- Más
Empresa china enciende luz de esperanza para aldeas surinamesas
La aldea de Botopasi se sitúa en el centro de Surinam y en plena selva amazónica. Hacen falta cinco horas y media para llegar desde la capital de Paramaribo hasta el pueblo, dos horas y media en coche y tres horas en barco por el río Surinam.
Debido a la falta de electricidad y otras inconveniencias, muchos aldeanos de Botopasi se han visto obligados a trasladarse a la capital durante los últimos años y la población de la aldea se vuelve cada vez menor. Pero esto va a cambiar pronto, gracias al proyecto de microrredes rurales construido por la empresa Power Construction Corporation of China (Power China).
El presidente surinamés, Chandrikapersad Santokhi, participó el pasado fin de semana en la inauguración de la estación fotovoltaica de Poeketi, construida por Power China, junto con el vicepresidente, Ronny Brunswijk, el presidente de la Asamblea Nacional, Marinus Bee, el ministro de Recursos Naturales, David Abiamofo, y el embajador chino en Surinam, Han Jing.
Gracias a la central de Poeketi, que se encuentra en el pueblo de Drietabbetje, a orillas del río Marowjine, los residentes locales podrán disfrutar de electricidad 24 horas al día de manera ininterrumpida por primera vez en su vida.
Las aldeas a lo largo de los ríos Surinam y Marowjine cuentan con un transporte extremadamente subdesarrollado y no pueden conectarse a la red eléctrica nacional unificada, por lo que carecen de suministro de energía continuo. El combustible diesel proporcionado por el Gobierno solo genera 5 horas de suministro eléctrico al día.
El Ministerio de Recursos Naturales de Surinam firmó en 2019 un acuerdo con Power China, con la esperanza de ayudar conjuntamente a resolver el problema de electricidad de los aldeanos de esta zona.
Después de un estudio en más de 10 aldeas, Xiong Zekun, director general de la sucursal americana de Power China, y su equipo presentaron un plan al Gobierno surinamés, según el cual, además de la generación de electricidad con el combustible diésel con la que ya contaban, se construirían estaciones fotovoltaicas y se instalarían líneas de transmisión en cada aldea, formando una microrred en cada región.
Tras la aprobación del plan por parte del Gobierno de Surinam, Power China empezó la construcción. Tras seis meses, entregó la primera fase del proyecto, la microrred de Goejaba, en junio de 2020.
La exitosa operación de la primera fase del proyecto ha llevado al Gobierno de Surinam a autorizar a Power China a construir microrredes en más aldeas. En octubre de 2021 se lanzó oficialmente la segunda fase del proyecto.
Según Xiong, la segunda fase del proyecto cuenta con un total de cinco complejos (que incluyen central fotovoltaica, central de diesel y líneas de transmisión), que atenderán a 40 aldeas, con una generación de energía fotovoltaica de 4.000 kilovatios y 14 MWh de almacenamiento de energía.
La aldea de Botopasi, donde está ubicado el campamento de la segunda fase del proyecto de Power China, es uno de los nueve pueblos que se beneficiarán del segundo de los cinco complejos, que una vez finalizado, proporcionará energía limpia ininterrumpida a más de 3.000 residentes.
Potter nació y creció en la aldea de Botopasi. Como estudió ocho años en la capital de Paramaribo, puede hablar bien inglés, y es asesor del jefe de la aldea. Él ha estado ayudando al equipo de Power China desde el comienzo de la segunda fase en la coordinación con los residentes locales.
"Trabajo duro porque cuando haya suministro eléctrico ininterrumpido en casa podremos guardar la comida en el refrigerador y podremos tener mejor comida. Tendremos un futuro mejor", dijo Potter a Xinhua.
El transporte de todo el equipamiento de construcción a las aldeas no ha sido una tarea fácil. Según Xiong, durante la estación seca, el nivel del agua del río Surinam es muy bajo y el peligro que suponen las rocas del lecho del río es alto. Con la carga del equipamiento, los barcos tienen dificultades para llegar a las aldeas, y en ocasiones los locales han tenido que bajar al río a empujar los barcos. En dos ocasiones, el barco volcó y se perdió el equipamiento que transportaba.
Tang Xiaobo, responsable de construcción de la segunda fase del proyecto, visita la aldea todas las semanas y mantiene intercambios profundos con los locales.
"Analizamos el progreso de la construcción del complejo y las necesidades que van surgiendo. El proyecto solo puede seguir avanzando sin problemas a través de una comunicación profunda con la población local y respetando sus costumbres", enfatizó.
Después de la entrega de la primera fase del proyecto al Gobierno para su operación, surgieron muchas dificultades en su funcionamiento debido a la falta de técnicos profesionales locales. Power China ha decidido operar la segunda fase durante tres años después de su finalización, tiempo durante el cual China ayudará a los Gobiernos locales a capacitar a su propio personal de operación y mantenimiento para que el proyecto pueda desempeñar un papel mejor a largo plazo.
Xiong dijo que aún recuerda la noche en la que se inauguró la primera fase del proyecto. "Después de encender las luces y salir de la estación, pasé por una casa y vi a un niño estudiando bajo una lámpara encendida. Esta escena me hizo sentir que todos los esfuerzos para este proyecto valieron la pena".