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Brasil vuelve a estar libre de sarampión luego de cinco años
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) entregó de nuevo a Brasil la certificación de eliminación de sarampión, rubéola y síndrome de rubéola congénita, informó hoy martes la ministra de Salud, Nísia Trindade.
"¡Brasil libre de sarampión! ¡Es una gran alegría anunciar con el presidente (Luiz Inácio Lula da Silva) @LulaOficial que hemos eliminado una vez más el sarampión en el país! Ya habíamos eliminado la enfermedad en 2016, pero volvió en 2018 después de una caída en la cobertura de vacunación. Después de mucho trabajo, ¡volvemos a celebrar!", escribió Trindade en su cuenta de la red social X.
"Recibimos el certificado de la OPS, que acredita que toda la región de las Américas ya está libre no solo de sarampión endémico, sino también de rubéola y síndrome de rubéola congénita ¡Nuestro trabajo ahora es asegurarnos de que estas enfermedades no vuelvan!", añadió.
En 2016, el país sudamericano recibió la clasificación como zona libre de sarampión, pero perdió el certificado en 2019 después del registro de brotes de la enfermedad.
Entre febrero de 2018 y enero de 2019, la nación sudamericana registró 10.274 casos de esta enfermedad contagiosa.
En junio de este año, Brasil completó dos años sin casos autóctonos de sarampión, es decir, con transmisión en territorio nacional, luego de que el último fue confirmado en junio de 2022, en Amapá, y todos los registros de la enfermedad correspondieron a individuos procedentes del exterior.
Para cumplir con los criterios de una nueva certificación, Brasil necesitó demostrar que no hubo transmisión del virus del sarampión durante al menos un año, además de fortalecer su programa de vacunación de rutina, la vigilancia epidemiológica y la respuesta rápida a casos importados.
El sarampión es una enfermedad extremadamente contagiosa y grave que puede ser prevenida mediante la vacunación, estimándose que una persona infectada puede contagiar a entre 12 y 18 a través de secreciones de nariz y boca expulsadas al toser, respirar o hablar.
Los principales síntomas son manchas rojas en el cuerpo y fiebre alta acompañadas de tos seca, conjuntivitis, nariz congestionada y malestar por la enfermedad, la cual puede dejar secuelas e incluso causar la muerte.