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Reino Unido carece de planes para imponer aranceles a vehículos eléctricos importados de China, según ministro
Personas observan un vehículo de nueva energía en exhibición en la 26ª Exposición Internacional de Alta Tecnología de Beijing de China, en Beijing, capital de China, el 13 de julio de 2024. (Xinhua/Zhang Chenlin)
El ministro de Empresa y Comercio Internacional británico, Jonathan Reynolds, declaró el miércoles en la reunión de ministros de Comercio del G7 en Italia que su país no tiene planes de seguir la medida de la Unión Europea (UE) de imponer aranceles a las importaciones de vehículos eléctricos chinos.
Según el diario Financial Times, la industria automotriz británica no ha solicitado formalmente a la Autoridad de Recursos Comerciales del Reino Unido que lleve a cabo una investigación antisubvenciones sobre las importaciones de vehículos eléctricos chinos, paso necesario antes de iniciar una investigación de este tipo.
Sin embargo, Reynolds también mencionó que no se descarta la posibilidad de imponer aranceles a los vehículos eléctricos chinos, siempre y cuando la decisión beneficie al sector exportador automovilístico del país.
Los datos de la Sociedad de Fabricantes y Comerciantes de Automóviles muestran que el Reino Unido exportó en 2023 unos 700.000 coches, de los cuales solo el 7 por ciento se vendió en China, mientras que el 60 por ciento fue a los 27 países de la UE. Y el mercado nacional de vehículos eléctricos en el Reino Unido está dominado por marcas de fabricación china, entre ellas MG, propiedad de la china SAIC Motor.
En un editorial publicado el jueves, el Financial Times afirmó que los líderes occidentales han de elegir entre alcanzar los objetivos climáticos o abrazar el proteccionismo. No obstante, por el bien de todos, los Gobiernos occidentales deberían abandonar el proteccionismo en algún momento.
"Si Europa se toma en serio sus objetivos en materia de vehículos eléctricos, el problema no son demasiadas importaciones chinas, sino más bien muy pocas, dada la lentitud con que su propia industria ha abandonado la tecnología de combustión interna", reza el editorial.