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La inversión en México muestra la resiliencia del sector de vehículos eléctricos de China
Ilustración: Xia Qing/Global Times
La tendencia de los fabricantes de automóviles chinos a ver a México como una forma de ingresar al mercado estadounidense de vehículos eléctricos (EV) está generando atención y preocupación entre algunos medios de comunicación estadounidenses, pero esta flexibilidad en realidad subraya la resiliencia de la industria automovilística china, a pesar del proteccionismo estadounidense.
Por ejemplo, los fabricantes chinos de vehículos eléctricos se han dirigido al mercado estadounidense mediante fuertes inversiones en México, que, con su proximidad al mercado estadounidense y las ventajas arancelarias previstas en el nuevo Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), se ha convertido en un nuevo centro de atracción de capital para la fabricación de automóviles.
Es especialmente una nueva opción para las empresas chinas, según un informe publicado el miércoles en el sitio web chino de la VOA.
Pero el informe también mencionó el riesgo de que los legisladores estadounidenses puedan cambiar las reglas del juego en cualquier momento si ven que China se aprovecha de las condiciones arancelarias favorables de México.
Si bien no se puede descartar por completo el riesgo, no impedirá que los fabricantes chinos de vehículos eléctricos sigan intentando expandir su participación en el mercado global en medio de una competencia cada vez más feroz, especialmente cuando el mercado estadounidense de vehículos eléctricos aún está por explorar en gran medida debido a sus altos costos.
El cambio y la inversión de los fabricantes chinos de vehículos eléctricos en México no hacen más que subrayar la competitividad y la resiliencia de la industria automotriz china. Esta es otra prueba de por qué la manipulación unilateral estadounidense del "desacoplamiento" puede causar problemas, pero no puede sofocar el desarrollo de la cadena industrial manufacturera de China.
En las circunstancias actuales, está totalmente justificado que México se convierta en un foco de inversión para los fabricantes chinos de vehículos eléctricos.
México disfruta de condiciones arancelarias favorables bajo el T-MEC, que especifica que los fabricantes de automóviles pueden importar automóviles libres de impuestos siempre que el 75% de las piezas se fabriquen en América del Norte. Además, la Ley de Reducción de la Inflación de EE.UU. de 2022 permite que ciertos vehículos eléctricos fabricados en América del Norte califiquen para el crédito fiscal federal completo de 7.500 dólares.
No es ningún secreto que Estados Unidos ha estado tomando medidas para promover la deslocalización de las cadenas de suministro en un esfuerzo por "desacoplarse" de las cadenas industriales de China. Pero la medida podría simplemente acentuar la vitalidad de los fabricantes chinos. Estados Unidos terminará pagando altos precios por su elección, a costa de la inflación y el desarrollo de una industria verde, y al mismo tiempo fracasará en su intento de tomar medidas enérgicas contra la manufactura china.
Por ejemplo, los fabricantes de automóviles estadounidenses como Ford y General Motors supuestamente han sufrido un bache en su impulso a los vehículos eléctricos, lo que los ha obligado a reevaluar sus planes en medio de una guerra de precios y desafíos en la cadena de suministro, según informes de los medios. En este sentido, los vehículos eléctricos más asequibles de México seguramente traerán más conmociones y competencia a la industria estadounidense.
Incluso con la preocupación por un mayor proteccionismo en Estados Unidos, la industria china de vehículos eléctricos no dejará de expandirse. China es el mayor mercado y productor de vehículos eléctricos del mundo. Las cifras de Canalys muestran que las ventas globales de vehículos eléctricos crecieron un 49% a 6,2 millones de unidades en el primer semestre de 2023, y China representó el 55% de las ventas totales.
El rápido desarrollo de la industria de vehículos eléctricos de China se ha beneficiado no sólo de una extensa red de infraestructura de carga, sino también del rápido ascenso de los fabricantes de automóviles nacionales, que han logrado avances significativos en innovación tecnológica y exploración de mercado. En todo caso, el desarrollo y la expansión internacional de la industria de vehículos eléctricos de China es un microcosmos de la fabricación china.
Estados Unidos se ha enfrentado a demasiados desafíos y problemas en la fabricación a gran escala, como altos costos, huelgas a gran escala e interrupciones en la cadena de suministro, entre otros. Incluso si México se ha convertido en un eslabón clave en la reconstrucción de Washington de la llamada cadena industrial de nearshoring, durante ese proceso la presencia de China es inevitable. La represión estadounidense contra la manufactura china no puede frenar la expansión de las empresas chinas.
En cuanto a México, la inversión y las cadenas de suministro chinas también son una oportunidad para que México desarrolle su sector manufacturero, y la clave es si puede proporcionar un entorno estable para los inversores.
Fuente: Global Times