Mujer tibetana hace historia como primera piloto de combate

Por Zhao Lei

A lo largo de los años, las mujeres tibetanas han conducido carros de combate, han maniobrado buques de guerra y han servido en unidades de misiles del Ejército Popular de Liberación. Ahora, Kelsang Pedron, de 23 años, se ha convertido en la primera mujer tibetana en pilotar un avión de combate.

Nacida en mayo de 2000 en la ciudad de Lhokha, en la región autónoma de Xizang, Kelsang Pedron estudia en 2017 en la Escuela Secundaria del Tíbet de Beijing cuando se enteró de que un estudiante de último año de la escuela había conseguido una plaza en la Universidad de Aviación de la Fuerza Aérea para aprender a pilotar aviones militares.

Ese noticia encendió la chispa de lo que en aquel entonces parecía un sueño inalcanzable para la joven. Después de todo, ninguna mujer tibetana había pilotado nunca un avión militar.

"Convertirme en aviadora de la Fuerza Aérea es glorioso y quería intentarlo para poder salvaguardar los cielos azules de mi patria. Pero volar parecía ser un sueño lejano para mí, una chica común", resalta Kelsang Pedron, y agrega que todo cambió cuando vio en la televisión a las dos primeras mujeres astronautas de China, Liu Yang y Wang Yaping.

"Quería ser tan inteligente y genial como ellas", recordó, y agregó que las historias de las astronautas la inspiraron a perseguir sus sueños, con coraje y determinación.

Dos años más tarde, la oportunidad llamó a la puerta cuando su maestra anunció que la Fuerza Aérea del EPL estaba reclutando mujeres y alentó a las estudiantes interesadas a postularse.

Una emocionada Kelsang Pedron inmediatamente se dirigió a sus padres, buscando su permiso y apoyo.

"Mi papá dijo que sí, sin dudarlo. También me animó a intentarlo con valentía. Así que le dije a mi maestra que me presentaría y pronto comencé a prepararme para las pruebas de selección iniciales", recuerda.

Después de las pruebas iniciales, la adolescente fue preseleccionada con más de 200 colegialas de todo el país para la última ronda del proceso, en la que se aceptarían 40 solicitantes en la Universidad de Aviación de la Fuerza Aérea en Changchun, provincia de Jilin.

Kelsang Pedron pasó todas las pruebas. Además, también obtuvo una alta puntuación en el Exámen Nacional de Ingreso a la Universidad.

En agosto de 2019, Kelsang Pedron se presentó en la Universidad de Aviación de la Fuerza Aérea, convirtiéndose en la primera mujer tibetana en comenzar a aprender a operar aviones de combate. Los aviadores tibetanos han formado parte de las fuerzas armadas chinas desde mediados de la década de 1970, pero todos habían sido hombres.

De acuerdo a sus instructores, Kelsang Pedron ha entrenado muy duro para sobresalir en la carrera que eligió como aviadora.

Hasta ahora, ha volado entrenadores de aviones básicos y avanzados, y recientemente pasó una prueba de vuelo en solitario en un avión de combate.

"Ahora tengo mis alas. Pasar la prueba de vuelo en solitario marcó un paso más hacia mi objetivo de convertirme en una verdadera piloto de combate", afirma la valora mujer. "En el idioma tibetano, Kelsang a veces se refiere a una especie de hermosa flor que representa el deseo de felicidad y suerte del pueblo tibetano. Continuaré entrenando duro para poder volar por encima de la nación y salvaguardar la felicidad y la suerte de nuestra gente".

El EPL admitió en 1951 a sus primeras mujeres pilotos. Desde entonces, cientos de mujeres han volado en la Fuerza Aérea del EPL. En 2005 comenzaron a reclutar mujeres pilotos de combate, y desde entonces hay docenas de aviadoras de combate en unidades de primera línea.

"Volar un avión de combate es de alto riesgo y muy desafiante. Requiere no solo grandes habilidades técnicas sino también una gran agilidad y aptitud mental. En este sentido, no importa si eres hombre o mujer", resalta la teniente coronel He Xiaoli, una de las primeras mujeres pilotos de combate del país, que ha servido en la Fuerza Aérea del EPL durante casi 20 años.

Además de la Fuerza Aérea, la Armada del EPL también ha comenzado desde el año pasado a reclutar cadetes de vuelo femeninas, con el objetivo de enviar a las que se gradúen con éxito a operar aviones de combate en los portaaviones chinos.