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Entrevista: Deforestación representa creciente amenaza para salud pública, advierte experto colombiano

Por Xinhua | el 27 de abril de 2025 | 08:39

Por Sylvia B. Zárate

BOGOTÁ, 26 abr (Xinhua) -- La deforestación es una amenaza cada vez más creciente en contra de la salud pública, ya que facilita la aparición y propagación de enfermedades al eliminar barreras naturales entre humanos y reservorios silvestres de virus, bacterias y parásitos, advirtió el especialista en Cambio Climático y Sostenibilidad, el colombiano Camilo Prieto.

En entrevista con Xinhua, el médico y profesor explicó que la alteración de los ecosistemas forestales favorece el incremento de otras enfermedades como el dengue, el zika, el chikunguña, la leishmaniasis, la malaria y el hantavirus.

"La tala de bosques permite que vectores como mosquitos de los géneros Aedes y Haemagogus se acerquen a poblaciones humanas, aumentando el riesgo de transmisión de fiebre amarilla", señaló.

"La expansión humana hacia áreas previamente selváticas genera nuevas interfaces ecológicas donde los patógenos pueden saltar más fácilmente entre especies", sostuvo.

Precisamente este mes, el Ministerio de Salud de Colombia declaró emergencia sanitaria por la propagación sostenida de fiebre amarilla, con una letalidad del 45,3 por ciento y la aparición de la enfermedad en zonas que antes no se consideraban vulnerables.

El docente colombiano advirtió que la deforestación dejó de ser solo un problema ambiental para convertirse en "una amenaza directa a la salud pública" y específicamente en Colombia este fenómeno se incrementó en un 35 por ciento en 2024.

Para Prieto, en el país sudamericano el aumento de la deforestación está relacionado directamente con el conflicto armado en áreas estratégicas en las que las organizaciones criminales avanzan sin control con economías ilegales, como el narcotráfico y la minería ilícita.

"A esto se suma la fragmentación de los acuerdos de paz y la falta de alternativas económicas para las comunidades rurales, que terminan dependiendo de dinámicas de uso ilegal del suelo para sobrevivir", abundó.

Asimismo, según el especialista, la tala masiva de bosques facilita el blanqueo de tierras y la expansión de cultivos ilícitos, mientras refuerza el dominio sobre corredores estratégicos de movilidad y comercio ilegal.

Prieto subrayó que las regiones más vulnerables son la Amazonia colombiana, particularmente en departamentos como Caquetá, Guaviare, Meta, Putumayo y Vaupés, así como áreas de alta biodiversidad, como la Serranía de la Macarena, los parques Tinigua, Chiribiquete y la Serranía de San Lucas.

En su opinión, la deforestación debe enfrentarse a través de una estrategia integral que combine la recuperación del control territorial, el fortalecimiento de las instituciones ambientales, la oferta de alternativas económicas sostenibles para las comunidades rurales y la judicialización efectiva de quienes promueven las economías ilegales.

Además, recomendó reforzar el desarrollo de esquemas de gobernanza que integren a las comunidades locales como actores legítimos de conservación y de manejo de los bosques.

"El monitoreo satelital, la inteligencia territorial y los mecanismos de sanción deben complementarse con incentivos económicos para la conservación de los ecosistemas", consideró.

De otro lado, recordó que la Amazonia y los bosques tropicales son bienes comunes de la humanidad y que existe una corresponsabilidad global en la tarea de protegerlos.

"Por lo tanto debe apoyar financieramente y políticamente los esfuerzos de conservación, asegurando que los fondos internacionales se traduzcan en acciones reales sobre el terreno y no se pierdan en esquemas burocráticos ineficaces", dijo.

El profesor resaltó que el gobierno tiene la responsabilidad "indelegable" de ejercer autoridad en el territorio, garantizando la protección de los ecosistemas mediante políticas públicas, presupuestos adecuados y coordinación interinstitucional, mientras recomendó a la sociedad asumir un rol más activo en defensa del patrimonio ambiental.

Agregó que entre las acciones cotidianas que pueden mitigar el fuerte impacto de la deforestación se encuentran la reducción del consumo de productos que incentiven la deforestación como carne proveniente de ganadería extensiva en zonas deforestadas, madera ilegal o productos agrícolas que expanden la frontera agrícola en áreas protegidas.

"También pueden apoyar programas de reforestación, participar en iniciativas de educación ambiental, promover la vigilancia ciudadana sobre la gestión de áreas protegidas y exigir a los representantes políticos compromisos claros en defensa de los ecosistemas", concluyó.

De acuerdo con cifras del Ministerio de Ambiente de Colombia, en 2024 la deforestación aumentó un 35 por ciento con un total de 107.000 hectáreas destruidas.

En 2023 se registró la cifra de deforestación más baja del país en 23 años de seguimiento y que una de las metas del actual gobierno es la de contener este flagelo y reconciliarse también con la naturaleza en el marco de la política de "Paz Total".

(Web editor: 周雨, Zhao Jian)