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Educación y cultura: pilares de la renovada vitalidad entre China y Chile
Liliana Ferrer, vicerectora de Asuntos Internacionales de Pontificia Universidad Católica de Chile. (Foto: Zhang Ruohan/Diario del Pueblo digital)
Por Yasef Ananda y Wu Sixuan
La educación y la cultura han sido las indiscutibles protagonistas en la siempre renovada relación entre Chile y China, complejo proceso que abarca décadas de desarrollo y que en la nueva era adquiere una mayor dimensión, tanto en crecimiento del comercio y la inversión como en el nivel de integración dentro de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Fernando Reyes Matta, ex embajador de Chile en China, en un artículo publicado a propósito de los 70 años de la creación del Instituto Chileno Chino de Cultura, precisa los orígenes: “Fue solo un grupo, con una sensibilidad política común y un afán de dar desde otro lado del mundo un apoyo a la naciente República Popular China, lo que inspiró a los creadores del Instituto Chileno Chino de Cultura. Esa entidad sería la primera en todo el continente que apostaba a construir una relación con ese lejano país, avanzando por el camino de descubrir su ser milenario”. Y aseguró que “entender a China y los chinos se ha convertido en una tarea prioritaria, especialmente desde que ese país pasó a ser la segunda potencia económica a nivel mundial”.
Hoy en día, a través de múltiples iniciativas como la Asociación de Becarios y ex Becarios Chilenos en China, la Red ChileChina, el Centro de Estudios Latinoamericanos sobre China (CELC), el Centro Cultural de Artes Integradas o publicaciones como Shang Bao, la impronta cultural y educativa entre Chile y China sigue aportando lozanía al proceso de generar confianza y favorecer un mejor conocimiento entre ambos pueblos.
Desde el 2008 y hasta la fecha, miles de chilenos han estudio idioma chino mediante programas presenciales o en línea, ofrecidos por los Institutos Confucio, la Pontificia Universidad Católica de Chile, la Universidad Santo Tomás y la Universidad de la Frontera, entre otras posibilidades.
Liliana Ferrer, vicerectora de Asuntos Internacionales de Pontificia Universidad Católica de Chile, destacó al Diario del Pueblo digital que actualmente mantienen colaboración académica con 17 universidades chinas y la Editorial Phoenix.
“Y en cuanto a movilidad estudiantil, nos han visitado más de 45 estudiantes chinos y hemos organizado pasantías con un foco muy establecido en la minería sustentable. Ellos no solo han estado en nuestros campus, sino también han visitado a nuestros socios nacionales en el ámbito de la minería, que también están conectados con empresas chinas”.
A la Pontificia Universidad Católica de Chile le ha resultado muy útil poder contar con un Instituto Confucio, que se coordina a través de la Universidad de Nanjing. Nacido en el 2009, este año celebra su decimocuarto aniversario. En el 2018 fue reconocido como Instituto de Excelencia por su buen desempeño en los tres pilares: enseñanza del idioma chino, promoción de actividades culturales y realización de actividades académicas conjuntas con la Universidad de Nanjing y otros Institutos Confucio de América Latina.
Jorge Luis Parra, director del Instituto Confucio de la Pontificia Universidad Católica de Chile. (Foto: Zhang Ruohan/Diario del Pueblo digital)
“China es el primer socio comercial de nuestro país, y es por ello que ha crecido el interés por el aprendizaje del idioma y la cultura china”, afirma Jorge Luis Parra, director del Instituto Confucio de la Pontificia Universidad Católica de Chile. “Por sus clases de chino han pasado más de 12.000 estudiantes, además de 60 mil personas que han participado de las actividades culturales”.
Además de las clases tradicionales del idioma en todos sus niveles, también se imparten cursos electivos de Taichi y de Lengua y Cultura China.
“Creo que formar ciudadanos globales es algo que compartimos. Un compromiso de nuestra universidad es formar las generaciones del futuro, y eso no puede estar alejado a la formación de personas que tengan una mirada integradora desde la interculturalidad y la interdisciplina”, reafirma Ferrer.
A juicio del ex-embajador Matta, “entender su sabiduría (china) para articular la tradición y la innovación, para saber conjugar más el “nosotros” que el “yo”; para decir que el pasado va adelante y no queda atrás como se concibe en Occidente, porque los antepasados llegaron primero en el caminar hacia el mañana; para asumir que la palabra armonía debe ser el principio ordenador de todas las relaciones. Y la armonía no se fundamenta en ser iguales sino en la convivencia de los opuestos, como lo grafican el yin y el yang”.
“Cada vez que hemos recibido estudiantes de China dejan muy bien representados a su país, son unos grandes embajadores, muy responsables”, asegura Ferrer. “Ellos nos dan a conocer la cultura china, pero también se insertan con nuestros estudiantes, y eso esperamos poderlo seguir haciendo: juntar a los estudiantes de China con los estudiantes de Chile, tanto en los espacios de la Universidad Católica, acá en Santiago, cómo también esperamos movilizar a nuestros estudiantes hacia China”.
“A los estudiantes chilenos les atrae mucho la diversidad de comida tradicional, los paisajes naturales y urbanos, los avances de la tecnología china -como el uso de la tecnología QR para casi todos los ámbitos de la vida-, el cuidado del entorno y la seguridad en las calles”, detalla el profesor Freddy Fredes del Instituto Confucio de la Pontificia Universidad Católica de Chile. “Mientras que a los estudiantes chinos les gusta la gastronomía chilena, especialmente la comida típica como las Sopaipillas y los completos. Otro aspecto que resulta interesante son las fiestas patrias, y participan activamente en ellas.”
Freddy Fredes, profesor del Instituto Confucio de la Pontificia Universidad Católica de Chile. (Foto: Zhang Ruohan/Diario del Pueblo digital)
El idioma chino en Chile no solamente se enseña mediante clases expositivas, también se organizan clases prácticas, grupales para conversación, de escritura y orientadas a perfeccionar la comprensión oral.
“En el Instituto Confucio abogamos por una enseñanza del chino integral. No solamente vamos a aprender a escribir los caracteres, lo importante es saber comunicar, y eso es lo que nosotros potenciamos. Practicamos el idioma ya sea, teniendo pequeños diálogos y también escribiendo pequeños textos. Abogamos por una enseñanza que apunte a la comunicación”, asegura el profesor Freddy Fredes, quien también es alumno de la Shandong Normal University.
María Angélica Besa es una estudiante de la Pontificia Universidad Católica de Chile, que estudió en China gracias al programa de internacionalización de pregrado. Además de lograr su certificado en idioma chino, pudo visitar varias ciudades chinas como Nanjing, Beijing y Suzhou.
“Creo que la mentalidad es algo muy diferente, los chinos como que piensan un poco más las cosas y tienen más respeto por el otro... nosotros somos más extrovertidos y hacemos muchas cosas sin pensar mucho. Yo siento que ustedes tienen un sistema de valores muy lindos que nosotros deberíamos también aprender”, elogió la alumna.
María Angélica Besa, estudiante de la Pontificia Universidad Católica de Chile. (Foto: Zhang Ruohan/Diario del Pueblo digital)
Desde la perspectiva de la vicerectora, la Iniciativa de Civilización Global propuesta por China “comulga directamente con nuestra misión como universidad”.
“Es valorable que se estén promoviendo nuevas instancias de colaboración, diálogo e intercambio cultural entre todas las naciones. En un mundo cada vez más interconectado, la internacionalización se está convirtiendo en una herramienta vital para el desarrollo de los países”.
“Nos dimos cuenta de que tenemos mucho más en común de lo que creemos. A pesar de estar a miles de kilómetros de distancia, compartimos este compromiso común de generar un mejor mundo para todos”, concluyó Ferrer.