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COMENTARIO: Por qué infundir miedo sobre el "colapso de China" está destinado a fracasar nuevamente
Algunos funcionarios y medios de comunicación occidentales han expresado recientemente ideas pesimistas respecto a la economía de China en sus informes sesgados donde la describen como al borde del "colapso".
La intención es engañar al mundo, socavar la confianza en la economía de China y demoler los lazos de cooperación de China con otros países.
He aquí una idea de algunos de los muchos titulares pesimistas: "¿El apogeo de China?", imprimió The Economist en negrita en su portada del 13 de mayo; "El colapso económico de China nos advierte sobre nuestro propio futuro", se lee en el titular de un artículo de The Hill; "La crisis económica sin precedentes de China preocupa al resto del mundo", informó Le Monde.
A lo largo del ascenso de China en las últimas cuatro décadas, nunca han faltado agoreros que lanzaban terribles advertencias sobre las perspectivas económicas del país. Sin embargo, sus pronósticos pesimistas nunca han coincidido con la realidad.
Tomemos como ejemplo la infame teoría del "colapso de China" del escritor estadounidense Gordon Chang. En su libro de 2001, El Colapso Venidero de China, predijo que la economía china se derrumbaría en 2011, lo cual resultó ser erróneo. Cambió el año de su predicción varias veces y cada vez se demostró que estaba equivocado, convirtiéndose en un hazmerreír.
"Todo tipo de comentarios que predicen la caída de la economía de China siguen resurgiendo de vez en cuando. Pero la economía china los ha sobrevivido a todos. Lo que se ha derrumbado es esa retórica, no la economía de China", dijo Mao Ning, vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, en una conferencia de prensa habitual la semana pasada.
A pesar de una lenta recuperación económica a nivel mundial, la economía china ha demostrado una gran resiliencia y un gran potencial, y sigue siendo una importante fuerza impulsora del crecimiento global.
En la primera mitad del año, el PIB de China se expandió un 5,5 por ciento, el más rápido entre las principales economías. En julio, el Fondo Monetario Internacional estimó la tasa de crecimiento de China para 2023 en un 5,2 por ciento, mientras que se proyecta que el crecimiento global sea del 3,0 por ciento, con Estados Unidos en el 1,8 por ciento.
Sin embargo, algunos observadores occidentales siguen siendo "selectivamente ciegos" para servir a sus motivos ocultos.
"La propaganda pesimista de hoy sobre China dice más sobre el sentimiento de confusión, inercia e impotencia de la elite occidental que sobre lo que realmente sucede en China", dijo la revista británica en línea Spiked en un artículo reciente titulado "¿La caída de China? No apuestes por ello".
"Una elite occidental que ha perdido su propósito y confianza podría encontrar algún consuelo en el inminente colapso de su mayor adversario geopolítico", añadió.
Difamar la economía de China no resolverá sus propios problemas. Como lo demuestra el reciente descenso de categoría de Fitch Ratings de la calificación de la deuda estadounidense de AAA a AA+, la trayectoria económica del país norteamericano está lejos de ser estelar.
Recientemente, el presidente estadounidense, Joe Biden, describió a la economía china como "una bomba de tiempo". "Sin embargo, si la noción de una 'bomba de tiempo' realmente resuena como motivo, encuentra su resonancia irónica más acertadamente en el ámbito de los asuntos económicos de Estados Unidos", dijo el Jakarta Post.
Esta táctica de "pesimista empedernido", que apunta a infundir miedo en la audiencia e influir a la opinión pública, se ha convertido en "un elemento básico en el libro de jugadas de la campaña electoral" cuando los políticos estadounidenses intentan atraer la atención pública vilipendiando a China, dijo el periódico.
Además de infundir miedo, algunos políticos occidentales intentaron abrir una brecha entre China y sus vecinos al plantear la idea de que tal "colapso" económico podría tener un efecto secundario.
Frente al desacoplamiento, las sanciones unilaterales y las interrupciones de las cadenas industriales y de suministro, China ha sorteado obstáculos económicos en contra con una combinación de políticas efectivas en lo que va del año y sigue comprometida con una apertura de alto nivel, fortaleciendo la cooperación con países de todo el mundo y compartiendo los dividendos del desarrollo.
Darle bombo al "colapso" de China no perturbará el desarrollo económico de China. En la era de la globalización, todos los países deben trabajar juntos y aprender a coexistir para lograr un futuro mejor.