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Voluntarios ayudan a niños enfermos a llegar a la cima
Dos voluntarios y un niño con una enfermedad rara posan para una foto en la Montaña Amarilla (Huangshan), provincia de Anhui, 3 de junio del 2024. (Foto: Fan Chengzhu/China Daily)
Lyu Jingwen, de nueve años, postrada en silla de ruedas debido a una atrofia muscular espinal, este lunes con la ayuda de voluntarios escaló los picos de la montaña Montaña Amarilla (Huangshan, en idioma chino), ubicada en la provincia de Anhui.
Como parte de un programa de solidaridad para celebrar el Día del Niño, que cayó el pasado sábado, Jingwen y otros 38 niños con enfermedades raras de todo el país se fueron de paseo a la montaña.
"Después de aprender sobre Huangshan a través de un libro de texto de la escuela, había estado soñando con visitarla, pero pensé que no tenía ninguna oportunidad de llegar a la cima", afirmó Jingwen.
Jingwen, que vive en la provincia de Guangdong, fue diagnosticada con atrofia muscular espinal cuando tenía dos años y no puede valerse por sí misma.
Huangshan, inscrita en la lista del patrimonio cultural mundial de la UNESCO y en su lista de patrimonio natural como geoparque mundial de la UNESCO, cuenta con un espectacular paisaje granítico.
La actividad contó con el apoyo de más de 150 voluntarios de nueve equipos, incluido el equipo de servicio voluntario del lugar escénico y el equipo local Blue Sky Rescue.
Aunque había teleféricos para ayudar a aliviar la carga de los voluntarios, tuvieron que llevar a los niños en sus sillas de ruedas durante la mayor parte del viaje.
Cheng Jian, uno de los principales organizadores del programa de solidaridad, padece paraplejia. Desde el 2006 organiza este tipo de programas, fecha en que 26 personas discapacitadas fueron llevadas a las cumbres de las montañas.
"Después de los primeros contactos con niños con enfermedades raras, comencé a aprender sobre su sufrimiento y el de sus familias", resaltó Cheng. En 2021, amplió el servicio de voluntariado solidario a niños con enfermedades raras.
"Esperaba ayudarlos a darles algo de aliento", recalcó.
La madre de Jingwen, Tao Yang, recuerda que "apenas podíamos viajar por nuestra cuenta, y mucho menos escalar montañas". Y añadió que el viaje a la montaña significaba mucho para Jingwen y el resto de la familia.
"Ver a los niños emocionarse me hizo muy feliz", asegura Du Xu, uno de los voluntarios que cursa el segundo año en la Universidad de Huangshan.
Con la ayuda de más de 5.300 voluntarios, este solidario programa ha ayudado a más de 1.000 discapacitados de todo el mundo a visitar la gran Huangshan.