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OCS defiende la conectividad y la cooperación para un futuro compartido
Hace aproximadamente un año, en la 23ª Reunión del Consejo de Jefes de Estado de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), el presidente chino, Xi Jinping, planteó una pregunta a la comunidad mundial: unidad o división, paz o conflicto, cooperación o confrontación; y hasta hoy, estas preguntas continúan resonando.
Mientras los líderes de la OCS se preparan para reunirse en Astaná en un nuevo encuentro, la cuestión planteada por Xi sigue siendo relevante, ya que la tensión geopolítica y la incertidumbre económica moldean cada vez más al mundo.
En este contexto, la creciente cooperación y compromiso de la OCS para mejorar la conectividad es un sólido ejemplo de unidad y progreso logrados mediante el trabajo conjunto.
Mantiene la seguridad en la región y hace importantes contribuciones a la paz y la prosperidad mundiales, así como el progreso a largo plazo en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Desde su creación en la ciudad china de Shanghai en 2001, la OCS ha pasado de ser una organización regional con seis miembros a convertirse en una organización transregional con nueve miembros de pleno derecho, tres países observadores y 14 socios para el diálogo, que cubre más del 60 por ciento de la masa continental euroasiática y casi la mitad de la población mundial.
Este notable crecimiento pone de relieve la importancia de la OCS como plataforma para fomentar la cooperación multilateral y abordar retos comunes.
En un mundo que se enfrenta a crecientes confrontaciones de bloques y tendencias aislacionistas, la OCS se erige como firme defensora de la conectividad y la cooperación, así como de la apertura y la inclusión.
La estructura de la OCS facilita una amplia gama de iniciativas destinadas a aumentar la conectividad y profundizar la cooperación. Por ejemplo, la Estructura Regional Antiterrorista, con sede en Tashkent, Uzbekistán, ilustra la dedicación de la organización a la seguridad cooperativa.
A través de maniobras militares conjuntas, intercambio de inteligencia y esfuerzos coordinados para combatir el terrorismo, el separatismo y el extremismo, la OCS mejora la seguridad y la estabilidad regionales. Este marco de seguridad cooperativa ha reducido el potencial de conflictos y ha fomentado un entorno más seguro para todos los Estados miembros.
Como mecanismo de cooperación transregional, la OCS no sólo se centra en la seguridad, sino también en la conectividad económica. Este doble enfoque contribuye a crear un entorno estable y próspero en toda la amplia región euroasiática, fomentando el desarrollo sostenible y mejorando la calidad de vida de sus habitantes.
Durante años, iniciativas económicas como el Consejo Empresarial de la OCS y el Consorcio Interbancario de la OCS han promovido el comercio y la inversión entre sus países miembros, y el compromiso de la organización con la conectividad y la integración económicas se demuestra aun más a través de su apoyo a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, siglas en inglés).
Por su ubicación y la diversidad de sus miembros, la OCS es un socio clave de la BRI, y la cooperación sobre la Franja y la Ruta ha facilitado el desarrollo de corredores de transporte, proyectos energéticos y redes de comunicación que unen a los Estados miembros de la organización y más allá.
Un ejemplo destacado es el acuerdo sobre la construcción del ferrocarril China-Kirguistán-Uzbekistán, alcanzado a principios de junio. Una vez terminado, esta vía ferroviaria acortará considerablemente el tiempo necesario para transportar los productos de Asia Central a los principales mercados mundiales. También facilitarán la integración de Asia Central en las cadenas industriales y de suministro mundiales, impulsando así el desarrollo regional.
A medida que los países de la OCS mejoran su cooperación, la organización se prepara para desempeñar un papel aún mayor en la configuración de la dinámica regional, no sólo a través de la cooperación económica y de seguridad, sino también mejorando el entendimiento mutuo entre sus países miembros.
Al promover los intercambios educativos, el turismo y los actos culturales, la organización contribuye a derribar barreras y construir puentes entre diversas culturas.
Como red de universidades de los Estados miembros de la OCS que cooperan en investigación y educación, la Universidad de la OCS mejora las oportunidades académicas y profesionales y construye una base para la cooperación y la buena voluntad a largo plazo entre los futuros líderes.
En general, este enfoque holístico ha subrayado el compromiso de la organización de fomentar una región estable, próspera e interconectada, y ha puesto de relieve la vitalidad duradera de su principio básico: el Espíritu de Shanghai, que se caracteriza por la confianza mutua, el beneficio mutuo, la igualdad, la consulta, el respeto por la diversidad de civilizaciones y la búsqueda del desarrollo común.
Mientras el mundo se enfrenta a retos sin precedentes, el firme compromiso de la OCS con la conectividad, la cooperación y el multilateralismo ofrece un faro de esperanza para un futuro más armonioso y próspero.