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Cima del Monte Qomolangma recibe por primera vez a una pareja de escaladores padre-hijo
Chen Lihao (a la izquierda) y Chen Gang durante una misión de encuesta científica en la cima del Monte Qomolangma en 2022. [Foto: proporcionada a China Daily]
Por Li Peixuan
Chen Gang y Chen Lihao, padre e hijo, el 30 de abril de 2022 alcanzaron la cima del Monte Qomolangma (Everest). Su proeza logró realizar una misión de encuesta pionera.
Chen Gang, profesor dedicado a la investigación del movimiento de la corteza en la Universidad China de Ciencias de la Tierra, con sede en Wuhan, en la última década ha escalado cuatro veces el Qomolangma, incluyendo la expedición conjunta China-Nepal de 2020 que determinó la altura actual del pico y la fijó en 8,848.86 metros. Su hijo, Chen Lihao, nacido en 2001, creció acompañando a su padre en viajes de levantamiento, experiencias que despertó su pasión por este campo. Ahora, como candidato a doctorado en topografía, Chen Lihao ha heredado el amor de su padre por esta ciencia, llevando adelante el mismo espíritu de exploración y profesional.
A las 11:35 a.m. del 30 de abril de 2022, padre e hijo se encontraban juntos en la cumbre del Monte Qomolangma. Ellos utilizaron dos conjuntos de dispositivos del sistema chino de navegación y posicionamiento Beidou para realizar mediciones dinámicas en tiempo real y comparaciones de datos de alta precisión. Más tarde, realizaron experimentos de detección de la profundidad de la nieve y el hielo. Durante su ascenso, recolectaron una gran cantidad de muestras de hielo y nieve, así como ejemplares de plantas y rocas como materiales de investigación para diversas disciplinas. A lo largo de los años, ellos han alcanzado juntos la cima de múltiples montañas.
Desde 2019, los destacados topólogos chinos se habían entrenado rigurosamente para su ascenso al Qomolangma, perfeccionando la resistencia física, dominando técnicas de escalada en hielo y perfeccionando los protocolos de levantamiento. Debido a que otros miembros del equipo tenían únicamente la misión de escalar, Chen Gang tuvo que enseñar a su hijo cómo operar el equipo y realizar los levantamientos.
Los preparativos lo realizaron en una base de entrenamiento que simulaba el entorno del Qomolangma.
"A pesar de las duras condiciones, nunca se quejó", asegura Chen Gang, quien le prometió a su hijo que si fallaba le entregaría su misión. Sin embargo, Chen Lihao siempre le respondía con acciones de apoyo, no solo con palabras.
"Él se convirtió en mi único compañero", afirmó Chen Gang.
Sin embargo, el entusiasmo y la locura de la juventud llevarían a dificultades la travesía.
Reflexionando sobre sus dos enfoques durante la histórica ascensión, Chen Gang precisó que "como todos los principiantes, él no tenía miedo, avanzaba sin temor y a menudo ignoraba los riesgos, mientras que yo, como escalador experimentado, priorizaba la precaución y la seguridad. Durante la ascensión, la energía juvenil de Chen Lihao en ocasiones superaba al equipo.
"Estaba preparado para regresar si era necesario porque siempre habrá otra oportunidad para escalar. Pero él, impulsado por su energía y determinación, estaba decidido a lograrlo en el primer intento," asevera Chen Gang.
"Me preocupaba por él constantemente, así que traté de alcanzarlo y mantenerlo bajo vigilancia", evoca Chen Gang. Inevitablemente, Chen Lihao fue el primero de todos los miembros en llegar a la cima y comenzó a realizar las mediciones. Mientras tanto, Chen Gang se incorporaba en la cumbre para sellar la leyenda de un equipo padre e hijo que alcanzó la cima del Qomolangma.
Sin embargo, el triunfo casi se convierte en tragedia durante el descenso. A 8,700 metros, Chen Gang tropezó con una cuerda y se quedó colgando sobre un acantilado.
"Por suerte, mi piolet atrapó la cuerda; de lo contrario, no estaría aquí", resalta Chen Gang.
Un guía, a unos 20 metros delante de Chen Gang, al escuchar el golpe, se quedó paralizado. Después, escuchó a Chen Gang pidiendo ayuda.
"La espera resultó interminable... cada segundo era una agonía", confiensa el escalador chino. Tener que cruzar la pendiente helada con crampones hizo que el rescate del guía fuera lento. Después de rescatarlo, le reprochó su descenso apresurado.
"Me estaba apresurando para alcanzar a mi hijo, que llegó a la cima y comenzó su descenso 40 minutos antes que yo," explica Chen Gang. “Cada escalador tiene un máximo de una hora en la cima para completar sus tareas debido a los peligrosos niveles de oxígeno y las condiciones extremas”.
Chen Lihao descendió justo cuando se le acabó el tiempo. Para recopilar la mayor cantidad de datos posible, Chen Gang se quedó realizando más mediciones.
"Con nuestros radios sin batería y él descendiendo demasiado rápido para que pudiera verlo, me puse cada vez más nervioso”, reconoce Chen Gang.
“Siempre el descenso es mucho más peligroso que la subida”, sostiene.
Persiguiendo a su hijo durante cinco horas, pasó por dos campamentos sin detenerse. Finalmente, Chen Gang encontró a su hijo en el tercer campamento, dormiendo después de la medianoche y en completa oscuridad.
"Me sentí tan aliviado al ver que estaba seguro", exclama este padre, que a pesar de que su apresurado descenso, la travesía lo dejó helado y exhausto.
Al día siguiente, padre e hijo llegaron juntos a la base de la montaña e iniciaron el regreso a casa.