Diplomáticos destacan el potencial de la sinergía estratégica de China y Brasil para el desarrollo

La sinergía estratégica para el desarrollo entre China y Brasil, la transición energética hacia energías renovables como un campo dinámico en el comercio bilateral y la capacidad de inversión china en el país suramericanos fueron destacados por las voces diplomáticas que participaron en un evento con motivo de los 50 años de relaciones diplomáticas de ambos países.

El secretario de Asia-Pacífico de la cancillería brasileña, Eduardo Saboia, destacó la capacidad inversora de China en Brasil, durante el evento celebrado en Sao Paulo, organizado por el Consejo Empresarial Brasil-China (CEBC) y que llevó por título "50 años de Relaciones Diplomáticas Brasil-China. Rumbo a un futuro sostenible".

"China se viene consolidando como importante fuente de inversiones, con un stock de 71.000 millones de dólares en los últimos 17 años y que abarcan muchos sectores. Brasil atrajo el 48 por ciento del total de inversión china de Sudamérica entre 2005 y 2022 y fue el cuarto mayor destino de las inversiones chinas en el mundo", destacó el diplomático brasileño.

En ese contexto, sostuvo que son necesarias "inversiones más expresivas" para que Brasil pueda llevar adelante "un nuevo período de prosperidad".

Para ello, enfatizó, es necesario diversificar la agenda de recepción de inversiones chinas en Brasil para los programas del Gobierno como Nueva Industria Brasil (NIB) y el Programa de Aceleración de Inversiones (PAC), principal plan de infraestructura.

Saboia sostuvo que el comercio bilateral con China, del lado brasileño, buscará promover productos de mayor valor agregado.

"En el primer semestre de este año nuestra corriente bilateral alcanzó los 81.000 millones de dólares, un resultado que apunta a superar el récord de 2023. Pero debemos reconocer que nuestra agenda exportadora se encuentra concentrada en materias primas, lo cual inhibe el desarrollo de cadenas productivas más complejas", sostuvo.

Brasil y China "van por el buen camino, como demuestran los resultados obtenidos en el comercio, la intensidad de los flujos de inversión y la colaboración Sur-Sur", abundó.

En tanto, el presidente del CEBC, el exdiplomático Luis Augusto de Castro Neves, dijo que el evento refleja el camino exitoso recorrido por ambos países durante su relación bilateral.

"Este medio siglo tiene un saldo ampliamente positivo en un momento que tiene como plano de fondo la inestabilidad de las relaciones internacionales que se viven desde el fin de la Guerra Fría", evaluó.

Castro Neves destacó a la transición energética hacia energías renovables como el campo más dinámico de la actualidad en el comercio bilateral.

El embajador de China en Brasil, Zhu Qingqiao, destacó, por su parte, la "sinergía estratégica" entre ambos países y convocó a profundizar la cooperación bilateral en sintonía con las tendencias de la revolución tecnológica y científica global.

En el evento el diplomático sostuvo que "la sinergia estratégica es la búsqueda de cooperación sino-brasileña. China y Brasil se encuentran en una etapa decisiva de sus procesos de modernización".

"No debemos quedarnos quietos frente al escenario actual de cooperación y sí planificar de forma proactiva una sociedad de alta calidad que esté en sintonía con las tendencias de la revolución científica y tecnológica global", agregó.

Zhu apuntó también que en los últimos cinco años las exportaciones brasileñas de maquinaria y equipos a China prácticamente se han duplicado, convirtiendo a China en el noveno destino de este sector.

Destacó a productos como café, frutos secos y jugos de fruta de Brasil entre los que han tenido un salto en el mercado interno chino.

"Las más de 250 empresas chinas presentes en Brasil no sólo contribuyen al desarrollo local, sino que también asumen responsabilidades sociales a través de acciones en favor del bienestar de la población", agregó.

Para el diplomático, la iniciativa de la Franja y la Ruta representa una medida fundamental para la apertura de alto nivel de China y está en línea con la estrategia de desarrollo del Gobierno del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, la neoindustrialización y las rutas de integración sudamericana.