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Los vehículos eléctricos chinos irradian en México
Automóviles destinados a la exportación esperan ser cargados en el puerto de Yantai, provincia de Shandong. [Foto: Tang Ke/China Daily]
Por Yasef Calderón
Durante la primera mitad del 2023, China superó a Japón como el mayor exportador de vehículos del mundo. Para finales de este año, las exportaciones de vehículos chinos cifrarán los cinco millones de unidades. Este empuje se atribuye, en gran medida, a los acuerdos multilaterales que irradian hacia la electromovilidad como el futuro del sector. Así las cosas, los vehículos eléctricos chinos han logrado en pocos años una presencia internacional sin precedentes.
Víctor Cadena, vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de México en China, asegura que el mayor éxito de los vehículos eléctricos chinos se debe a la innovación.
“Los vehículos eléctricos de otras marcas son caros. Sin embargo, muchos modelos chinos son competitivamente más baratos sin sacrificar la calidad y la eficiencia. Entonces, no solo son competitivos en términos de precio, sino también en términos de rendimiento, seguridad y diseño”, precisa.
En México, los vehículos de origen chino se consolidaron en el 2022 como la primera fuente de suministro de vehículos ligeros. En sintonía, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, citados por Expansión, entre enero y agosto de este año se comercializaron un total de 166,203 vehículos de manufactura china, equivalente al 19.3% de la cuota de mercado local. Este desempeño equivale a aproximadamente dos de cada 10 autos vendidos en el norteño país.
“En México la red de carga no está tan desarrollada. Eso no significa que no hay, y sigue creciendo muy rápido, pero no a la velocidad de China”, indica Cadena. “Y eso creo que ha sido una limitación parcial, pero la tendencia es hacia el consumo masivo de vehículos eléctricos”.
Víctor Cadena, vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de México en China. (Foto: proporcionada al Diario del Pueblo digital)
A principios de septiembre, la Asociación Mexicana de Distribuidores Automotores (AMDA) reveló que en el transcurso de este año la participación de los coches chinos en el país latinoamericano pasó de un 5,7 % al 19,4 %. En noviembre, Reuters reportó que desde la Cámara de Representantes de Estados Unidos saltaron las habituales alarmas sobre el “avance chino”. Además de pedir un aumento de los aranceles para desestimular las importaciones masivas, también exigieron que hay que “evitar que la República Popular China obtenga una puerta trasera al mercado de EE.UU. a través de nuestros socios comerciales clave" (México es miembro del T-MEC), agitando el temor de “caer en una dependencia crítica de la RPC (China), que resulte en el vaciamiento de la industria automotriz estadounidense".
Sin embargo, los analistas han resaltado que este avance internacional de los autos chinos eléctricos se debe, básicamente, al proceso acontecido dentro de las afectaciones durante la pandemia y los cismas posteriores que sufrió la cadena global de suministro del sector automotriz. China fue uno de los fabricantes menos perjudicado, ganando terreno frente a sus tradicionales competidores. De hecho, el año pasado las automotrices chinas generaron cerca del 70% de la producción global de los vehículos eléctricos.
Además, China mantiene una producción constante, a gran escala, diversa en modelos, con abundante financiamiento, tecnología de vanguardia y a un costo de manufactura y venta asequibles: seis puntas diamantinas que muchos fabricantes de otros países no han logrado integrar en forma de estrella.
Durante la reunión del presidente Xi Jinping y el presidente Andrés Manuel López Obrador, al margen de la 30ª Reunión de Líderes Económicos del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), el mandatario chino pidió ampliar la cooperación bilateral en finanzas, vehículos eléctricos y otros sectores emergentes. Por su parte, México resaltó que ofrecerá facilidades a las empresas chinas para sus inversiones y cooperaciones en el país, y profundizará en la cooperación de beneficio mutuo.
“Creo que no hay una oposición en México a la entrada de autos eléctricos chinos. Quizás hace veinte años sí, para aquellos vehículos chinos de gasolina que no estaban tan avanzados en tecnología e innovación. Ahora son bienvenidos. De hecho, las marcas chinas son las que más crecen”, señala Cadena.
“La clave es mantener la visión de largo plazo, apoyarse en los distribuidores y el talento local y adaptarse a las necesidades del consumidor mexicano”, añadió.
Autos eléctricos chinos se exponen durante la celebración del aniversario 213 de la independencia de México, Chongqing, China, 16 de septiembre del 2023 (Foto: cortesía MEXCHAM)
Alberto Zhang, analista de la industria, considera que“aunque es una opción rentable para muchos consumidores mexicanos, también hay preocupaciones como las piezas de repuesto y el servicio posventa”. Ante este panorama, casi todos los principales fabricantes chinos de autos tienen una sucursal en México. Entre las marcas de mayor relieve figuran el Grupo Saic, FAW, Changan Automovile, BYD, Baic Group, Chery y Great Wall Automobile. Este mes, también la marca china Geely desembarcó con dos modelos bajo el brazo y la ambiciosa meta de vender 30,000 vehículos durante su primer año de actividad comercial.
Mientras que el Bolt EV de la marca Chevrolet cuesta más de 700.000 pesos mexicanos, (40,761.00 dólares), publicaciones especializadas resaltan al vehículo eléctrico más asequible dentro del país: el E-WAN Cross 2023, un subcompacto chino que alcanza hasta 330 kilómetros de autonomía. El E-WAN Cross, de SEV, tiene un precio inicial de 379,900.00 pesos mexicanos (22,121.00 dólares), y es escoltado por el modelo E10X del fabricante chino JAC, con un precio de 439,900 pesos mexicanos (25,615.00 dólares).
Unido a la amplia distribución y la producción que tienen las marcas chinas en el propio México, resaltan también las acertadas estrategias de financiamiento. En este sentido, los medios de comunicación han reportado anuncios de acuerdos de bancos como Santander y BBVA con fabricantes de autos chinos como BYD.
Al referirse a las políticas públicas, Cadena señaló que los autos eléctricos en China han estado muy favorecidos, mientras que en México aún no existen políticas públicas que incentiven el consumo de vehículos eléctricos.
“Pero la consciencia de las personas y de la industria gradualmente se está transformando, y cada vez hay más personas e instituciones que van migrando hacia el consumo de energías renovables y amistosas como el medio ambiente”
Cadena detalló que los vehículos chinos retienen ahora el 15 %, del mercado mexicano, pero que en dos o tres años tendrán como mínimo un 40 %.
“El crecimiento de las marcas chinas en México es notoriamente mayor que el desempeño de otras marcas”, asegura el vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de México en China. “Eso hace suponer que al consumidor y a las empresas les gustan los vehículos chinos”.
En los últimos años, la industria automotriz china también ha logrado grandes avances dentro del mercado del viejo continente. Sin embargo, alegando desventajas competitivas, la Comisión Europea también se ha empeñado en consumar su inopinada zancadilla. Recientemente, en un programa radial de España, señalaban la gran contradicción formal que residen en el hecho de reconocer la necesidad de que los europeos dispongan de una mayor oferta de autos eléctricos buenos y económicos, y el intento de obstaculizar dicha expansión porque sean chinos. ¿Teniendo más coches eléctricos circulando por Europa, vengan de donde vengan, no habrá mayores y más rápidas posibilidades de poder cumplir con las metas de descarbonización en las que tanto insisten los jerarcas europeos? ¿Qué realmente es lo que más importa: la protección del planeta o la protección de las marcas europeas de automóviles?, se preguntaban los sagaces analistas españoles.
Los estudios de factibilidad realizados por varios fabricantes chinos señalan a México como el gran mercado de América Latina, con capacidad anual de absorber más de un millón de nuevos coches y una capacidad anual de seis dígitos en producción automotriz. La inversión de marcas chinas en México en plantas propias les permitirá exportar mejor a Estados Unidos (el segundo mayor mercado para la venta de vehículos del mundo), y a Canadá. También será una base más cercana para eventualmente suministrar a Brasil y Chile, países de la región que mantienen un buen ritmo anual de compra de coches nuevos.
Para Zhang, las perspectivas futuras de los vehículos eléctricos chinos en México y América Latina son muy prometedoras.
“Con el desarrollo del mercado de vehículos eléctricos y la continua innovación de tecnología, se espera que los vehículos eléctricos de marcas chinas ocupen una mayor participación en los mercados de América Latina”, concluyó Zhang.