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ENTREVISTA: Subida de aranceles a vehículos eléctricos chinos en Europa y EE. UU. atentan contra libre comercio y afectan objetivos climáticos
Imagen del 20 de marzo de 2024 de un automóvil eléctrico chino de la marca BYD exhibido en una concesionaria de automóviles, en Santiago, capital de Chile. (Xinhua/Jorge Villegas)
La determinación de la Comisión Europea de elevar los aranceles a los vehículos eléctricos chinos, a partir del 4 de julio, atenta contra el libre comercio y afecta las metas relacionadas con la reducción de las emisiones de carbono, afirmó el presidente de la Cámara Chileno-China de Comercio, Industria y Turismo (CHICIT), Juan Esteban Musalem.
"El reciente anuncio de la Unión Europea de aplicar medidas arancelarias para los autos eléctricos fabricados en China constituyen una muy mala señal, que va en contra del libre comercio global. Lamentablemente, se alinea con medidas similares anunciadas por Estados Unidos", señaló el dirigente en una entrevista reciente con Xinhua.
La Comisión Europea informó la semana anterior sobre un alza en las tasas arancelarias para los automóviles con baterías eléctricas importados desde China por los países europeos. Los impuestos adicionales van del 17,4 al 38,1 por ciento, dependiendo del fabricante, y se suman al estándar vigente del 10 por ciento.
De acuerdo con Musalem, las medidas arancelarias "siempre impactan fuertemente el comercio global en diferentes niveles, siendo los más afectados aquellos países que tienen una gran dependencia de sus exportaciones".
En tal escenario, subrayó que países europeos como "Alemania, Suecia y Hungría, entre otros, han criticado dicho anuncio, mientras que la mayor parte de los países todavía continúan jugando dentro de las reglas de la Organización Mundial de Comercio".
Según la Comisión Europea, la decisión se basa en una indagación sobre subsidios a la industria de la electromovilidad por parte del Gobierno chino, argumentando un "exceso de capacidad" del país asiático.
La iniciativa europea apunta en la misma dirección que los aranceles del 100 por ciento comunicados en mayo pasado por Estados Unidos a los vehículos eléctricos, baterías, paneles solares y equipos médicos, entre otros, procedentes de China.
Por su parte, el Ministerio de Comercio chino aseguró que las acusaciones de "competencia injusta" contra China son "infundadas", al tiempo que instó a la parte europea a abandonar el "proteccionismo comercial".
Para la CHICIT, las políticas arancelarias representan "barreras al libre desarrollo de cualquier industria de características transnacionales, por lo que su manejo debe ser ejecutado con prudencia, responsabilidad y altura de miras".
A juicio de Musalem, "las razones de fondo de este tipo de medidas se relacionan más bien con una falta de competitividad y de eficiencia de los sectores industriales europeo y estadounidense en comparación con China", y reflejan "el deseo de no quedar rezagados en el desarrollo tecnológico de dichos productos".
Entre los perjuicios que estas acciones puedan tener para los compradores estadounidenses y europeos, adelantó "una serie de repercusiones en la población consumidora, en la medida que se restringe el flujo de bienes clave o se altera su precio".
Dijo, además, que la magnitud del impacto mundial es, por ahora, "impredecible, pero siempre negativo", dado que China "representa alrededor del 20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y su comercio exterior se extiende a casi la totalidad de los países, para quienes constituye un importante factor en cada una de sus economías".
"Solo generará mayor incertidumbre a nivel global, sobre todo para las economías en desarrollo y los Estados más pequeños, los cuales verán afectados finalmente sus índices de bienestar", concluyó el directivo.