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Emancipación mental para construir el Frente Unido China-Europa en defensa del multilateralismo

Por DIARIO DEL PUEBLO digital | el 14 de mayo de 2025 | 10:55

Por Xiao Shan

La Agencia de Noticias Xinhua advierte que “la guerra arancelaria indiscriminada”, a nivel global, desatada por la administración estadounidense no solo es una declaración de guerra al sistema comercial global, sino también una “terapia de choque” para el orden internacional, establecido desde la Segunda Guerra Mundial.

Mientras Washington está obsesionado con la prepotencia y la matonería unilaterales, Europa enfrenta una disyuntiva histórica: continuar como “rehén” del juego geopolítico de EE.UU. o defender el multilateralismo junto a China. La respuesta podría latir en aquel antiguo proverbio europeo que reza: “ayúdate, que Dios te ayudará”. Lo que Europa necesita ahora no es la devoción quasi religiosa a los lazos transatlánticos, sino un movimiento de emancipación mental que sea profundo.

Autonomía Estratégica: Herramienta Definitiva para Romper la “Marca Mental”

La élite política europea siempre habla de la “autonomía estratégica”, pero sus acciones resultan desconcertantes y “paradójicas”: se queja de la Ley de Reducción de la Inflación aprobada por EE.UU. para el “proteccionismo verde”, mientras esgrime el garrote anti-subsidio contra los vehículos eléctricos chinos; está indignada por haber sido tratada por EE.UU. como vasallo geopolítico, pero sigue acompañando cada giro de políticas que da el país norteño. Esta paradoja, en esencia, se deriva del “sello mental”: un inconsciente colectivo que sacraliza las relaciones transatlánticas y racionaliza la hegemonía estadounidense.

Esta humillante sensación, causada por verse obligada a obedecer la agenda de Estados Unidos, debería haber precipitado el despertar de Europa. Sin embargo, su sello mental permanece intacto, incluso a costa de su soberanía económica. La historia ha demostrado que esa estrategia de dependencia terminará por surtir el efecto bumerán. Durante la Crisis del Canal de Suez en 1956, EE.UU. obligó a Reino Unido y a Francia a retirar sus tropas mediante maniobras financieras, desvaneciendo así la última ilusión de los imperios coloniales de Europa. A principios de 2025, la administración estadounidense modificó abruptamente su política hacia Ucrania, marginando a Europa para desplegar la “diplomacia overhead” con Rusia, sometiendo al viejo continente a “quiebre emocional” de alto calado.

La verdadera autonomía estratégica comienza con una revolución cognitiva. Europa debe ser claramente consciente de que tras ser diplomáticamente marginada, no puede ser tratada así otra vez en el terreno ideológico. Si la contención de China por parte de EE.UU. se ha vuelto frenética, Bruselas no debería ser “porrista” de esta rivalidad.

Proteccionismo: no entres cócilmente en esa buena noche

El garrote arancelario de EE.UU. no es en absoluto un fenómeno aislado, sino la consecuencia inevitable de la profunda reconfiguración de la globalización. De acuerdo a Euronews, los aranceles estadounidenses sobre los productos de la Unión Europea (UE) podrían causar una pérdida de al menos 85.000 millones de euros en exportaciones, con graves consecuencias para Alemania y otros países. Esto corrobora una verdad cruel: el mundo actual no puede soportar tantas “terapias de choque”.

La ansiedad de Europa no debe convertirse en la transigencia ante el proteccionismo, sino en la firme defensa del multilateralismo. China y la UE, como dos de las importantes economías del mundo, han aumentado su comercio de 2.400 millones de dólares a 780.000 millones de dólares y sus inversiones, de prácticamente cero hasta casi los 260.000 millones de dólares. Esta relación simbiótica no es en absoluto el resultado de un juego de suma cero, sino el fruto del orden multilateral del comercio. Si Europa deja al proteccionismo fragmentar su mercado y establece barreras debido a su corta mirada y miedo, China y Europa sufrirán juntos el estancamiento de la innovación y el drástico aumento del coste, y Europa perderá la oportunidad de orientar junto con China la actualización de las cadenas industriales globales. Por ende, las barreras comerciales aparentemente “moderadas” se convertirán en agujeros negros que devorarán la prosperidad.

Responsabilidad de China y Europa: socios en defensa del multilateralismo

La historia siempre premia a las civilizaciones que se atreven a romper los yugos mentales. Cuando Europa abandone su obsesión con la hegemonía occidental y avance de la mano con China, juntos demostrarán que el multilateralismo no es un idealismo utópico, sino la única opción racional para la coexistencia de la humanidad. Frente a las nubes oscuras del proteccionismo, China y Europa deben erigirse como fuerzas inquebrantables en la salvaguarda del multilateralismo. Al fin y al cabo, el futuro de este mundo no debe ser monopolizado por ningún país, sino pertenecer a todos los que creen en la cooperación en vez de la confrontación, la apertura en lugar del aislamiento y las ganancias compartidas por encima del juego de suma cero.

Esto exige que Europa recupere el coraje de la Ilustración para romper su “sello mental”. En fin, la verdadera autonomía estratégica no es el aventurerismo geopolítico, sino la reverencia ante la historia. Tal como afirmó Hegel, “el búho de Minerva siempre despliega sus alas en el crepúsculo”. Ahora es justamente el momento del despertar de Europa, que puede convertirse en dueña de su destino, en lugar de ser vasalla de la hegemonía.

El autor es analista de temas internacionales

(Web editor: 周雨, Zhao Jian)