“Cada uno es su propio héroe”, asegura la sensación viral ‘Auntie Goose Legs’

"Auntie Goose Legs" habla en un foro organizado por la Universidad de Pekín. (Foto: Cortesía de la Universidad de Pekín)

Por Bi Mengying

La sensación viral "Auntie Goose Legs", una vendedora de comida de Beijing, recientemente fue invitada a un foro sobre emprendimiento femenino en la Universidad de Pekín. Una vez más, sus palabras, modestas pero inspiradoras, tocaron la sensibilidad de muchos.

A sus 50 años, Chen Xiufeng, nacida en Lianyungang, provincia de Jiangsu, y su esposo Liang Decai, durante más de dos décadas han ganado la vida como vendedores ambulantes en la capital china.

Entre sus muchos intentos por salir adelante en la gran urbe, ellos han cocinado para obreros de la construcción, han vendido frutas en la calle y han administrado un restaurante de barbacoa. Fue solo en los últimos años que la pareja comenzó a vender patas caseras de ganso. Su receta familiar secreta les ha facilitado un flujo constante de clientes, en su mayoría estudiantes universitarios, ya que generalmente operan cerca de campus como la Universidad de Pekín y la Universidad Renmin de China. Ellos hasta han recibido pedidos por adelantado y han hecho la entrega rápida en moto.

El invierno pasado, Chen saltó a la fama en Internet después de trasladar su negocio a la Universidad de Tsinghua. Los antiguos clientes de la Universidad de Pekín y la Universidad Renmin de China comenzaron a pedir medio en broma a la Universidad de Tsinghua que devolviera sus añoradas "patas de ganso de la tía". Y pronto se desarrolló una "competencia" entre las mejores universidades de China por consumir las "patas de ganso de la tía".

Los temas relacionados encabezaron rápidamente la lista de tendencias en las redes sociales, convirtiéndola en un punto focal de las discusiones en línea, mientras que sus patas de ganso caseras se volvieron difíciles de conseguir. En un momento dado, se agotaron 200 patas de ganso en apenas 20 minutos.

La rural pareja se sintió abrumada por esta repentina atención urbana. Algunos empresarios se acercaron a ella para tenerla en las transmisiones en vivo de comercio eléctronico, mientras que otros le pidieron firmar un contrato para convertirla en una nueva influencer de las redes sociales chinas.

El 29 de noviembre, con la ayuda de su hijo, Chen abrió una cuenta en las redes sociales y publicó un video, explicando que la pareja necesitaba tomarse un descanso de su negocio, porque había demasiada presión.

Los ojos de Chen se llenaron de lágrimas por un momento cuando declaró que era solo una persona común y lo único que aspiraba era a poder hacer negocios de corazón, sin problemas ni demasiada atención. Probablemente animada por los alentadores comentarios de los internautas, Chen publicó otro video al día siguiente, expresando su gratitud a los estudiantes y anunciando su regreso a la venta de patas de ganso.

En el Día Internacional de la Mujer, Chen fue invitada como oradora invitada a un foro de mujeres emprendedoras organizado por la Universidad de Pekín. El título de su intervención fue "Cada uno es su propio héroe".

En el foro, la palabra que más pronunció Chen fue "gratitud". Expresó su gratitud a los estudiantes por cuidar su negocio a lo largo de los años y por tener la oportunidad de subir al escenario y presentar la historia de una vendedora ambulante ordinaria como ella a un público educado y amplio.

Cuando el presentador le preguntó si se sentía que ella era una "emprendedora", Chen lo refutó con la cabeza, afirmando que sus esfuerzos eran simplemente medios ordinarios para ganarse la vida. La Universidad de Pekín, en un artículo publicado este viernes en su cuenta de redes sociales, se pregunta por qué la 'Auntie Goose Legs' no se considera una empresaria si el emprendimiento no es solo un concepto sino también puede representar una actitud hacia la vida.

En el discurso de clausura del foro, Chen dejó a los estudiantes con un emotivo mensaje. "Espero que todo el mundo pueda elegir un ritmo cómodo... La vida es un largo viaje, no algo que se pueda cruzar de un solo paso. Vosotros, los jóvenes, estáis llenos de vitalidad; cada uno es su propio héroe".

La experiencia de Chen amplía la idea del emprendimiento en China, demostrando que no se trata solo de grandes empresas, sino también de personas comunes como ella que sirven a sus comunidades.

Con su persistencia a prueba de tiempo y la dedicación incondicional a su pequeña empresa, Chen no se distrae con la repentina fama e insiste en que es una vendedora ambulante "sencilla" y "ordinaria".

Su viaje refleja el espíritu de las pequeñas empresas chinas, los valores tradicionales de trabajo duro y humildad y el profundo sentido comunitario que existe en el país.