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"Los amigos chinos nos han traído un dulce camino hacia la prosperidad"

Por DIARIO DEL PUEBLO digital | el 15 de mayo de 2025 | 10:19

"Un camión pasa por una estación de peaje ubicada en la ciudad de Talca, en el tramo Talca–Chillán de la Ruta 5 de Chile". Foto de Luiz Branco.

Por Chen Yiming

En la región del Maule, en Chile, el sol brilla sobre las hileras ordenadas de parrales y los frutales dispuestos armoniosamente. Al salir de la Ruta 5, en el tramo Talca–Chillán, y tras recorrer un apacible camino rural durante menos de 20 minutos, se llega al huerto de la familia Rodríguez, una típica finca agrícola de la zona.

“¡Bienvenidos!”, saludó efusivamente Pablo Rodríguez, director general de la finca, vestido con jeans y un sombrero de paja.

“Nuestra finca antes cultivaba maíz y tomates. En 2012 comenzamos a transformarnos, apostando por cultivos de mayor valor agregado como cerezas, uvas y sandías. En 2014 exportamos cerezas a China por primera vez. Hoy en día, toda la producción de cerezas de la finca se destina a China, y una parte importante del vino que elaboramos también se vende allí”, contó Rodríguez al periodista.

Durante la temporada de cosecha, la finca puede emplear hasta 500 trabajadores temporales, con el bullicio de las máquinas, el ir y venir de la gente y el aroma de la fruta en el aire: “es como una fiesta”, dijo con una sonrisa de orgullo en el rostro.

“Nos aseguramos de que las cerezas no tarden más de tres horas desde que se recogen hasta que se meten en las cámaras frigoríficas. Solo así se garantiza la mejor calidad cuando llegan a China”, explicó Rodríguez, y añadió que las cerezas deben llegar puntualmente al puerto en el “último momento” antes de la salida del barco. Un sistema logístico rápido y eficiente es clave para lograrlo.

“Desde que las empresas chinas se hicieron cargo de la Ruta 5 de Chile y llevaron a cabo su modernización, nuestras cerezas llegan más rápido y de manera más segura al mercado chino. Todos decimos que los amigos chinos nos han traído un dulce camino hacia la prosperidad”. La Ruta 5, a la que se refiere Rodríguez, es la principal arteria de comunicación entre el norte y el sur de Chile. El tramo Talca–Chillán, de unos 195 kilómetros, atraviesa la región del Maule, principal zona productora de cerezas del país. Por ello, los lugareños la llaman “la ruta de las cerezas” y es uno de los tramos más transitados de la Ruta Panamericana de Chile.

La Ruta 5 es operada por China Railway Construction Corporation (en adelante “CRCC”) bajo un modelo de integración de inversión, construcción y operación. Desde que en 2021 asumió la concesión de este tramo, CRCC ha llevado a cabo una modernización integral: incluye la ampliación de 30 kilómetros, el diseño y construcción de 54 kilómetros de circunvalación, y la instalación de 13 sistemas de peaje electrónico. En 2022, se implementó por primera vez la tecnología de identificación por radiofrecuencia (RFID) para el cobro automático.

En 2023 se puso en marcha el tramo de extensión hacia el sur, desde Chillán hasta Coipué, que abarca la mejora de 166 kilómetros de carretera existente y la construcción de una nueva vía de 6,6 kilómetros, totalizando 172,6 kilómetros. Una vez finalizado, el proyecto aliviará la congestión en las ciudades del sur de Chile, fomentará la conectividad entre las regiones norte y sur, y dinamizará las industrias a lo largo de su recorrido.

Iván Marambio, presidente de la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile, declaró al periodista: “El tramo Talca–Chillán de la Ruta 5 conecta a productores, transportistas, puertos y mercados internacionales. Es un corredor clave para que los productos agrícolas chilenos lleguen a China y a otros mercados de Asia”.

La modernización de este tramo ha incrementado significativamente la eficiencia del transporte, reduciendo el tiempo de llegada de la fruta a los puertos, lo que ha permitido a los productores obtener mayores beneficios por exportación y ha impulsado el empleo y el desarrollo de clústeres industriales en la región, opinó Iván Marambio.

Juan Álvarez, camionero que recorre habitualmente la ruta entre Talca y Coipué, comentó al periodista: “Desde que la empresa china implementó el sistema de peaje electrónico sin detención, la congestión se ha reducido notablemente y los tiempos de viaje han mejorado mucho. Ahora puedo hacer el trayecto de ida y vuelta en poco más de dos horas, lo que me permite realizar dos viajes al día. Gracias a eso, mis ingresos han aumentado bastante”.

Durante la entrevista, el periodista también pudo constatar que, con la mejora de las condiciones de transporte, la vida de los habitantes de las zonas aledañas ha mejorado notablemente: cada vez más personas trabajan en sectores relacionados como la mensajería, la distribución, el comercio electrónico, entre otros, incrementando sus ingresos.

Fernando Reyes Matta, director del Centro de Estudios Latinoamericanos sobre China de la Universidad Andrés Bello, señaló que Chile fue el primer país de América Latina en firmar un tratado de libre comercio bilateral con China y que, en los últimos años, las exportaciones de frutas y otros productos agrícolas chilenos a China han crecido de forma sostenida, y las cerezas se han convertido en un producto estrella en las mesas de los consumidores chinos durante el invierno.

Detrás de este “dulce comercio” entre ambos países, la infraestructura juega un papel fundamental. La conectividad en infraestructura constituye la base sólida de la cooperación entre China y América Latina: carreteras, puentes, escuelas, puertos, centrales eléctricas y otras infraestructuras clave no solo generan numerosos empleos, sino que también abren las arterias del desarrollo económico regional.

El modelo de cooperación mutuamente beneficioso entre China y América Latina es como los huertos bajo el sol a los pies de los Andes: llenos de frutos y con un futuro prometedor.

(Web editor: Rosa Liu, Zhao Jian)