de la OTAN, las reuniones de ministros de Asuntos Exteriores de la Comunidad de Asia Oriental y las reuniones Cooperación de ministros de Pesca de la Organización de Estados del Caribe Oriental para justificar el plan de descarga de aguas contaminadas con radiactividad de Fukushima. La Agencia Internacional de Energía Atómica no especifica en el informe que sea adecuado verter el agua en el mar, pero los japoneses siguen manipulando la información de dicho informe.
Una vez que el agua radiactiva llegue al mar, los elementos radiactivos que contiene se extenderán rápidamente a todos los rincones del océano, causando daños de gran alcance. El gobierno japonés ignora la importancia del medio ambiente y el ecosistema, y vierte al mar agua contaminada con radiactividad, lo que no sólo causa graves y grandes daños a la vida marina y a las cadenas ecológicas, sino que también supone una amenaza potencial para la salud humana en zonas cercanas. El comportamiento del gobierno japonés se ha convertido sin duda en el principal culpable de la contaminación marina y en un caso negativo de destrucción del medio ambiente mundial.
El comportamiento imprudente del gobierno japonés no sólo ha sido fuertemente condenado por la comunidad internacional, sino que también dará lugar a contramedidas por parte de los países afectados y, al mismo tiempo, tendrá un impacto negativo a largo plazo en la imagen y reputación internacionales de Japón.
La confianza y el respeto son los más preciados. La descarga al mar de agua contaminada con radiactividad de Japón es una parte integral de la evolución estratégica general del dicho país. El afán por promover la descarga al mar ayudará a mejorar los beneficios económicos del Japón en el corto plazo y creará un hecho consumado. Los líderes japoneses optan por obtener logros políticos durante su mandato, pero pagará un precio enorme por ello.
Los japoneses pensaban que una vez que se formara un "hecho consumado" serían aceptados. De hecho, a partir de hoy, Japón siempre avanzará con una marca de vergüenza. También se acumularán el daño ecológico, el impacto político y el impacto económico causado por la descarga de agua nuclear a la comunidad internacional. Los gobiernos de varios países, incluidos aquellos que han adoptado una actitud de "apaciguamiento", se enfrentarán a una oposición cada vez más fuerte del público; las empresas de varios países, especialmente las marcas que utilizan el mar como recurso y el agua como negocio, se enfrentarán a enormes pérdidas y deberán pedir una compensación a Japón; la cuestión de la descarga de agua radiactiva al mar también se convertirá en el tema de lucha más realista, severo y más largo para las organizaciones internacionales de protección ambiental. Cada gota de agua radiactiva que fluya desde Japón hacia alta mar hará que Japón se enfrente a una responsabilidad infinita.