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Marcha liderada por Morales llega a La Paz y da plazo de 24 horas para cambiar ministros
La marcha multitudinaria encabezada por el expresidente boliviano, Evo Morales (2006-2019), llegó hoy lunes a la ciudad de La Paz, imponiendo un ultimátum al Gobierno de Luis Arce para que en las próximas 24 horas destituya a sus ministros o de lo contrario habrá más movilizaciones.
Luego de una semana de movilización, Morales y sus seguidores instalaron un cabildo para exigir la salida de ministros acusados de corrupción, narcotráfico y mala gestión, aunque no dio nombres.
Tras la conclusión del cabildo, se registraron enfrentamientos entre grupos seguidores de Arce y Morales, al tiempo que se lanzó otro ultimátum al Tribunal Supremo Electoral para que apruebe el congreso de Lauca Ñ de la facción de Morales que ratificó como jefe del Movimiento Al Socialismo (MAS) al expresidente.
"Si Lucho quiere seguir gobernado que en 24 horas cambie a ministros narcos, corruptos, 'drogos' (drogadictos), racistas, fascistas", demandó en un cabildo realizado en La Paz, al término de la marcha.
La llegada de la marcha ha intensificado las tensiones políticas en Bolivia, evidenciando la fractura interna del oficialista MAS.
Morales, quien lideró la movilización bajo la consigna de "para salvar Bolivia", dijo que el Gobierno traiciona los principios del partido y acusó a los miembros del gabinete de ministros de alinearse con intereses extranjeros y traicionar la ideología del MAS.
En su discurso, Morales también lanzó duras críticas contra la gestión económica del Gobierno de Arce, al señalar que la corrupción y el mal manejo están llevando al país al borde del colapso.
Propuso además un programa de austeridad para corregir los errores del Ejecutivo, pero al mismo tiempo rechazó los recortes en el aparato estatal, a los que calificó como imposiciones de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Al finalizar su discurso y declarar "misión cumplida", Morales enfatizó que ahí termina su responsabilidad con la marcha, aunque está seguro que el pueblo seguirá luchando para conseguir las reivindicaciones de la gente humilde.
La marcha, que partió de Caracollo en el departamento de Oruro (oeste) el 17 de septiembre y recorrió 189 kilómetros hasta el centro de La Paz, se ha convertido en un símbolo de la creciente división en el seno del MAS.
Por su parte, el Gobierno afirmó que respeta el derecho a la protesta, pero advirtió que no tolerará ningún intento de alterar el orden constitucional.
En La Paz, la Plaza Murillo, centro del poder político boliviano, permanece bajo estricta vigilancia policial y organizaciones sociales leales al presidente Arce se han congregado para defender el Palacio Quemado y la Casa Grande del Pueblo, sede de operaciones del Gobierno, advirtiendo que no permitirán ninguna acción que vulnere la democracia.
"Estamos aquí para hacer respetar el voto popular que eligió a Luis Arce con más del 55 por ciento de apoyo", declaró Grover García, dirigente del MAS afín al presidente.